Capitulo 34

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Eren J:

Al despertar quise levantarme e ir directo al hospital para ver cómo se encontraba mi abuela luego de la operación, pero Levi me obligó a desayunar antes de salir. Y obviamente, negarme a eso no podía porque moría de hambre.

El último mensaje que había recibido de mi madre fue en la madrugada, el cual decía que habían logrado quitar gran parte del tumor, pero que no habían podido extirparlo por completo por los problemas que había presentado otra vez mi abuela durante la cirugía.

Llegamos al hospital y entramos al ascensor porque ninguno de los dos tenía ánimo de subir siete pisos por las escaleras. Estando dentro me puse a leer los mensajes que tenía del grupo con mis amigos para ver si dentro de los más de 200 mensajes que habían escrito durante la noche, se encontraba algo interesante. Leyendo y leyendo, llegué a un punto de la conversación donde los cuatro empezaron a enviar fotos graciosas de los demás, incluso había una mía de cuando me quedé dormido para un acto en la escuela, donde estaba con la boca abierta y un hilo de saliva salía de esta. 

Y como Levi se encontraba a mi lado, se rio cuando vio la imagen.

Maldito Jean, me dijo que esa foto la eliminó. Pero como no soy para nada vengativo, comencé a buscar la peor foto que tenía del idiota.

Esto no se iba a quedar así. No señor.

—Oye, Eren—escuché la voz de Levi—¿Quién es el hombre parecido a ti que está al lado de tu mamá?

¿Parecido a mí?

...

¿Papá?

Apagué el celular y miré a Levi con confusión, luego llevé la mirada hacia el frente para ver a quien había visto Levi. Grande fue mi sorpresa cuando vi a mi papá sentado conversando con mamá. Con mamá lo habíamos llamado anoche para contarle lo sucedido, a lo cual, nos dijo que todavía le faltaban unos días para terminar el turno en el trabajo, pero que haría lo posible para ver si lograba que otro piloto lo cubriera en el próximo vuelo que tenía, el cual era de más de 30 horas de viaje.

Quizás si había logrado que uno de sus compañeros lo cubriera. 

—Es mi papá—contesté. Levi asintió con un movimiento de cabeza, con la mirada fija al frente—O, mejor dicho, tu suegro.

—Todavía no es mi suegro, pero en un futuro puede que si sea—contestó, llevando la mirada hacia mi y guiñándome un ojo a la vez que me sonreía.

Esperen...

¡¿QUÉ?!

—¿Qué dijiste?

—¿Qué dije de qué? —Preguntó, haciéndose el confundido.

Negué con la cabeza, decidiendo no insistir en el tema porque sabía que Levi se haría el tonto hasta el cansancio.

—Ven—Le ofrecí la mano—deja que te lo presente.

Él se quedó quieto, mirándome dubitativo, sin saber si seguirme o no.

—No te preocupes—hablé otra vez—papá es un amor de persona. Además, ya le he hablado un poco de ti y siempre me dice que quiere conocerte.

Frunció el ceño y me miró con confusión—¿Qué le has dicho de mí? —preguntó.

—Solo cosas buenas, mi amor. Como que casi me quiebras el brazo a principio de año—Solté. Y por la mueca que había puesto Levi, no pude evitar reírme—Es broma, hombre. 

De un movimiento, lo abracé por los hombros para hacerlo caminar hacia mis papás, los cuales estaban tan absortos conversando entre ellos que todavía no se daban cuenta de nuestra presencia. En el momento en que llegamos frente a ello, levantaron la mirada y nos observaron. Mamá nos sonrió con amabilidad y papá nos observó con seriedad, y por aquella mirada sentí como Levi se tensaba un poco entre mis brazos. La verdad no lo culpaba, mi padre daba un poco de miedo.

Te Odio Eren Jaeger (Ereri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora