AMOR DE PADRE

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Cuando Videl llegó al mundo, su padre supo que su amor propio se había terminado.
Bastaba con mirar aquellos ojos azules para darse cuenta de que - en adelante - no habría nada más importante que aquella pequeña niña.
Por eso cuando Videl le expresó que estaba enamorada de un chico de su instituto, el hombre se quedó helado.
Se rehusaba a mirar atrás para hacerse consiente del tiempo que había pasado. Sin embargo, la voz dulce de su hija - ahora tratando de ser menos agresiva al explicarle lo que estaba sintiendo - lo hizo poner los pies en la tierra.
-El amor es un sentimiento más agresivo de lo que crees - habló con voz firme y seriedad total en la expresión.
Videl había cambiado el ceño fruncido por el genuino interés hacia  las palabras de su padre.
El campeón de artes marciales tomó un trago de su bebida alcohólica y continuó con su discurso.
-Entiendo que has entrado a la edad en la que ya no puedes ignorar a los chicos y tampoco puedes evitar el torbellino de emociones que experimentan las chicas hacia ellos.
No es que como padre quiera encerrarte para que nunca salgas con el sexo opuesto pero tampoco me siento tan dispuesto a dejarte entrar al mundo del amor tan pronto.
Me encantaría que tu madre estuviera aquí para explicarte estas cosas mejor que yo.
Escuchame bien Videl, y no olvides mis palabras.
Para la gente de buen corazón como tú, enamorarse no es algo que pueda tomarse a la ligera.
Eres una muchacha hermosa y los hombres suelen ser unos idiotas. Muchos de ellos se acercan a las mujeres como tú, solo para obtener algo de ellas. De hecho, me atrevo a pensar que todos los hombres van buscando algo y no me gustaría que el muchacho del que te has enamorado sea el tipo de chico que estoy describiendo.
Desde pequeña comprendiste que muchas personas se acercan a nosotros solo por interés. Porque ambicionan el renombre y la fortuna que tenemos.
Videl asintió.
-Y creo que te he enseñado a agudizar los sentidos para reconocer a los aprovechados.
-Sí - Videl contestó, de nuevo con el ceño fruncido.
-¿Qué me dices de eso? - al plantear esa pregunta, el padre esperaba haberse quitado un problema de encima.
La mayoría de las veces recordarle eso a Videl, funcionaba. Pero en cuanto escuchó la respuesta de su hija, las alertas se activaron en su cerebro.
-Él no es un oportunista - se hizo el silencio durante un momento, pues la joven tenía la boca seca, por lo que dio un sorbo a su malteada - su madre tiene una buena posición económica también y por lo que me he dado cuenta lo que menos les preocupa es hacer más dinero.
No lo necesitan.
-Suponiendo que tengas razón y no tengan ningún interés en el aspecto monetario... ¿puedes decir lo mismo de la fama?
-Papá - ella suspiró cansada - he visto a ese chico hacer cosas que jamás creí posibles.
-¿Acaso es un mago? Porque conozco mucho sobre los Trucos que usan esos individuos.
Seguro sólo está tratando de impresionarte.
Recuerda que yo también fui joven alguna vez.
-Lo sé. Pero papá, no soy tonta.
Creeme cuando te digo que hace cosas increíbles.
La mueca en el rostro de su padre evidenciaba que no le creía ni un poco.
-Ellos vuelan - escupió la fémina de pronto.
-Videl, hija, todos volamos cuando nos subimos a un avión.
Videl rodó los ojos.
-El puede volar sin necesidad de subirse a un avión - explicó ella fuerte y claro.
Al instante se arrepintió de haber revelado aquello; Se suponía que nadie más debía saberlo.
Balbuceando trató de buscar la frase correcta para desestimar su declaración pero se alivió al darse cuenta, mediante lo que su padre respondió, de que no haría falta decir nada.
- Hija ¿estas segura de que no estás consumiendo drogas?
Videl miró a su padre y suspiró. Ni siquiera sabía por qué se había angustiado tanto.
El universo de su padre no se extendía más allá de sus riquezas y logros profesionales.
-Olvidalo - le dijo, restándole importancia al asunto con un ademán.
Su padre asintió complacido. Pero la conversación todavía no terminaba.
-¿Qué clase de chico es?
-Es amable, hogareño y pacifico. Aunque... - la joven se detuvo a media habla.
-Aunque qué - su padre preguntó sin dar tregua.
Videl tuvo que morderse la lengua y pensar rápido en una respuesta que estuviera a la altura del intelecto de su padre. No podía revelarle ninguno de los otros secretos de Gohan, aunque era muy probable que su padre no creyera nada si le contaba, pero no deseaba seguir traicionando al varón que amaba solo por tratar de que su padre la entendiera.
-Es muy dedicado en los estudios - agregó ella con rapidez - algunas veces lo es en exceso. Lo que me molesta un poco porque no podríamos ir de paseo por ahí a mi gusto.
-Pero que sea aplicado en los estudios no es ningún rasgo negativo.
-Lo sé, lo sé. A mi también me gusta tener buenas notas pero no tanto como a él.
Videl agradeció para sus adentros haber sorteado con éxito la interrogante de su padre.
-¿Cuando vas a traerlo para que lo conozca?
No saldrás con ningún chico si yo no lo he conocido primero.
¿Qué?  pero ¿por qué?
-Las reglas son las reglas - dijo su padre inamovible - esta es una buena manera de ponerlo a prueba.
Si está realmente interesado en ti, entonces no tendrá problema en conocerme.
Videl dejó que su cabeza topara con la mesa.
-El problema está en que yo no sé si tiene interés en mi...todavia.
La mandíbula del peleador hubiera caído hasta el suelo de ser posible debido a la impresión que le había causado lo que su hija recién había dicho.
-¿Entonces quieres decir que es un interés unilateral?
Videl enrojeció cómo un tomate antes de contestar.
-Sí... por el momento.
-¿¡Por el momento!? - su padre repitió gritando varias veces - ¿¡qué quieres decir con "por el momento!?"
Videl se golpeó la frente con una mano.
-¿¡Quieres decir que vas a intentar seducirlo!? - continuó el campeón - yo no te eduque de esa forma señorita.
-¡No papá, estas malentendiendolo todo! - luego de vociferar aquello, la joven se levantó de la mesa del jardín y caminó en dirección a su cuarto.
Aseguró la puerta de su pieza y enseguida se echó a llorar sobre su cama.
Le habria dado vergüenza admitir sus intenciones frente a su padre. Hubiera preferido morir antes que hacerle saber que estaba en lo cierto, que pretendía hacer hasta lo imposible por conquistarlo.
Después de un buen rato, un pensamiento en su cabeza la ayudó a encontrar sosiego.
Por el comportamiento que Gohan le había mostrado, él también debía de estar sintiendo algo por ella.
Las miradas que le dedicaba junto a las sonrisas que le brindaba, además de la forma en la que le hablaba. Todo aquello era un indicador seguro de que una emoción parecida a la suya, estaba incubando en el interior de Gohan.
A la mañana siguiente, con los ánimos renovados por sus pensamientos y por los momentos que compartía con él, Videl buscó a su padre y se disculpó con él por su grosero comportamiento el día anterior, antes de partir a la escuela.
Su padre la abrazó y besó en la coronilla, haciéndole saber que todo estaba olvidado.
Pero, tiempo después, el hombre hubiera dado todo lo que tenía por aconsejar mejor a su hija, porque ella no sufriera el desamor, porque sus corazones se hubieran intercambiado.
Apenas depositar la primera carta en el correo, Videl se subió al auto negro de lujo que su padre le había regalado.
No tuvo que darle ninguna orden al conductor, eso lo había hecho ya un día antes.
En la ruta ahora correspondía ir a las tiendas de vestidos costosos.
El señor Satan le había informado a detalle sobre las paradas que debía hacer y en que lugares de forma exacta. Y el chófer acató las ordenes sin hacer preguntas.
Aunque había transcurrido tiempo, para los empleados todavía no era fácil asimilar el cambio tan oscuro que había tenido la familia Satan después de que Videl se convirtiera en asesina.
Lo que hacía todavía más escalofriante la tragedia, era que la heredera de la fortuna del peleador de artes marciales, no había matado a una desconocida.
Cuando la plantilla de trabajadores de la casa se reunió para mirar las noticias, todos y cada uno de ellos sintieron como la piel se les encojia y su temperatura corporal descendía. Pues la mujer que yacía muerta y cubierta por su propia sangre era nada más y nada menos que Mai, la compañera escolar de Videl pero también su mejor amiga.
Ellos habían visto a Mai visitar la casona e incluso quedarse a dormir con la señorita en su cuarto.
Nunca en todo el tiempo que las miraron convivir, notaron algún indicio de odio o disgusto entre ambas. Por el contrario, su afecto se veía sincero.
Se tomaban fotos juntas, miraban la televisión y comían golosinas e incluso cotilleaban sobre chicos.
El único dato que les había parecido desafortunado y que hasta los había conmovido por la joven para la que trabajan, fue revelado una sola vez por la misma Videl la primera vez que Mai puso un pie en la casa.
"Ella es la novia de Gohan" - le habían escuchado decir.
Fue entonces cuando los empleados comenzaron a regresar el tiempo en sus recuerdos y se dieron cuenta de que Gohan, era el muchacho por el que Videl repetidas veces expresó estar enamorada. No obstante, al darse cuenta de que se había amigado con Mai, todo el mundo supuso que la joven había superado su enamoramiento por ese muchacho.
Por ello, cuando la noticia se hizo pública, en primera instancia se negaron a creer. Hasta que las puertas de la casa Satan fueron cerradas para cualquier medio o persona ajena a la familia.
La seguridad se reforzó de una manera impresionante,  a tal nivel que daba miedo.
Entre los empleados siempre circulaban rumores.
Y uno de los más sobresalientes, revelado y confirmado por los empleados de cocina era una parte de la conversación de Míster Satan, con su cuerpo de seguridad.
"Si la policía aparece por esa puerta, no duden en disparar.
Nadie se llevará a mi Videl, quien pretenda hacerlo tendrá que pasar sobre mi cadáver."

















































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