V. Asuntos

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Daniel LaRusso estaba perdido en su camino y era porque su esposa estaba inconforme por cómo hacia las cosas para hacerle la vida imposible a Jonny. Así que fue de visita con su Sensei.

Daniel llegó a un cementerio donde se dirigió a un lápida muy bonita con un árbol bonsái plantado a los pies de la lapida.

-Hola, señor Miyagi. -se inclinó sobre la lapida. -Han pasado unos meses, pero más vale tarde que nunca.

Guardó silencio un momento, viendo el árbol bonsái. Lo tocó para comprobar que aún seguía fuerte.

-He pensado mucho en usted... es curioso, cuando era niño usted parecía tener las respuestas a todo y creí que, cuando creciera, tendría todo resuelto. Ahora sé que no tengo idea, por lo que me pregunto, ¿fue diferente para usted o lo ocultó mejor?

Soltó una pequeña risa al pensar en el señor Miyagi estando preocupado, mientras sacaba unas pequeñas tijeras y cortaba unas pequeñas hojas del árbol para que se viera más hermoso.

-Últimamente dejé que mi ira me controlara, ya me conoce, siempre he sido impulsivo. Desearía que estuviera aquí. -terminó de corregir el árbol para después dirigirse a su carro.

Cuando iba a encender su auto, una parte del espíritu del señor Miyagi le habló.

-"Daniel-san." -rápidamente observó hacia la lapida. -"¿Tú recordar lección de equilibrio?"

Una memoria de hace treinta años llegó a su mente. Era él, más joven y el señor Miyagi dándole consejos.

-"Equilibrio no solo ser para Karate, equilibrio para toda la vida, si toda vida tiene equilibrio todo será mejor, ¿entendido?"

Daniel sonrió por esa lección que había olvidado.

-Sí, lo entiendo.

(...)

En la escuela se hizo viral el vídeo de Naruto y Miguel golpeando a los bravucones de la escuela, lo que provocó que muchos chicos decidieran unirse a Cobra Kai. Esto fue algo bueno para Jonny, ya que así podría pagar la renta de su Dojo y finalmente despegar al Torneo.

Una parte de él dudaba acerca de meter a su Dojo a las que, para él, eran "nenitas" para despegar en el Allá Valley, pero tenía una pizca de esperanza en el chico rubio.

(...)

Daniel había llegado a su casa para dirigirse a un pequeño cuarto donde empezó a sacar las cosas de la piscina y muchas más que ya no usaba. Era momento de volver a practicar y encontrar su propio equilibrio.

Amanda, su esposa, tenía una sonrisa en el rostro al verlo. Tal vez debía de regañarlo más para que fuera más controlado.

.

Ella, en el Concesionario, estaba viendo el currículum de un estudiante.

-Vaya, es un buen historial, pero, ¿por qué quieres trabajar aquí? -le preguntó a Robby.

-Antes de despegar, primero quisiera aprender, y aquí es el lugar donde quiero estar, dónde pueden brindarme más herramientas para poder ser mejor. -dijo con una sonrisa de buen chico que había practicado.

-Bien. Me gustaría que conocieras a mi esposo, pero, ya que se tomó el día, ¿podrías empezar el lunes? -le preguntó Amanda a Robby, quien tenía una sonrisa.

-Por supuesto.

-Bien, bienvenido a la familia LaRusso. -le extendió su mano a Robby para que él la tomara.

Daniel había terminado de limpiar el pequeño Dojo que tenía en su casa, puso una foto de él junto a Samantha, su pequeña, cuando era una niña. Después abrió una pequeña caja donde venía una cinta para la cabeza, típicas de Karate, también se puso su Gi de Karate. Dio un saludo respetuoso a Miyagi y empezó a hacer una kata, recordando todo lo que le habían enseñado en un lapso de tres años.

Invicto vs Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora