Gohan no había olvidado que debía ir a visitar a su madre. Pero tampoco podía ignorar que, con su estado emocional actual, no podría enfrentarse a la perorata de Milk.
Bastante tenía ya con todas las emociones por las que el nuevo enamorado de Videl y ella misma, estaban haciéndole pasar.
Desde la primera cita que la hija de Míster Satán tuvo con Olivue, los jóvenes no habían tenido oportunidad de encontrarse de nuevo, debido a asuntos laborales del muchacho. Pero eso no significaba que hubieran puesto fin al contacto.
Por el contrario, como guardaespaldas de Videl y teniendo la obligación de acompañarla hasta al anterior de su habitación si ella lo deseaba así, Gohan se enteraba de cada una de las llamadas que el par de enamorados se hacían. Cosa que le producía un malestar mayor cada vez.
Por otro lado, se encontraba Raditz.
Aquel hombre molesto del que no podía despegar la vista por temor a que le hiciera algo a Videl. Ahora ambos debían salir con ella para todos lados mientras sentían que el otro les estorbaba.
Encontrarse viviendo en medio de todo esto, resultaba agotador para el hijo de Goku. Pero contemplar a Videl a salvo y feliz, le servía como recordatorio de por qué debía mantenerse ahí.
Una mañana agradable, Videl salió de su habitación luciendo un vestido sin hombros en color azul, unas sandalias celeste a juego y una energía al parecer inagotable.
Los guardaespaldas, que se encontraban uno en cada esquina de la puerta, movieron los ojos en dirección a la señorita cuando se plantó en medio de ambos.
De forma inmediata después de mirarla, Gohan miró a Raditz.
Este parecía estar mirándole el trasero a la heredera de la fortuna Satán.
Apenas iba Gohan a apretar los puños, cuando Videl dio media vuelta para mirarlo.
-Estoy libre hoy - la escuchó decir con una voz casi infantil - quiero ir por un helado.
Ambos hombres despegaron la espalda de la pared.
Raditz con una expresión de hartazgo, que evolucionó de pronto a lujuria cuando sus ojos se posaron sobre los sueños de la joven.
Enojado, Gohan se colocó frente a su tío, quedando ambos a pocos centímetros de impactar sus frentes.
-Parece que la orden solo fue para uno de nosotros.
-Su padre ha ordenado que la escolten dos.
-Ella tiene poder de decisión.
-Tengo órdenes claras y me pagan por cumplirlas, así que será mejor que abandones tu infantil cólera y dejes que hagamos esto de una vez.
Videl los miró frunciendo el entrecejo pero pronto los pasó de largo.
-Amanecí de muy buen humor hoy, por favor no lo arruinen.
Radiz parecía a punto de explotar. Como si le faltara poco para revelar su verdadera identidad y atacar. Sin embargo se contuvo porque sabía que Gohan estaría ahí para detenerlo.
Los tres salieron de la mansión para dirigirse a la heladería más cercana y luego a donde la señorita quisiera.
Subieron al auto, Gohan en los asientos traseros, Videl en el asiento del copiloto y Raditz como conductor.
Al llegar a la heladería, Videl hizo saber a Raditz que él se encargaría de comprar un bote de helado para ella. Le indicó el sabor y lo miró bajar.
Cuando lo supo lejos, se acomodó para mirar a Gohan.
-Tengo una ruta interesante para el paseo de hoy.
-¿Ah si? - inquirió Gohan con marcado desinterés.
-Así es - contestó ella con una sonrisa maliciosa - te gustará.
Raditz volvió con el bote de helado y se lo entregó a la joven. Luego, ella se volvió y se lo entregó a Gohan.
Él la miró desconcertado.
-Es para tu madre.
-¿Para mí madre? - repitió Gohan, aun confundido.
-Iremos a ver a tu madre.
Has pospuesto la visita a tu hogar por mi culpa pero hoy quise darte un regalo, aunque no sé si sea el mejor, espero valga la pena.
El tono que Videl utilizó al hablar, provocó en Raditz una media sonrisa cargada de mala intención.
Era obvio que la muchacha quería incomodar, no solo a Gohan, sino también a su madre.
Seguro la cara de Milk se deformaria a causa del coraje.
Interesado en el caos que podría suceder, Raditz aumentó la velocidad a la que conducía y cuando por fin estuvieron en su destino, escuchó a Videl hablar antes de que todos descendieran del auto.
-Espero que a tu madre le guste el helado de fresa.
Sería una lástima tener que echarlo a la basura.
-¿Por qué estás haciendo esto? - Gohan inquirió de mal humor.
-Solo quiero ayudarte a despejar tus pendientes.
Entre más lo postergues, más desagradable será tener que cumplir con el compromiso.
-Estás tramando algo.
-No. A veces puedo tener buenas intenciones, aunque no lo creas.
-Te conozco más de lo que me gustaría.
Videl puso los ojos en blanco.
-Voy a bajar y a entrar primero que tú si eso quieres.
Gohan la alcanzó enseguida y la sujetó por la muñeca.
-Basta de juegos - habló.
Pero Raditz ya había entrado a la casa.
Videl siguió el camino hasta adentrarse en el lugar y se movía con presunción, dominando el terreno como si fuera suyo.
Vio a Milk.
Estaba en el comedor, levantando los platos del desayuno al tiempo que preguntaba por su hijo.
Se quedó a media pregunta cuando observó unos pies que no reconocía del todo pero le eran familiares, acercándose a ella.
La esposa de Goku, fue elevando la vista, hasta que contempló la cara de aquella chica.
-¿Qué haces tú aquí?
Videl sonrió, engreída y sin dar importancia a las palabras de la madre de Gohan.
-No eres bienvenida - agregó Milk.
-Por lo que veo, a usted no le inculcaron modales ¿verdad señora?
Milk se quedó boquiabierta, sin poder responder nada. Pero la hija del afamado peleador de artes marciales, siguió hablando.
-Debería darme las gracias.
Porque le he traído a su hijo, tal y como lo pidió. A pesar de que él no quería verla.
Gohan, que entraba en aquel preciso instante, miró a su madre, furiosa.
-Alguien como tú, no debería hablar de modales - agregó Milk, ignorando la presencia de su hijo - eres una delincuente. Pero tienes el dinero suficiente para pagar por una libertad que no mereces.
-Comprendo que aún no pueda superar la muerte de su querida nuera Mai, pero debería aprender de su hijo. Después de todo, él acabó enamorándose de mi.
Pasando de largo a Videl, Milk se colocó frente a Gohan y comenzó a cuestionarle si aquello era cierto, a gritos.
El muchacho no respondió y su madre levantó una de sus manos para propinarle una bofetada.
-¡¿Te has vuelto loco?!
De inmediato, Videl comenzó a reírse a carcajadas.
Todos los presentes se volvieron para mirarla.
-Señora, no creí que fuera tan tonta.
Ofendida y muy airada, Milk dirigió sus pasos hacia Videl, dispuesta a pegarle y enseñarle así, a respetar a sus mayores. Pero Gohan la sujetó con fuerza por una de sus muñecas, tal y como había hecho con Videl un momento antes.
-Disculpe mi reacción - dijo la recién llegada con hipocresía - es solo que me pareció divertido que haya creído semejante tontería, como lo es que su hijo esté enamorado de mi.
Es obvio señora, que su hijo me odia. Y solo tiene que pensar un poco para darse cuenta de que nadie puede olvidar al amor de su vida con tanta facilidad.
Recuerde que Mai era eso para Gohan.
-Y tienes el descaro de decirlo - Milk contestó, apretando los dientes.
-La realidad es innegable, señora.
Decidí venir hasta acá, acompañando a Gohan para hacerle saber que la culpa de que su hijo se encuentre trabajando en mi casa, es solo mía.
-Como lo sospechaba - la madre de familia murmuró, alterada.
-Yo lo he obligado a permanecer a mi lado.
De haber sido por él, se habría ido desde el primer momento que tuvo oportunidad.
Debe satisfacerle saber que usted tiene la razón, saber que después de todo, soy tan mala persona como usted cree. Pero debo hacerle saber, que si a usted le tranquiliza comprobarlo, a mi me produce mucho más alegría ser el tipo de persona que soy. Y ya que estamos hablando sobre cosas bastante personales, déjeme decirle un secreto.
Videl se acercó a Milk y colocó sus labios, bien cerca del oído de la hija de Ox Satán.
-Yo no amo a su hijo, solo me gusta tenerlo cerca, donde pueda verlo. Tal como un objeto de
colección.
Le daré otro motivo para alegrarse.
Tengo novio desde hace un tiempo, alguien que por supuesto, no es su hijo.
Que le sirva de consuelo, madre. Porque a Gohan solo lo verá, cuando yo lo desee, ni antes ni después.
Enseguida, la joven millonaria, bajó la vista hacia el bote de helado que Gohan aún se encontraba sosteniendo y agregó:
Espero que le guste el helado de fresa.
Que no le preocupe el hecho de poder comerlo o no. Debo informarle que no tiene veneno.
Aunque quizá, me hubiese gustado ponérselo.
Con esa despedida, Videl hizo una seña a Raditz y abandonó la casa de Milk.
Gohan soltó a su madre apresuradamente y se aprestó a subir a la camioneta.
Ahora sí, Videl iba a escucharlo.
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SIMPLEMENTE TE ODIO
FanfictionSIMPLEMENTE TE ODIO. El amor es una de las emociones más bellas que el ser humano puede experimentar cuando se tiene la fortuna de ser correspondido. Pero ¿Qué sucede cuando no? ¿Qué sucede cuando la persona a la que amas, no siente lo mismo por ti...