Te Odio Eren Jaeger (Ereri)

capitulo 16

Eren J

Levi es la personificación de belleza y mal humor. Sobre todo, de mal humor.

Él no es de las personas que disimulan cuando alguien les cae mal o algo les molesta. Las palabras no son necesarias cuando sus expresiones faciales lo dicen absolutamente todo.

También sé que algo que incrementa su mal humor es mi presencia. No me soporta. Pero lejos de hacerme sentir mal me resulta realmente divertido y fascinante. Me gusta decir estupideces y molestarlo hasta que su paciencia llega a su límite y me mira como si quisiese acabar con mi existencia.

Estoy jugando con fuego. Lo tengo más que claro. Y me encanta.

Historia desde el principio había dicho que la razón por la que me gustaba molestarlo se debía netamente a que quería llamar su atención porque me gustaba y era mi forma de conquistarlo.  

Una forma estúpida de conquistar si me permiten ser sincero.

Al principio lo negué, pero Historia siguió insistiendo, tratando de todas las formas posibles que yo entrara en razón y viera lo que para ella era lo obvio. Después de conseguir solo negativas de mi parte, ya que no podía aceptar algo de lo cual no estaba completamente seguro, ella terminó diciéndome que tenía que hacerle caso porque "Su instinto de mujer le decía que cupido al fin había disparado su flecha contra mi"

¿Levi me gustaba? No lo sabía, jamás había sentido algo por alguien como para comparar el sentimiento. Era algo completamente nuevo para mí.

Nuevo y agradable.

Quizás Historia tenía razón. Quizás Levi si me gustaba.

El fuerte ladrido de Fito me hizo salir de mi maraña de pensamientos.

Lo seguí con la mirada, Fito no para de correr por todo el lugar, como si hubiese acumulado demasiada energía y ahora fuese el momento preciso para botarla. Desde la primera vez que lo traje de paseo se convirtió en su sitio preferido, más en verano, que para contrarrestar el calor ama nadar en el lago que ahora se encuentro frente a nosotros.

Estamos en un lago que se encuentra a unos pares de kilómetros de la ciudad. Es un lugar que por error había encontrado junto a Jean y Connie el año pasado luego de perdernos por andar buscando otro lugar diferente.

Es tranquilo, donde el único ruido que se escucha son las ramas de los árboles moverse producto de la fría brisa de invierno. Otra cosa es la belleza del lugar, como la del cielo nocturno. Aquí no hay contaminación lumínica, por lo que es posible apreciar estrellas y constelaciones que en la ciudad es impensable.

El lugar perfecto para relajarse luego de pasar una semana completa repleta de evaluaciones, tareas y responsabilidades universitarias.  

Miré a Levi. Él se encuentra sentado junto a mi sobre la manta que habíamos puesto cuando llegamos al lugar. Quiero decir alguna estupidez como estoy acostumbrado a soltar cuando estoy con él. Sin embargo, ahora por una razón totalmente diferente. No quiero jugar con su paciencia ni mucho menos ponerlo de mal humor. Solo deseo que se olvide por un momento de la discusión que tuvo con su hermana al salir de casa.

Por primera vez las palabras me faltan, y es realmente frustrante no saber que decir.

Boté un largo suspiro y llevé la mirada al cielo, como si dentro de alguna estrella o constelación pudiese encontrar las palabras correctas. Nada, estoy con la mente en blanco.

Desde que llegamos noto a Levi distraído. Hace el intento de admirar el paisaje que hay a nuestro alrededor, no obstante, está constantemente mirando el celular, como si esperara algún mensaje o llamada por parte de su hermana.