Capitulo 36

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1 año después.

Algo que se había vuelto parte de mi rutina en los últimos meses, era visitar a Eren en la cafetería donde trabajaba los fines de semanas. Llevaba meses ahí, al principio trabajaba toda la semana, teniendo solo el día domingo para descansar. Sin embargo, cuando volvió a la universidad, preguntó si existía la posibilidad de trabajar solo el fin de semana y los días festivos, a lo que, para su suerte, su jefe le contestó que no había problemas. 

Antes de entrar a la cafetería, pasé a la florería que estaba en frente. Compré un pequeño ramo con tres rosas rojas bastante bonitas para regalarle al idiota.

¿Flores por algo en especial? No, simplemente quería regalarle flores y ser un poco romántico.

La señora de la tienda les puso un lindo lazo a las flores. Pagué y salí de la tienda, sintiendo como mi corazón aumentaba sus latidos por culpa de los nervios. 

Crucé la calle y entré a la cafetería con las flores escondidas tras mi espalda. Eren estaba atendiendo a unas niñas que parecían tener problema para elegir una de las tartas que estaban en la vitrina. Mientras las pequeñas clientas seguían en un debate consigo mismas, Eren llevó la mirada hacia el frente, sonriéndome y luego lanzándome un beso, como siempre lo hacía cuando me veía. En respuesta, sonreí. Le hubiera saludado con un movimiento de mano, pero las tenía ocupadas.

Después de unos minutos más, las niñas lograron decidirse por una tarta de frambuesa. En el momento en que Eren entregó las rebanadas y ellas se fueron a sentar, yo me acerqué al mostrador. 

—Mi cliente favorito—Sonrió, apoyando sus antebrazos en el mostrador e inclinándose sobre este para quedar más cerca de mi rostro—¿Qué tienes tras tu espalda? —preguntó con curiosidad, tratando de hacer hasta lo imposible para averiguar qué era, pero se lo impedí, dando un paso hacia atrás—¿Qué me estás ocultado, Ackerman?  

—Toma—Saqué las flores de mi espalda y las acerqué a su rostro. Eren las miró con una mueca de sorpresa y confusión, que pronto cambió a una enorme sonrisa. Incluso pude notar un suave sonrojo adornar sus mejillas. 

—¿Y esto? —Preguntó, con las flores en su mano, moviendo los ojos del ramo hacia mí y viceversa. 

—¿Son flores? —Respondí como si fuera lo más obvio del mundo—Rosas rojas más específicamente. 

Eren negó de forma divertida—Si sé que son flores, Levi, pero ¿por qué me regalas flores? —se mantuvo en silencio, formando una mueca pensativa, la cual, se transformó en una de preocupación en menos de un segundo—Espera... ¿Hoy no es una fecha importante que estoy olvidando? Te juro que si olvidé algo no fue con intención. 

—¿De verdad lo olvidaste? —Bromeé, manteniendo la seriedad para que Eren se creyera mi actuación—Pensé que no olvidarías algo tan importante como eso, pero al parecer si lo hiciste. 

La mueca de preocupación se acentuó aún más—Mi amor... Dame una pista y te juro que me acordaré—pidió, a lo cual, negué con un movimiento de cabeza—Perdóname, te juro que no olvidé eso tan importante a propósito—No le contesté—Levi... mi cielo.

Solté una pequeña risita—Tranquilo, hoy no es ninguna fecha importante—Respondí. Eren soltó un suspiro de alivio, llevando su mano a la zona de su corazón—Solo me pareció buena idea regalarte flores.

Se inclinó y me dio un corto beso en los labios—Que romántico—soltó para volver a darme otro beso—Muchas gracias, cariño.

Eren se dio la vuelta y sacó un vaso grande del mueble.

—¿Qué tal las clases? —pregunté mientras Eren llenaba el vaso con agua, ponía las flores en el interior y las dejaba sobre el mostrador.

—Tuve la última prueba del año ayer. Ahora solo falta que entreguen las notas, pero estoy seguro de que aprobé todo.

Te Odio Eren Jaeger (Ereri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora