Capítulo 6

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Desde que desperté hasta que comencé a caminar hacia la universidad, no podía dejar de pensar en todo lo que sucedió ayer. Conocí al consejo, Kaiser golpeó a un vampiro que se veía como Meguru pero resulta que era un cambiaformas que vendía droga en el club de Kaiser, y finalmente lo que mas me tenia distraido, lo que paso con Kaiser en mi casa. Había llevado las cosas a un límite que debí imaginar que no ganaría, es Kaiser después de todo, ese tipo no tiene vergüenza.

Entre todo ese intercambio de palabras, se perdió lo que me preocupaba en primer lugar, el por qué de su actitud tan fría luego de salir del club.

Me encontraba ya en la universidad, a pesar de sentirse abochornado busqué a Kaiser con la mirada, pero no lo encontré por ningún lado. No debería preocuparme considerando que no asistió los días anteriores, pero luego de ver esa mirada tan vacía en su rostro tan solo hace un día, no pude evitar preguntarme si estaba bien.

Me acerqué a Meguru dispuesto a averiguar algo, aunque sea mínimo.

—Meguru ¿Sabes algo de Kaiser?

—No lo he visto hoy ¿Sucede algo?

Suspire tratando de disipar el sentimiento de amargura.

—Oye ¿Por qué no lo llamas? También tengo el número de Ness por si te interesa —contó con una sonrisa.

Asentí rápidamente y el me paso el contacto de Ness, mande un mensaje que fue contestado con rapidez, él tampoco había visto a Kaiser hoy.

—Meguru, llegaré tarde a la clase, ya vuelvo —dije y sin esperar una respuesta, salí corriendo.

Parece que Meguru leyó mi mente, porque al instante tomó mi mano y empezó a correr a un ritmo que claramente no podía seguir. Llegamos a la casa de Kaiser en poco tiempo. Meguru tocó la puerta, pero nadie contestó, vi la nariz de Meguru moverse, frunció el ceño y entró a la casa, seguí su ejemplo sin dudar.

Al entrar, Meguru se dirige directamente a la cocina, parecía saber a donde tenía que ir. Con cautela camine detrás suyo, pero no esperaba encontrarme con esa escena.

Allí en el suelo de la cocina, Kaiser se encontraba respirando irregularmente mientras agarraba su pecho con fuerza, sus ojos de un color rojo brillante llamaron mi atención.

—Kaiser, ya eres bastante grande como para controlar que tengas reservas de sangre —dijo Meguru mientras negaba con desaprobación.

Entonces eso era, Kaiser no había bebido sangre.

—Callate.. —respondió Kaiser tajante, pero su voz sonaba rasposa.

Meguru suspiro y se giró para verme.

—¿Puedes quedarte? Le traeré sangre, y no te preocupes, no te hará nada —me explicó con tono calmante.

No es que pensara que él haría algo, si quisiera hacerlo se habría lanzado encima mio en el momento que me vio.

Meguru se fue y yo me acerqué a Kaiser, parecía no tener fuerzas ni siquiera para flexionar sus piernas.

—¿Qué fue lo que pasó? —pregunté con la esperanza de que pudiera responder.

—Tuve muchos asuntos que atender —respondió arrastrando las palabras.

Comencé a preocuparme cuando sus ojos comenzaron a cerrarse, golpee levemente su mejilla para espabilarlo, pero no parecía tener efecto. Estaba a punto de desmayarse.

Bajo el efecto de los nervios y la ansiedad, no pensé demasiado en lo que dije.

—Muérdeme.

Kaiser me observó con los ojos entrecerrados y se negó, volví a insistir, pero su respuesta siguió siendo la misma. Con molestia fui y tomé un cuchillo, consideraba a Kaiser un amigo, no quería verlo en este estado.

Llamado De La Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora