capitulo 5

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Estaba cansado y mi maldita paciencia se estaba yendo poco a poco al mismísimo demonio por culpa de cierta persona.

Digamos que pegar carteles con la cara impresa de Hange no era para nada mi pasatiempo favorito, menos cuando estaba perdiendo mi valioso tiempo de descanso que existía entre una clase y otra.

Y no era que haya aceptado ayudarla por voluntad propia. Para nada. Pero haber tenido a Hange insistiéndome día y noche sin parar no me había dejado otra opción.

Hange podía ser un verdadero dolor de cabeza cuando se lo proponía.

Solo faltaban un par de días para elegir nueva directiva, lo que causaba que en absolutamente cada rincón de la facultad uno se encontrara con alguna foto de un candidato. Sobre todo de un candidato en especifico, el cual, al parecer era uno de los favoritos entre el alumnado.

Sí, me refiero a Jaeger.

Incluso había visto a más de una persona robarse una foto de él. Y vaya a saber uno que hacían con esa imagen.

Mejor no imaginarse nada.

Y siguiendo con mi tortura, algo peor que estar pegando fotos de Hange era, definitivamente, tenerla recitando por enésima vez el discurso que iba a dar mañana en la tarde frente a todos.

La había escuchado decir lo mismo tantas veces que ya me sabía cada palabra de memoria.

—Y con esto último quiero dar a entender que cada opinión y palabra de ustedes será tomada en cuenta y que juntos podremos hacer un cambio...

Solté un fuerte suspiro a la vez que giraba la cabeza hacia el lado para dar directamente con el rostro divertido de Isabel, la cual movía los labios al compás de las palabras que salían de Zoe, dándome a entender que también se sabía el discurso de memoria.

—... un cambio que...

—Que nos favorezca a todos—continué por ella, ya que nuevamente se le había olvidado exactamente la misma linea por octava vez en el día.—Descansa al menos un minuto, Hange—comenté, escuchando al instante un pequeño gruñido de su parte a mis espaldas, lo que claramente me indicaba que no me haría caso en lo más mínimo.—Hange, lo digo en serio.—le dije con tono duro, mirándola por sobre mi hombro.

—La ultima vez—insistió junto a una pequeña sonrisa que tenía como finalidad hacerme cambiar de parecer, algo que claramente no haría por el bien de mi paz mental—Prometo que esta vez no se me olvidará nada.

Isabel me miró mientras negaba de forma divertida.

—¿Y si mejor hablamos de otra cosa?—habló, tratando de convencer a Zoe—Cuéntanos que pasó está semana en el dorama que estás viendo.

Y como arte de magia, la sonrisa de Hange se amplió y comenzó a contar con lujos y detalles cada cosa que había sucedido en esa serie que la tenía obsesionada desde las vacaciones.

Gracias Isabel.

Mientras las dos conversaban animádamente, yo por mi parte caminé hacia la pared más cercana para pegar la ultima hoja que me quedaba y poder descansar al menos unos minutos antes de que empezaran las clases. Pero en el momento en que pegué la imagen alguien puso la foto de Jaeger sobre la de Zoe.

Fruncí el ceño y giré el cuerpo para ver de quién se trataba. No obstante, cuando mis ojos se cruzaron con el rostro sonriente de Eren no pude hacer más que arrepentirme.

—¿Vas a votar por mi verdad?—Preguntó con un tono bastante seguro, sin borrar la sonrisa de su rostro.

Negué como respuesta, haciendo que al instante su sonrisa se transformara en un pequeño puchero y frunciera levemente el entrecejo.

Te Odio Eren Jaeger (Ereri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora