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Barcode andaba muy decaído desde varios días atrás pero a pesar de que su madre le había preguntado qué era lo que le ocurría, este solo le decía que estaba preocupado por los partidos que tenía en fechas próximas.

...—Gatito, soy quién te parió y no puedes mentirme...aquí ocurre algo más pero no quieres decirme—Habló la mujer, tras escuchar por milésima vez suspirar a su hijo en esa mañana.

—No pasa nada, madre tranquila.

Esta negó con la cabeza.

—No me mientas, ¿Acaso es por tu hermano?, ¿te has peleado con él o con alguno de los chicos?

El moreno chasqueó la lengua con fastidio.

—No mamá, déjalo ya, por favor.

La mujer lejos de hacerlo, resopló y tras caminar hacia el sofá, se sentó junto a este.

—No, no estoy tranquila, me preocupas mucho... tú eres un niño muy sonriente y lleno de luz pero últimamente eso ha cambiado, así que no me digas de nuevo que algo no pasa.

Barcode resopló con pesar incorporándose y haciendo una sonrisa forzada besó la mejilla de su madre.

—Soy muy feliz, ¿lo ves?, anda deja de preocuparte más.

—No, no lo eres—Volvió a hablar esta—… ¿Acaso algún chico te está haciendo sufrir?, puedes decírmelo hijo, confía en mi.

El estudiante universitario negó con la cabeza algo nervioso.

—No, ¿Cómo crees?, estoy bien, mamá... sabes que estoy ocupado con los entrenamientos y los partidos, no tengo tiempo para eso.

Esta le cogió la mano y se la besó.

—Tú eres mi hijo menor y eres muy sensible, a pesar de que quieras aparentar ser fuerte...es normal que ansies tener una pareja a tu lado y tener tus propios hijos.

—Mamá, déjalo...además, ¿cómo crees que dejaré mi carrera para engendrar y parir hijos?, el fútbol es mi vida.

Esta suspiró con pesar.

—Tú a diferencia de tu hermano puedes hacerlo, gatito...Estás destinado a engendrar y tener tus propios bebés, es tu naturaleza, por eso Dios te bendijo con los órganos reproductores, al igual que a las mujeres.

El moreno frunció el ceño con molestia.

—Baja la voz, madre, no quiero que nadie más se entere de que tengo esa anomalía genética.

Su madre suspiró con resignación.

—Yo quiero ver a mis nietos antes de morirme, así que ya que tu hermano no parece estar por la labor de encontrarse una chica, tú eres mi esperanza.

Barcode sonrió con tristeza.

—Todavía están Jeff, Bible y los demás... ellos pueden darte nietos, los quieres como a tus hijos.

Esta sonrió también.

—Si es cierto que los amo igual pero no serían mis nietos totalmente, además, ¿los has visto?, el joven Jeff solo piensa en su música, Apo y JJ en su trabajo de modelos y en salir con unos y otros y Bible...bueno, ese chico está tan perdido en el recuerdo de haber fallado al señor Wachapas, que ni piensa en casarse y ser feliz.

El joven moreno volvió a besar la mejilla de su madre.

—No te preocupes más, ¿Ok?, yo estoy bien y algún día serás abuela.

La mujer asintió.

—Está bien hijo, si no quieres decirme ahora no me digas pero que sepas que yo siempre te entenderé y te ayudaré en todo lo que pueda, ¿De acuerdo?

—Lo sé mamá, te amo.

—Y yo a ti, cariño, bueno me voy.

—Si, claro.

La mujer volvió a sus quehaceres en la casona, mientras que su hijo volvió a tumbarse en el sofá y siguió mirando al techo.

Este se sentía morir y sabía perfectamente que su madre estaba en lo cierto, al pensar que le estaba mintiendo y si que ocurría algo pero no podía decirlo abiertamente.

Estaba deprimido porque hacía más de dos semanas que no veía ni había hablado con Jeff pues este estaba de gira por el país.

No era la primera vez que se ausentaban de la Villahermosa pues debido a sus trabajos, tanto el músico como él, solían viajar a menudo e incluso por mucho tiempo más.

Casi siempre coincidía que ambos estaban lejos al mismo tiempo, así que era más llevadero pero como en esas otras ocasiones en que no era así, Barcode veía las cosas del mayor cada vez que entraba en la habitación de este o en su estudio y sentía que el corazón se le escogía hasta dejarle casi sin respiración.

A pesar de todos sus intentos por olvidarse y ver al músico tan solo como un amigo, este no lo había logrado y por el contrario cada vez lo amaba más y más.

Durante esos últimos años, había salido con chicos y se había mentalizado en solo pensar en su carrera pero nada le había hecho olvidarse de ese sentimiento.

Incluso cada vez que se ponía un pie en el césped del campo para entrenar o jugar un partido, siempre miraba hacia las gradas con la esperanza de ver a Jeff sentado y animándolo, como tantas veces su madre, su hermano e incluso sus amigos habían hecho pero nunca se había dado.

Lo cierto era que le hubiera sido más fácil si el músico hubiera sido un hombre de relaciones pero resultaba ser que el mayor, no era de esos y solo hacía trabajar y trabajar.

Eso hubiera bastado a cualquiera para desistir y dejar de amar al mayor pero le había sido imposible de conseguir, ya que al volverlo a ver, toda esa tristeza y desilusión se iban.

Además, eso le hacía tener siempre una pequeña esperanza de que algún día el músico levantase su mirada de sus instrumentos y lo viese.

Barcode soñaba con que algún día Jeff le confesara que siempre lo había amado pero nunca se había atrevido, sabía que eran sueños de quinceañera pero no podía evitar tenerlos y a veces se odiaba por ello.

Era realmente duro vivir así pero en el fondo no tenía el valor para irse a otro lugar e independizarse pues sabía que no podría vivir sin estar cerca de Jeff o de sus cosas.

Vivir ese amor platónico por el mayor desde que lo había descubierto, era penoso pero no podía evitar sentir lo que sentía pues creía que con su amor unilateral era suficiente, a pesar de esos momentos de ausencia.

Sabía que era masoquista e incluso enfermizo pero tan solo ver una sonrisa del mayor, siempre acababa borrando todo lo malo de sufrir ese amor en la sombra.

......

Estoy triste, apenas hay comentarios 😭😭😭

11. JeffBarcode: Amigos - MileApo, Biblebuild, Pongtong Y JJUs- Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora