SIMPLEMENTE TE ODIO

PRIMERA CARTA

Todo comenzó aquella tarde en la que me decidí.
Tengo que confesar que pensar en una solución así, no fue nada fácil. De hecho, aunque en repetidas ocasiones me agradó la idea, siempre terminé pensando en el daño que te haría si llegaba a cometer un acto como aquel.
Ante tus ojos me convertiría en un monstruo sin oportunidad a alcanzar la redención.
Entonces me detenía.
Dejaba de pensar en ello, deshechaba la idea.
Solo tenía que seguir con mi vida y dejar de pensar de una vez por todas en la felicidad que pude haber hallado a tu lado si tú tan solo me hubieras hablado de amor.
Algunos días me era fácil borrarte de mis pensamientos y algunos tantos, no podia evitar el que te convirtieras en lo único que estaba en mi cabeza.
Algunas veces el cielo era azul y otras tan gris que conseguía volverme un solo ser con aquellos nubarrones, como si de alguna forma las penumbras del firmamento entendieran mi tristeza.
Quizá cuando esta carta llegue a tus manos y tengas idea de quien escribe las líneas que aquí lees, optaras por romperla o quemarla de inmediato. Después de todo, desde hace mucho tiempo no querías saber de mí.
A partir de ahora te convertirás en mi diario personal o, si prefieres que sea más directa, iré relatandote el camino de espinas por el que transito por si algún día vienes a buscarme.
Sé que ahora lo harás ¿verdad?
Vendrás a vengarla a ella.
A la mujer que amas, a esa que no soy yo.
Creo que de alguna forma, continúo conociéndote mejor que nadie. Porque apuesto a que no esperarás a que la lenta justicia me atrape.
Bueno, me he extendido demasiado cuando supongo que te gustaría saber con exactitud qué fue lo que de verdad pasó.
Quiero creer que el destino jugó a mi favor, porque de otra modo tú hubieras estado con ella esa tarde, lo que por supuesto habría impedido que logrará mi cometido.
Yo esperaba sentada en una de las bancas de aquel parque cercano a tu vivienda.
Sí, desde ese día en que los vi juntos por primera vez, emprendí una investigación que me llevó a descubrir que ustedes disfrutaban de relajadas charlas en aquel lugar, después de terminar la jornada laboral.
Estoy sonriendo con tristeza justo ahora, pues presenciar esa escena en el parque me llevó a recordar las ocasiones en las que comíamos juntos en la preparatoria y platicábamos de todo mientras nos mirábamos con una complicidad bajo la que - estoy segura - se escondía un afecto que rebasaba la amistad.
Siendo sincera, haberte conocido es el único motivo por el que no me arrepiento de haber asistido al instituto Orange.
Tenía un mal presentimiento desde antes de aplicar para esa institución. Pero como siempre, traté de convencerme de que nada sucedería.
Conocerte fue uno de los mejores acontecimientos de mi vida. Pero también desearía no haberte conocido nunca.
Gohan... yo maté a tu novia.
Y lo digo de este modo porque espero que cuando tus ojos cubran estas palabras vuelvas a sufrir por lo que pasó.
Me hubiera gustado que sufriera por mi.
Que el centro de tus dolores y tus alegrías fuera yo. Pero la vida no siempre es como la deseamos.
Me hubiera gustado conocer el motivo por el que no estabas en aquel entonces; Pude habérselo preguntado cuando logré someterla por completo antes de que cayera dormida a causa del cloroformo pero estarás de acuerdo en que hacerlo, habría sido una pérdida de tiempo.
Aún tengo un corazón bondadoso Gohan, cuando te diga esto lo sabrás.
Pude haber torturado a Mai hasta la muerte. Sin embargo elegí apuñalarla mientras se encontraba bajo los efectos de la droga que ya te mencioné.
En medio de mi tarea me puse a pensar en que ella no era muy distinta a mi, al final solo te amaba, así como algún día lo hice yo.
Como puedes darte cuenta, no sufrió demasiado.
Creo que soy yo quien sufre mas incluso de lo que tu lo haces. Porque tú lloras la partida de alguien que te amaba, pero yo llevo años llorandole a alguien que nunca me amó.
La redacción de estas cartas tiene un propósito en el que sé que estarás interesado.
Escapé de la justicia solo para que me encuentres y seas tú quien me dé muerte. Al menos regalame el privilegio de morir a manos de quien lo fue todo para mí.
Espero que estés pensando en algo como "por supuesto que lo haré." Mientras tus manos tiemblan y tratas con todas tus fuerzas de no transformarte en super saiyajin.
¿Recuerdas que fui la primera persona a la que le contaste ese secreto?
No entiendo como - si éramos tan íntimos - terminé siendo un cero a la izquierda para ti.
Nadie en la historia de mi vida me había hecho sentir tan miserable antes.
Gohan sostenía la hoja de papel entre sus manos temblorosas.
Jamás se habria imaginado que una persona que alguna vez consideró una buena amistad, acabaría obsesionandose con él de tal forma que se atreviera a matar a su novia.
Cuando se enteró del fatídico hecho, arribó lo más pronto posible al lugar sin importarle que la gente pudiera observar que no pertenecía por completo a su especie.
Desde que se enamoró de Mai, tuvo la certeza de que tenía que apartarse de la agitada vida de guerrero saiyan.
Mai era la mujer que lo hizo desear ser solo un ser humano. Disfrutar de una vida normal y de una relación amorosa normal.
Sin entrenamientos ni desapariciones repentinas por tener que defender a la ciudad de los malhechores.
Cuando le reveló su secreto a Mai, ella no obstaculizó su misión. Sino que se maravilló e hizo que le contara cualquier anécdota interesante relacionada a sus habilidades sobrehumanas.
Con el recuerdo de esto, Gohan se olvidó durante un instante de que Mai ya no existía, de que jamás volvería a verla.
Tuvo que volver a centrar los ojos en aquella horrible carta para devolverse de lleno a la realidad.
Apretando los dientes, continuó leyendo.
"Recuerdo que siempre te escabullias de la escuela cuando había una emergencia. Y de la mano de esa remembranza, me llega otra.
La primera ocasión en la que te contemplé vistiendo el traje del Gran saiyaman.
Me dijiste que estabas consiente de lo ridículo que era. Pero ¿sabes Gohan?  Yo en ningún momento lo consideré de esa manera, sino por el contrario, te observé como el gran héroe que eras.
Fantasee con un beso en ese instante.
¿Puedes imaginarte la gloriosa escena?
Tú con aquel imponente cuerpo. Con esa figura que tan popular te hacía entre las mujeres de la clase y también fuera de ella.
Creo que me habría desmayado si aquel beso llegaba a saltar a mi realidad.
Pero nunca pasó y por eso, Gohan, hemos llegado hasta estos extremos.
No sé si algún día podrás perdonarme. Pero déjame decirte que de todos modos, obtener tu perdón no es algo en lo que esté interesada.
Ya te informé cual es mi meta. Lo que persigo es mi muerte.
Pero tendré que esperar a mi asesino.
Tengo la esperanza de que no tardes en decidirte.
La vida no es tan agradable cuando se está obsesionada.
Mientras tanto, quizá busque ayuda psicológica para sobrellevar todo este lío en el que me metí después de conocerte.
Antes de despedirme, voy a dejarte el nombre de un restaurante de lujo que se localiza a las afueras de la ciudad.
"El abrigo de la dama de rojo" no se ha ganado su reputación de la  nada. Si no que me atrevo a decir que poseen los mejores cortes de carne de la ciudad.
Desde que ingreses al inmueble te darás cuenta de que con sólo sentir el aroma de la carne, tus tripas comenzarán a hacer ruido.
La raza saiyajin sería muy feliz si permaneciera todo el tiempo en un lugar como este.
Sé que ni el motivo por el que acudes, ni el hecho de verme son muy agradables. Pero es casi un insulto que sí te sientas en una mesa de ese sitio, te decidas a no consumir.
Como hija de míster Satan, soy conocedora de muy buenos lugares. Y será mejor que ahorres o consigas un empleo de medio tiempo si es que no logras matarme esta vez, porque estaré citandote en lugares que nunca has visitado para darte una experiencia única en cada viaje.
Deberías agradecerme que aun ahora, continuo preocupándome porque obtengas clase y conocimiento.
Por cierto ¿como te hace sentir el hecho de que mañana volveremos a vernos de nuevo después de tanto tiempo?
Te odia, Videl.