En cuanto Videl cayó presa del sueño, Gohan se levantó del lecho y avanzó hasta el cuarto de baño. Abrió la puerta, encendió la luz y se internó en él para luego quedarse mirando su rostro sin parpadear.
¿Que diablos estaba haciendo?
Cerró la mano derecha en puño y la descargó contra la pared, cuidando de no poner demasiada fuerza en el golpe, no quería llamar la atención en ese lugar también.
Había tenido suficiente por una noche.
No podía pensar en nada que no fuera que debería recibir la medalla al perdedor más grande del mundo; Pensar en todo el esfuerzo que había hecho para tolerar la presencia de Videl mientras pensaba en Mai...
Tantos tiempo aguardando por encontrar a aquella muchacha para poder matarla con sus propias manos y ¿ahora?
Teniéndola tan cerca e incluso dispuesta a morir, se volvía cobarde y le perdonaba la vida aunque en su mente todo estuviera recriminandole por no hacer justicia por la vida de su novia.
Se humedeció la cara y más tarde - resignado a que no podría conciliar el sueño - decidió tomar un baño caliente en el jacuzzi. Mientras se relajaba, trató de reflexionar.
Había escuchado a la muchacha contarle cuánto sufrió cuando él se apartó de ella sin mayores explicaciones. También fue paciente al escucharla contarle cómo ella convivía con Mai por el solo hecho de que esta hablaba de él, pero la verdad era que no le importaban sus motivos.
Con o sin motivos - pensaba - hubiese podido acabar con su vida. No obstante se odiaba, porque contiguo a dónde él se encontraba, Videl dormía sin preocupaciones.
Se hundió en la tina, dejando que su cabeza fuera cubierta por el agua.
Tal vez era él quien debería poner fin a su existencia. Así, al encontrarse con Mai, al menos podría contarle que esperaba que su muerte pudiera surcir al menos un poco, su estupidez.
Negó con la cabeza haciendo que pequeñas gotas de agua cayeran al suelo, continuó lavandose sin hacer ningún gesto pero con los ojos fijos en la nada.
Para cuando terminó de ducharse, estuvo seguro de que no podía perder esa oportunidad, tenía que matar a la hija del peleador más famoso de artes marciales.
No lo haría esa noche. Sino a la siguiente.
Al salir del baño cerró la puerta tras su espalda cuidando de no hacer demasiado ruido. Se movió a paso lento hasta llegar al lado contrario de la cama en la que la fémina dormía.
Se acomodó bien a la orilla, disculpándose con Mai en su mente.
Cerró los ojos y se obligó a dormir.
Para cuando el sol se levantó al otro día, Gohan había olvidado que estaba compartiendo el lecho con alguien que no era de su agrado.
Se había dado vueltas en la cama varias veces y fue el rozar de unas sandalias contra el suelo, lo que lo despertó.
Videl lo miró con los ojos bien abiertos cuando el joven se sangre saiyajin, casi se caía de la cama.
-Oye - le habló ella - ¿te encuentras bien?
Él, todavía adormilado, respondió.
-Sí - y luego muy aprisa - ¡no!
-¿No? - el tono de voz de la joven al hacer aquella pregunta, volvió a ser como el de la noche anterior, como el de una niña curiosa.
Gohan frunció el entrecejo.
La fémina ya no tenía puesto aquel vestido rojo. Ahora portaba un short corto color crema y una sport blanca que dejaba ver su brassiere.
-¿Qué crees que estas haciendo? - él inquirió - no vine a vacacionar contigo.
-Yo tampoco - le respondió ella con el habla entorpecida por el cepillo con el que se lavaba los dientes - se suponia que ibas a matarme pero, en vista de que no lo has hecho ¿quieres bajar a desayunar?
El varón pensaba negarse pero con sólo escuchar la palabra desayuno, su estómago comenzó a rugir.
-De acuerdo - aceptó.
Videl comenzó a aplaudir en silencio pero en cuanto Gohan levantó una ceja, su expresión de alegría se detuvo.
-Ponte esto - dijo ella mientras le lanzaba a la cara un par de pantalones nuevos, a juego con una sport blanca idéntica a la que ella portaba, con la única diferencia de que la de él era masculina.
-¿De dónde has sacado todo esto?
-Soy la hija de Míster Satan, es fácil conseguir lo que sea donde sea. Sobre todo ahora que todo el mundo me teme.
-Yo no.
-A excepción tuya entonces - pronunció, desestimando el asunto enseguida.
Gohan se mantuvo sin moverse durante un instante, como si estuviera congelado.
Videl hizo un mohín de desaprobación.
-No tienes que usarlo si no quieres. Solo dámelo, yo me ocuparé de él.
-Lo usaré - contestó Gohan apoderándose de las prendas enseguida.
-Bien - la fémina sonrió a medias - entonces te espero afuera.
Dicho esto la muchacha salió de la habitación y pegó la espalda contra la puerta mientras suspiraba. Seguro que aquella ocasión, sería lo más cerca que estaría de él en la historia de su vida.
Se mordió los labios.
¿Por qué razón no la había matado aún?
¿Sería acaso que él también se estaba divirtiendo?
En cuanto advirtió que el varón abriría la puerta, se apartó y giró sobre sí misma para mirarlo a la cara.
Él le devolvió la mirada pero no dijo nada.
La joven iba delante y él seguía sus pasos desde atrás.
Llegaron al restaurante del hotel y enseguida les brindaron una mesa apartada del resto de los presentes, no sólo para su comodidad sino también para velar por su seguridad. A pesar de que Videl continuaba siendo poderosa, nadie quería que algún disturbio en relación con ella, empañara la fama de su lugar.
Dando el primer mordisco a una bola de helado, la joven declaró con tristeza.
-Jamás volveré a ser normal.
-Eso lo hubieras pensado antes de hacer lo que hiciste.
La fémina hizo un puchero, llenando de aire los pómulos.
-¿A quién le importa? - contestó con irreverencia, todavía puedo disfrutar.
Ese es un privilegio que el renombre de mi padre me da.
-Deberías sentir vergüenza - Gohan la reprendió.
De pronto un doloroso nudo se había instalado en la garganta de ella.
-¿Quién es el culpable? - musitó.
-Tú - dijo él, ocasionandole aún más dolor - pudiste haber actuado de diferente manera.
-¡Vete al demonio! vociferó en respuesta, azotando las manos en la mesa.
Hasta ahí había llegado su paciencia.
Ahora la gente miraba hacia ellos.
Se levantó de inmediato, ofendida e incomoda y se marchó a su habitación para llorar.
Gohan se quedó sentado, terminando su desayuno. Pero apenas pudo comer con tranquilidad.
Apenas terminar se levantó para encontrarse con la joven en la habitación.
-Estás tomando esto com un paseo - la reprendió al llegar y verla boca abajo sobre la cama, con la cabeza enterrada en la almohada.
-¡Eres un idiota! - fue la respuesta que entregó a voz en grito.
-Si eso es lo que soy ¿entonces que eres tú?
Luchando por un hombre que nunca fue tuyo, queriendo fingir que no le arrancaste al amor de su vida de las manos.
Los ojos de ella lo observaron casi saliendose de sus órbitas.
-Si tanto la amas entonces, puedo enviarte con ella.
Dicho esto Videl saltó como un resorte de la cama y en cuestión de segundos, Gohan la tuvo sobre él, con un cuchillo haciéndole presión en el cuello.
-No te olvides de que puedo defenderme. Sabes que si lo hiciera, la única que saldría perdiendo serias tú.
Ella rio con sorna.
-¿Perder dices?
Hace mucho que no tengo nada.
Hace mucho que lo perdí todo.
Por alguna razón, esa última frase que había empleado Videl, erizó los cabellos de Gohan.
-Puedo morir en cualquier momento - siguió diciendo la chica - y no va importarme, porque yo ya he hecho lo que tenía que hacer. Pero tú, Gohan... ¿Qué me dices tú?
Cansado del conflicto, él la lanzó hacia la pared provocando que ella gimiera de dolor por el impacto.
-No te recomiendo que me retes.
Puede que no te guste demasiado cuando compruebes, que no tengo miedo de cumplir lo que se me pide.
-¿Entonces qué estás esperando?
Con aquel cuestionamiento, el silencio arribó a la habitación.
-No lo sé - contestó Gohan unos segundos después, tomando del cuello a Videl.
La fémina cerró los ojos con fuerza, empezando a asfixiarse.
Él sentía su pulso golpear cada vez más lento bajo su mano y antes de que esté se ralentizara aún más, la soltó, dejándola caer al suelo.
Ella apenas pudo sostenerse sentada y apoyando los brazos sobre el azulejo.
Tosia y luchaba por recuperar el aire que había perdido.
En ese instante reconoció al guerrero.
A un digno representante de la raza saiyayin.
Aquel breve lapso en el que la tomó por el cuello, le bastó para contemplar los ojos furibundos de alguien que apenas podía controlar su rabia, su naturaleza. Pero no sintió miedo.
Supo desde entonces que la noche anterior y aquella mañana, solo había tenido suerte.
Ella no podía parar de romantizar el hecho de que Gohan le perdonara la vida. Sin embargo, tenía que obligarse a despertar.
Él la mataría.
Gohan la mataría, tarde o temprano.
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SIMPLEMENTE TE ODIO
FanfictionSIMPLEMENTE TE ODIO. El amor es una de las emociones más bellas que el ser humano puede experimentar cuando se tiene la fortuna de ser correspondido. Pero ¿Qué sucede cuando no? ¿Qué sucede cuando la persona a la que amas, no siente lo mismo por ti...