XXIII. Sin Piedad (II)

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Naruto, de alguna manera, logró salir de la fiesta sin problema para llegar a su casa a salvo. A pesar de que ya era de noche, se dirigió a su refrigerador, cuando estaba a punto de servirse en un vaso un poco de leche, alguien llamó a su puerta.

Al principio decidió ignorar el llamado mientras pensaba que alguien podría intentar asaltarlo o algo parecido, hasta que el llamado se volvió muy insistente.

-¡Muy Bien! ¡Basta! ¡Seas quien seas, estoy muy-

Naruto se quedó perplejo al ver a Robby con Sam, quien obviamente estaba borracha, puesto que apenas podía estar de pie, eso lo molestó mucho.

-Molesto. Tiene que ser una broma.

-Lo siento, pero creo que eres el único en el que confío para que esto no se salga de control. -dijo Robby.

Robby sonó de una forma en la que solo alguien podía confiar y se estaba arriesgando al hacerlo, no conocía al rubio del todo, pero sabía que era una buena persona y la casa de Naruto era la más cercana entre las otras que había pensado.

Primero había pensado en ir a la casa de su padre, pero si de alguna manera se encontraba con la policía y lo veían con una Sam ebria, las cosas se podían malinterpretar. Por lo que Naruto era el más cercano para evitar ese problema y, por lo mientras, podría manejar el asunto para hablar con el padre de Sam.

Naruto soltó un suspiro antes de abrir más la puerta.

-Entren.

-Gracias. -agradeció Robby con un suspiro al pensar que Naruto no les dejaría entrar.

(...)

En la mañana, en la casa de los LaRusso, en la habitación principal, de Daniel y Amanda, había ropa dispersa por todos lados, por lo que ambos se despertaron contentos después de la gran noche que tuvieron. Daniel y Jonny habían hecho las pases de una forma que no esperaban, tal vez debió ser aquella mesera novata que no llevó el pedido bien o simplemente fueron sus acompañantes, ya que las mujeres se le pasaban bien, siguiendo la corriente del ambiente que cada vez era más agradable.

-Buenos días, preciosa.

Daniel le dio un beso a Amanda mientras ella le regresaba el beso.

-Buenos días. -regresó el saludo mientras ambos salían de la cama para ponerse una pijama.

Daniel fue hasta la habitación de Sam para despertarla, solo para encontrarse con que su hija no estaba en su habitación, se le hizo extraño no verla en su cama, normalmente él la despierta para desayunar, pero podía ser que ella ya estuviera despierta.

Anthony, su hijo, estaba pasando por ahí, por lo que decidió preguntar por su hermana.

-Oye, hijo, ¿no has visto a tu hermana?

Anthony frunció los labios pensando un momento, para decir:

-No desde que llegué del campamento ayer. Oye, ¿me prepararías unos waffles? De los que preparas tú, no de los congelados.

A Daniel le sorprendió el poco interés que tenía su hijo hacia el bienestar de su hermana mayor, su hijo no veía la gravedad del asunto que era que Sam no estuviera en la casa.

Daniel se dirigió hacia donde estaba Amanda para que ella supiera que su hija no estaba en casa desde ayer, rápidamente su madre había agarrado su teléfono para llamarla, pero ella no contestaba, solo entraba al buzón.

-No contesta, solo entra al buzón.

Sus padres se preocuparon enormemente, más aún cuando la computadora de Sam, la que estaba ligada al chat de su teléfono, sonó, siendo Aisha, quien le mandaba mensajes para saber si estaba bien.

Invicto vs Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora