Capítulo 1

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Abrí la puerta de mi casa con vacilación, no estaba acostumbrado a salir tan tarde por la noche pero no lograba conciliar el sueño, quizás salir a tomar un poco de aire fresco me ayude a relajarme. Hace no mucho había llegado a mi casa, estuve toda la tarde en el trabajo y al salir me dirigí a la universidad, pude liberarme casi a medianoche. Pensé que con este día, apenas toque mi cama caería rendido por el cansancio, pero ya estaba saliendo nuevamente por mi falta de sueño.

La noche se veía hermosa, debido al horario había pocas personas a la vista; las calles iluminadas con tonos cálidos le daban cierto encanto al ambiente. El aire fresco golpeó mi rostro de una manera agradable y no pude evitar suspirar.
Tenía suerte de que mis mañanas estaban libres, podría descansar un poco más y no me vería afectado por eso. No estaría mal aprovechar la situación y disfrutar del momento.

Camine a paso lento y tranquilo para poder apreciar cada detalle de la ciudad en la noche. Respire hondo para destensar mis músculos, no quería pensar en exámenes o trabajo; quería olvidarme de mis preocupaciones por unos momentos.

Entre a una tienda para comprar una bebida, mi garganta estaba seca. Tomé una lata de gaseosa y me dirigí a la caja para pagar. La tienda estaba casi vacía así que no tuve que esperar. Había un pequeño grupo de personas muy ruidosas en un rincón del lugar, trate de ignorarlos pero parecían reírse cada vez más fuerte, sentí mi ojo temblar ligeramente por la molestia. Una voz extrañamente familiar llegó a mis oídos, esa tonada era irritante, traté de saber a quién me recordaba esa voz, pero antes de poder encontrar una respuesta los pasos se acercaron.

—¿Yoichi?

Maldigo mi suerte ¿Por que de todas las persona con las que podía encontrarme, tenía que ser el? Ignore deliberadamente su llamado, quizás piense que se confundió y desista. Pero en contra de lo que yo deseaba, sentí a alguien poner una mano en mi hombro y voltearme ligeramente.

—Sabía que eras tú. ¿El alumno dedicado no puede dormir? —soltó con tono burlón.
No  le respondí. Pagaré y me iré de este lugar lo más rápido posible.

Este era Michael Kaiser, un alumno alemán que comenzó sus estudios en la misma universidad que yo hace unos meses. No se mucho de él, pero se que es desagradable y muy popular. Las pocas veces que nos cruzamos parecía muy motivado a querer arruinar mi día.

—¿Te comió la lengua el ratón? —volvió a hablar.

—No tengo nada que hablar contigo, así que si me disculpas, debo irme —le respondí mientras recibía el dinero que sobraba, tomé mi lata y salí rápidamente de la tienda.

Pensé que me había liberado de ese rubio, pero los pasos acelerados detrás de mí me hicieron ver que este solo era el comienzo.

—¿A dónde vas? —me pregunto en tono cantarín.

Seguí ignorándolo, pero eso parecía motivarlo más a recibir algún tipo de reacción de mi parte. Continuó haciéndome preguntas a las que no me esforcé en responder.

Escuché a Kaiser llamarme, pero fingí que no había escuchado nada nuevamente, seguí caminando metido en mis pensamientos hasta que un tirón de mi brazo me hizo volver a la realidad. Un auto pasó a toda velocidad frente a mí, me di vuelta lentamente solo para ver una sonrisa ladeada de Kaiser.

—Mira por donde vas, quizás no esté la próxima vez para detenerte —comentó con suficiencia.  Rodé los ojos pero aun así decidí responderle.

—Gracias, supongo.

Un leve brillo apareció en sus ojos azules, parecía inesperadamente contento.

—Puedes agradecerme hablando conmigo.

Llamado De La Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora