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En la playa, Pong terminó de impartir su segunda clase del día y aún tenía unos minutos hasta la siguiente, así que caminó por la arena hasta la barraca de Thai Surf y entró en la oficina.

Quería coger un botellín de agua en la nevera y reponer sales minerales pero con molestia comprobó que no quedaba ninguno, entonces miró a su compañero Win, el cual estaba sentado en la zona de descanso pues también tenía unos minutos, mientras nadie entraba para inscribirse.

...-Oye, que ha pasado con todo el agua, creí haberte dicho que fueses a comprar más.

El rubio frunció el ceño con fastidio.

-No soy tu criado, además tú eres quién se la bebe.

El moreno resopló con pesar.

-Sabes que yo no tengo tiempo para ir hasta el quiosco y traerlas, en cambio tú estás casi todo el tiempo libre....joder, puedes perfectamente poner un cartel y la gente esperará a tu regreso, yo en cambio no puedo hacer eso con los alumnos, pagan por hora.

Su compañero gruñó.

-Ok, ok, bebe un refresco, luego iré por tu agua.

Pong obedeció y cogió una cola, entonces la abrió y se sentó a disfrutar de sus minutos de descanso, mientras pensaba un poco en la vida.

Hacía un día realmente caluroso y la cola le había dado mucha más sed, por lo que el moreno, al terminar la siguiente clase, nuevamente fue a la barraca con intención de beberse un botellín de agua.

Win echaba una cabezadita sobre la mesa cuando este entró y con negación movió la cabeza al verle.

-Tienes suerte de ser hijo de los jefes, realmente eres un flojo amigo-habló el moreno monitor camino a la nevera.

Al abrirla, este con enfado comprobó que no había rastro del agua que el rubio había dicho que iría a buscar.

-Menudo idiota-susurró cerrando la puerta de nuevo.

Este ojeó el reloj y vio que apenas tenía veinte minutos antes del comienzo de la última clase de la mañana pero se moría de sed y no tenía ganas de beber otro refresco pues a parte de que no le refrescaban, estos le daban gases.

-Joder, tendré que ir yo mismo a por el agua.

Este cogió dinero en el bote común y salió de la barraca camino del quiosco más cercano, que estaba en la mitad de la playa a unos cuantos metros.

Al llegar, este observó que había una chica atendiendo a varias personas por lo que se sentó en unos de los taburetes esperando ser atendido.

De repente y portando una caja de cervezas, apareció un chico alto y realmente guapo, al cual este nunca había visto.

-Oops, ¿Ya está atendido señor?

Pong negó.

Este soltó entonces la caja sobre otra pila que había y tras limpiarse las manos se volvió hacia el monitor.

-Bien, ¿qué desea entonces?-preguntó con una hermosa sonrisa.

-Bien, ¿qué desea entonces?-preguntó con una hermosa sonrisa

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-Oh emm, yo emm...quiero agua-habló el monitor de surf embobado-...quiero botellines de agua, por favor.

El barman asintió y entonces caminó hasta la nevera y luego de abrirla, sacó varios y los puso sobre la barra.

-¿Cuántos quiere?

El moreno ni siquiera escuchó pues estaba muy concentrado en los delicados movimientos de este.

-Señor, que ¿Cuántos quiere?-volvió a preguntarle este.

-Oh, si, emm...dame ocho, por favor.

El barman asintió volviendo a sonreír.

-Wow, eres ....eres... emmm- balbuceó creyendo no ser escuchado.

-¿Decía?-preguntó el barman de nuevo mientras metía los botellines en una bolsa.

Pong se rascó la nuca con verguenza.

-Oh nada, nada...so-solo decía que, ¿cuánto es?

El chico sonrió.

-Oh pues son ciento noventa baths, por favor

El monitor de surf asintió y puso el dinero sobre el mostrador.

-Muchas gracias, adiós.

El barman asintió conforme y le dio un saludo levantando su mano.

-Adiós, vuelva pronto.

Durante todo el trayecto de vuelta a la barraca, el monitor solo pudo pensar en el lindo chico que acababa de ver, en blanca tez y el cuerpo que este escondía bajo la camiseta.

No sabía si era porque hacía mucho tiempo que no estaba con alguien o porque le había dado demasiado sol en la cabeza pero su mente comenzó a volar y se imaginó a este retorciéndose de placer bajo suya y emitiendo sonoros jadeos, provocados por sus estocadas.

-Joder pero, ¿Qué me pasa?, ni siquiera se como se llama-susurró tras llegar y abrir la nevera.

-¿Cómo se llama quién?-preguntó Win tras él, sacándole de sus lujuriosos pensamientos.

Pong sacudió la cabeza negando.

-No, nada, me vuelvo a la orilla, el siguiente turno ya va empezar.

El rubio se encogió de hombros y tras coger un refresco, se fue al mostrador para seguir atendiendo a la gente que venía preguntando para alquilar tablas o para recibir clases de surf.

En la siguiente hora, el moreno miró varias veces hacia el quiosco inconscientemente, quería alejar esos pensamientos de su mente pero fue le inútil, ya que no pudo sacarse al barman de la cabeza.

A la hora de descanso de la comida, el rubio cerró la puerta y ambos se cogieron sus fiambreras y se sentaron a llenar sus estómagos y así aguantar la jornada que aún les quedaba hasta el anochecer.

-Estás muy callado, ¿En qué piensas?-habló Win tras el gran silencio que había-...¿no seguirás molesto por tu agua verdad?.

El moreno negó.

-No, no sirve de nada enfadarme contigo, eres imposible.

Win rió.

-Joder, perdona... te dije que iría por ellas pero estaba agotado y me quedé dormido.

-Ya, ya lo sé.

El rubio se encogió de hombros y acto seguido se levantó de la silla para traerle una cajita con un lazo.

-Para ti.

Pong lo miró extrañado.

-Hey, ni sueñes que haciéndome regalos saldré contigo- gruñó rechazando el presente.

El rubio rió de nuevo.

-No seas idiota, no es mío, una chica lo dejó antes.

Pong negó de nuevo.

-Ya te dije muchas veces que no aceptes regalos de las clientas-habló tras leer la nota que traía adjunta-... sé creen lo que no es y esperan que las corresponda...estoy harto de aclararles que soy gay.

El rubio entonces chasqueó la lengua con fastidio.

-Insistió mucho, además que más da. Tíralo a la basura y ya está...tampoco es para tanto.

Este cogió la caja y la puso en uno de los cajones sin abrirla.

-Mañana se la devolveré.

Terminando su comida, el monitor pensó en lo injusta que era la vida pues si hubiese sido hetero, no le habría faltado amor pero siendo así, siempre le ocurría que el que le interesaba, no le correspondía o simplemente estaba pillado.

Entonces su pensamiento volvió de nuevo al barman y susurró con pesar.

-Y tú, ¿cuál de ellos eres?

....

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11. JeffBarcode: Amigos - MileApo, Biblebuild, Pongtong Y JJUs- Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora