Te Odio Eren Jaeger (Ereri)

capitulo 21

Después de salir de la ducha y vestirme me quedé sentado en la orilla de la cama buscando por el celular ideas de regalos para la abuela de Eren, pero nada terminaba por convencerme y ya me estaba comenzando a estresar. 

Decidí dejar el celular de lado por un momento, pero no pasó ni un segundo cuando este comenzó a vibrar. Llevé la mirada hacia el lado, dándome cuenta de que el nombre de Eren aparecía en la pantalla.

Luego de pensarlo un poco terminé por atender la llamada.

—¿Hola?

—Buenas tardes—Dijo Eren al otro lado de la línea. —Su carruaje lo está esperando afuera, mi alteza.

Fruncí el ceño en señal de confusión—¿De qué estás hablando?

Lo escuché soltar una corta carcajada antes de contestar y decir: —Te estoy esperando afuera, pulguita.

¿Qué él qué?

—Dime que no estás hablando en serio.

—Estoy hablando muuuy en serio—respondió de inmediato—espera—hizo una pausa—¿estás en tú casa, verdad?

—Sí.

Él soltó un suspiro de alivio—Ya veía que me decías que no y quedaba cómo estúpido—dijo de forma divertida—O sea, sé que soy estúpido, pero nadie más que yo tiene que saberlo.

—¿Qué quieres que te diga? No lo mantienes muy en secreto—Me burlé.

—Oye—Se quejó con un deje de diversión en su tono de voz.

Me paré de la cama y caminé hacia la ventana de mi habitación. Cuando me asomé vi como Eren se encontraba apoyado en el árbol que está afuera de la casa. Eren no tardó en dirigir la mirada hacia donde me encontraba yo, y cuando lo hizo no tuvo mejor idea que lanzarme un beso y soltar un "mi amor" lo cual pude escuchar a través de la llamada.

Hice una mueca de asco y le levanté el dedo del medio en respuesta.

Él amplió su sonrisa.

—¿Sabes? Cada vez te encuentro más bonito—confesó de la nada, sin borrar su sonrisa—¿qué haces para gustarme cada día más?

No supe cómo contestar apropiadamente a eso. Me quedé en silencio, con mi mente completamente en blanco.

Apoyé mis antebrazos en el marco de la ventana sin apartar los ojos de su presencia.

—¿Qué estás haciendo aquí?—pregunté cambiando completamente de tema. Era lo único se me había ocurrido para salir de la situación.

—Quería ver la carita de la persona que me gusta.

Maldición.

—Te estoy hablando en serio, idiota.

Él soltó una carcajada—Te recuerdo que es el cumpleaños de mi abuela—contestó—Y le dijiste que ibas a ir.

Alejé el celular de mi oreja para poder ver la hora. Eran recién las tres y media de la tarde y el cumpleaños de la señora era a las cinco.

Volví a poner el celular contra mi oreja.

—Eren, son las tres de la tarde—Contesté, lo vi asentir con la cabeza en respuesta—Y el cumpleaños de tu abuela es las cinco.