CONFLICTOS.

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Cuando la fiesta llegó a su final y el último de los invitados abandonó el salón, Videl se sujetó del inicio del barandal de la escalera para deshacerse de sus zapatillas.
Se quejó un poco debido a la intensidad del dolor que sentía en los pies a consecuencia de haber bailado tanto.
El calzado produjo un ruido sordo cuando cayó a la alfombra y suspirando aliviada, se sentó en el tercer escalón de la escalinata. Con una sonrisa en los labios, recordó los maravillosos sucesos que acontecieron durante la fiesta.
El beso de Olivue.
Y el número de teléfono que le había dejado anotado en un trozo de papel que ella sujetaba todavía en uno de sus puños, resguardandolo con ilusión.
Era la primera vez que se divertía tanto con un chico.
Se sacudió el cabello con una mano para hacer salir el sudor que - segundos antes - caía en lentas gotas por su rostro.
Gohan se había quedado en la mesa a la que se había sentado desde que inició el evento, continuaba bebiendo pero Videl se había olvidado de él por completo.
El muchacho no podía dejar de mirar a la joven en el escalón. Pero tampoco queria ceder al impulso de acercarse a ella.
Estaba muy enojado y no quería reconocer que haberla visto bailar con otro hombre, lo había descolocado por completo.
Estaba seguro que Mai - donde quiera que se encontrara - estaría escupiendole la cara.
Tan inmerso había estado en su enfado, que ni siquiera se dio cuenta de que su madre en compañía de Bulma, seguían sentadas en una mesa.
Parecía que ambas esperaban algo.
En cuanto su mirada se encontró con la de su madre, Gohan supo que estaba en problemas. Pues Milk lo miraba con evidente desaprobación.
Como él no dio señal alguna de querer acercarse, su madre se dirigió hacia él.
-¿A qué horas piensas levantarte de esa mesa? - lo increpó Milk - estamos esperándote.
-Aún tengo asuntos que atender aquí, mamá - contestó Gohan de la forma más educada posible - adelantense.
-¿Asuntos? ¿De qué clase de asuntos hablas?
-Esto es entre Videl y yo, madre. Por favor.
Debido a  la naturaleza saiyajin de Gohan, a pesar de que consumiera grandes cantidades de alcohol, el efecto que este causaba en su sistema era casi inocuo.
-¿Desde cuando tienes cosas que tratar con la asesina de tu novia?
-Basta mamá - contestó el muchacho inquieto al ver que la joven ascendía los escalones para ir a su habitación - ahora si me disculpas, tengo pendientes por resolver.
Milk se quedó de pie en el lugar en el que estaba, incrédula de que su hijo se atreviera a contestarle de esa forma.
Bulma se llevó la mano a la frente y negó con la cabeza mientras se acercaba a su amiga y colocaba una mano sobre su hombro.
-Es claro que quiere resolver esto por su cuenta - le aconsejó - será mejor que nos vayamos ahora.
Milk comenzó a andar en automático, sintiendo un intenso vacío en el pecho.
No alcanzaba a comprender que Gohan no solo hubiera asistido a esa fiesta como pareja de Videl sino que además quisiera hablar con ella al término de la celebración.
-Quizá llegaron a algún tipo de acuerdo - sugirió Bulma al tiempo que conducía la nave.
-Ese niño no sabe lo que está haciendo. Mezclarse con alguien así no lo llevará a ningún lado.
Creí que le tendría más amor a Mai.
Si los padres de esa muchacha se enteran de que Gohan está paseándose por ahí con esa delincuente, no quiero ni imaginar el concepto que se harán de nosotros.
-Pará ser sincera no creo que Gohan haya perdonado tan fácil a Videl. Soy fiel creyente de que las apariencias engañan y creo que hay algo detrás del teatro de esta noche. Además no deberías estar tan angustiada, recuerda que Raditz ha logrado su cometido.
Supongamos que Gohan tenga intenciones como las que tú imaginas con ella, pero te aseguro que no podrá estar cerca de esa muchacha todo el tiempo y Raditz no dudará en acabar con ella apenas tenga la oportunidad.
Luego de haber dicho aquello, Bulma no pudo evitar sentirse mal por hablar de esa manera.
No era propio de ella expresarse así pero era lo mejor que en ese momento se le ocurría para tranquilizar a Milk.
Mientras se marchaban, Bulma miró de soslayo y se percató de que Gohan ascendía las mismas escaleras que Videl había tomado y abría la misma puerta que la joven.
Las cosas de verdad no pintaban bien, pero sería mejor dejar el asunto por ahora.
Gohan paseó la mirada de un lado a otro mientras caminaba por la habitación.
Videl no estaba por ningún lado.
-¿Te has arrepentido de tu promesa? - inquirió al aire esperando una respuesta.
No hubo contestación.
Giró entonces a medias para encontrarse con la puerta del baño y llamó.
-Ya te oí - le contestó Videl despreocupada - salgo en un momento.
El muchacho no tuvo opción, así que se sentó en el lecho de la joven para aguardar su aparición.
Ella salió del cuarto de baño con una camisa masculina larga por pijama, sin gota de maquillaje y bien limpia.
-Eres muy impaciente y molesto.
Deberías al menos ponerle emoción al asunto.
Solo podrás matarme una vez así que no le veo el caso a que lo apresures de esa forma.
Videl ni siquiera se molestó en dirigirle una mirada a quien se había entrometido en su habitación.
-La verdad es que no tengo mucho tiempo para desperdiciar contigo.
No tengo interés alguno en seguir hablando, así que será mejor que te ayude a acelerar el proceso.
La joven millonaria se agachó y abrió uno de los tres cajones unidos a su base de cama, extrayendo de uno de ellos una pistola.
Levantándose, la colocó en las manos del varón.
-Hazlo de una vez.
Ella se echó boca arriba en la cama al tiempo que él se ponía en pie.
El arma apuntando  hacia la joven, la mano de Gohan temblando y su mente gritándole que no sería capaz de hacerlo.
-Quiero hablar contigo - le comunicó.
-Yo no. Eres un hombre poco interesante.
Gohan bajó el arma de golpe.
-¿Y que tal el hombre con el que bailaste esta noche?
¿Él si lo era?
-¿Te refieres a Olivue?
Gohan clavó la mirada en los ojos de la fémina.
-No me interesa saber el nombre de ese hombre.
-¿Entonces por qué me preguntas por él?
-Lo hice porque hay una cosa que quiero saber.
-Pregunta.
-¿Ese tipo hará que por fin dejes de perseguirme?
El rostro de Videl se transformó en una máscara de dolor y enfado, sin embargo respondió.
-¿Por qué lo preguntas?
¿Acaso tu interés se debe a que no puedes matarme?
Gohan asintió.
Ella se quedó en silencio.
-Entonces - continuó hablando él - ¿ese hombre hará que te olvides de mí?
La respiración de Videl, que había comenzado a alterarse, se normalizó en cuanto ella respiró profundo.
-Tiene potencial - contestó ella con alegría.
-Lo sé. Lo he visto cuando te has besado con él.
-Besa bien, Gohan.
De pronto ambos se percataban de que estaban conversando como mejores amigos, como antaño, cuando tenían un vínculo.
-Sigo sin estar de acuerdo en que corras contra la justicia - le hizo saber el muchacho - pero ya habrá quien se encargue de atraparte.
-Te diste por vencido demasiado pronto, Son.
-Sé retirarme cuando la causa está perdida para mi.
Videl alcanzó su teléfono móvil extendiendo su brazo hasta el buro.
Gohan la vio teclear un número.
-Es de Olivue - ella le informó.
Cuando la fémina notó que su voz iba a quebrarse, se aclaró la garganta.
-Fue bueno convivir contigo al menos por un rato.
-No puedo decir lo mismo.
Las razones son obvias.
-No te preocupes. Sé muy bien que para ti encontrarnos de nuevo no fue nada agradable. Pero al menos podrás ser feliz de ahora en adelante, ya no tendrás a una desquiciada tras de ti.
-Ahora será Olivue quien se quede con el puesto.
Videl asintió, esbozando una sonrisa.
Gohan la miró.
Se tomó su tiempo observando aquella figura.
Sus ojos, sus clavículas y la piel que se apreciaba hasta perderse bajo la camisa.
-Te tomó poco darte cuenta que tu amor en realidad no lo era - comentó él.
-Es increíble ¿no? - le contestó Videl sin pizca de sensibilidad -  las ideas de las mujeres cambian con una rapidez tremenda.
-La forma en la que lo dices lo hace sonar divertido.
Lo es si lo piensas bien - Videl contestó sonriendole.
-No, no lo es - respondió él, cortante.

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