Capítulo 20

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—Yoichi… lo estas haciendo bien.
Sonreí motivado por sus palabras, pero ya estaba muy cansado y no sabia si podría seguir.

—Kaiser, ya no puedo.

—Si puedes, un poco mas —pidió.

Subí y baje una vez mas, los musculos de mis piernas dolían, pero intente aguantar.

—Estoy en mi limite…

Kaiser suspiró ante mis palabras.

—Un poco mas abajo, abre mas las piernas.

Mis piernas se rindieron y caí al suelo, ya no podía mas. Kaiser soltó una risa y me acercó una botella de agua.

—No estuvo mal para ser tu primera vez.

—¿No estuvo mal? ¡Fue una tortura! Cuando te dije que quería hacer ejercicio, no esperaba que intentaras matarme —me queje mientras intentaba recuperar el aliento.

Kaiser rodó los ojos ante mi exageración. Bebí el agua de mi botella con mal humor. Este último tiempo quise mejorar mi estado físico, pero al parecer no soy muy bueno en eso. Hoy era mi primer día haciendo sentadillas y ya sentía que estaba muriéndome.

Mientras observaba a Kaiser, una pregunta surgió por mi mente.

—¿Ya se sabe algo sobre por que te… transformaste?

El nego con su cabeza.

—No hay ningun tipo de información y nadie experimento nada igual. Si sucedió, no fue documentado. Rin sugirió que quizás era algo que solo yo podía hacer, pero no estamos seguros.

Apreté los labios, no conforme con la respuesta, debía haber alguna razon del por que le sucedió eso.

De todas formas, no tuve tiempo para pensar en eso, el sonido de la puerta principal sono a lo lejos. Kaiser me dijo que podía darme una ducha mientras veia de quien se trataba, accedí y subí las escaleras rumbo a mi habitacion para recoger algo de ropa. Tomé lo mas comodo que encontre y me di una relajante ducha. El agua caliente se sintió de maravilla contra mis músculos tensos, me daban ganas de quedarme mas tiempo, pero tenia curiosidad sobre quien era la persona que toco la puerta. Salí de la ducha y seque mi cuerpo y mi cabello con una toalla. Me vestí y salí del baño. Mientras bajaba las escaleras escuché una voz familiar que me hizo sentir escalofrios.

Cuando llegue a la sala de estar, Kaiser estaba sentado en uno de los sillones, y frente a el estaba Leila, quien era acompañada por un hombre de apariencia tétrica y lo que mas me preocupaba, Emma.

—¿Qué carajo?

Al verme, Emma corrió hacia mi dirección con una enorme sonrisa en sus labios.

—¡Yoichi!

Me aparte y ella tropezó, casi cayendo al suelo. Esto tiene que ser una jodida broma. ¿Todos enloquecieron o algo por el estilo?

—Yoichi, finge que no existe, dejara de molestar luego de unos momentos —hablo Kaiser con visible fastidio.

Leila se veía avergonzada, esperé a que ella diera una explicación sobre por qué trajo aquí a la mujer que mas daño le hizo a Kaiser.

—Lo siento, esto es importante y no se cuanto tiempo tendré que quedarme, no puedo dejarla sola.

Si era tan grave como para quedarse por tiempo indefinido, Emma era lo menos importante en este momento. Centré mi atención en el hombre delgado que estaba sentado junto a Leila. Me rendí y tome asiento junto a Kaiser. Emma soltó un bufido y volvió a sentarse en el otro extremo del sillon donde estaba Leila.

Llamado De La Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora