11. JeffBarcode: Amigos - MileApo, Biblebuild, Pongtong Y JJUs- Terminada

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Lyn estaba preparándole un té para llevarle a Jeff, entonces escuchó que Barcode acababa de llegar.

...—Oh gatito, anda, ven aquí y llévale esto a mi niño, por favor

Este chasqueó la lengua con fastidio.

—Mamá, no pienso hacerlo. Esto ya es muy vergonzoso.

La mujer negó y acto seguido cogió a su hijo de la mano.

—Cuanto más tiempo pases con él y vea que te preocupas, será mejor, confía en mi.

El moreno se negó.

—He estado llevándole el desayuno, la comida y la cena durante todo el fin de semana y en todas esas ocasiones me ha preguntado porqué lo hacía yo y no tú o una de las chicas... ya se me han acabado las excusas, creo que piensa que lo hago para espiarlo.

Lyn rió.

—Eres un exagerado, mi niño Jeff no piensa nada de eso. Es más, estoy segura de que estará feliz de que vayas a verle...venga, camina—habló esta poniéndole la bandeja en las manos.

—Oh venga, mamá, acabo de llegar de entrenar y estoy agotado, ve tú.

Lyn resopló molesta.

—Quiero nietos, así que camina o iré yo y entonces le diré que lo amas de una vez por todas.

El futbolista miró a su progenitora con asombro.

—¿No serías capaz?

—Pruebame, hijo.

Barcode rodó los ojos.

—Ok vale, lo haré—dijo este dándose por vencido—…pero que sepas que esto no es ayudarme, es coacción.

La mujer dio dos rápidas palmadas.

—Venga, venga... ala, ala... camina, vamos ve de una vez, que se le enfría.

Este hizo un gracioso puchero.

—Eres una madre horrible, te odio.

—Si, si, yo también te quiero.. venga ve.

Tras salir de la cocina y subir las escaleras, el moreno llegó ante la puerta del músico y luego de suspirar profundamente tocó, hasta que luego de escuchar un leve "pasa", abrió.

—Te traigo un té, mi madre te lo envía.

El mayor con su guitarra y sentado en la alfombra  sonrió al verle.

—Oh gracias, no sabía que ya habías llegado.

—Si, lo acabo de hacer—Dijo el futbolista dejando la bandeja en la mesilla—…mi madre estaba ocupada y me pidió que te lo trajese yo.

El músico asintió conforme.

—Bueno, me iré, que te aprovech...

—No, no te vayas, por favor—le rogó el músico al ver que este se giraba hacia la puerta nuevamente—…quédate un rato a hacerme compañía.

El moreno asintió aunque no muy conforme pues cada vez que este le había dicho eso, le había hecho muchas preguntas y cada vez más difíciles de contestar pues lo ponía nervioso.

—Anda siéntate y cuéntame cómo te va con tu nuevo novio.

Lo cierto era que Barcode no estaba saliendo con nadie en ese momento pero había tenido que mentir para no ser tan evidente si se le escapaba un suspiro o cualquier otro gesto, el cual el músico pudiese interpretar como una revelación de sus sentimientos y entonces quedase en ridículo.