CAPITULO 28

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HAILEE POV

- ¿A dónde vas? – tranquila no entres en pánico, busca una excusa.

- A tomar un poco de sol – genial Hailee, eres un genio

- Lo siento, pero no puedo dejarte salir – analizo a la pequeña mujer que me mira tímidamente y no sé de qué especie sea, pero creo que puedo matarla fácilmente, además que no me vendría mal un poco más de energía (golpe mental) pero que me está pasando, a mi antes no me gustaba matar personas y ahora hasta veo el lado bueno, soy un monstruo.

- ¿Por qué no puedes dejarme salir?

- porque si te dejo ir mi señora se enojará

- ¿tu señora es Isadora? – asiente – bueno pues lo que sea que esté dando, yo puedo darte el doble o cualquier otra cosa que quieras, dinero, una casa, joy...

- Quiero que me lleves contigo – niego inmediatamente – por favor, ella nunca me ha permitido salir de esta isla.

- Mira, yo no puedo llevarte por que nada me asegura que no me traiciones avisándole a Isadora en donde estoy

- Te juro por la diosa que no voy a hacerlo – empujándola ligeramente salgo de la casa, y apenas lo hago recuerdo que no tengo idea de donde estoy.

- Sin mi ayuda no podrás salir de aquí – la miro frustrada – por favor, confía en mí.

Mirando hacia todos lados considero su oferta y no es como que tenga muchas opciones por más que me haga la difícil, no sé cuánto tiempo tarde la recuperación de Isadora o si Max vuelva, o si no vuelve que es peor. No muy convencida miro a la chica a mi espalda.

- ok, puedes ir conmigo – la tomo de las manos para detener sus brincos de emoción – escúchame, yo quiero creer que soy una buena persona a la que no le gusta matar, pero si tú me traicionas tendré que hacerlo ¿está claro?

- Claro, muy claro – vuelve a brincar de nuevo, creo que no me cree capas – y que sigue

- Pues salir de esta isla – digo obvia – si mal no recuerdo, nosotros llegamos por una cueva podemos irnos por ahí

- No – la miro – para cruzar por ahí necesitas una de las piedras de mi señora

- Podemos robarle alguna, debe seguir inconsciente.

- No funcionan así – dice deteniendo mis pasos hacia la casa – mi señora es muy inteligente, para que funcione ella debe dártela por su propia voluntad.

- Genial – la rubia agacha la mirada por mi tono – lo siento ¿hay alguna otra salida?

- Por el mar

- ¿el mar? – asiente – obvio que, por el mar, pero que hay luego de eso ¿A dónde podemos llegar? Y ¿Qué tan lejos esta?

- Ammm no sé qué tan lejos este, pero en esa dirección hay una aldea humana

- ¿segura? ¿Cómo lo sabes?

- Porque a veces por las noches pasan grandes barcos con humanos y vienen de esa dirección.

- Pues supongo que no tenemos otra opción – empezamos a caminar hacia la playa – imagino que nadas bien.

- No tanto – detengo mis pasos haciendo que choque contra mi

- Vives en una isla y no sabes nadar ¿Cómo es posible?

- Soy muy buena pescando – dios mío dame paciencia para no matar a esta niña por favor – pero, por que no simplemente nos transportas halla, los demonios pueden hacerlo ¿no?

DIVIDIDA: entre el deseo y lo ¿correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora