Capítulo 24

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Caminamos por el largo pasillo, las paredes estaban gastadas y una pequeña parte del suelo estaba agrietado. Era extraño, ya que a pesar de la arquitectura antigua de la ciudad, todo se veía muy bien cuidado. Cuando llegamos al final una puerta de madera igual de descuidada que el pasillo estaba frente a nosotros, Noa posó su mano en la manija y fuimos recibidos por un pequeño cuarto con montañas de papeles y cajas polvorientas.

—Esto es un desastre, ¿Nadie limpia aquí? —comentó Kaiser con desagrado.

Noa rodó los ojos y se dirigió hasta la primera pila de papeles.

—Esto de aquí cuenta toda la historia desde que existimos, por alguna parte debe hablar sobre la vampirización parcial.

El lugar era pequeño, solo había una mesa y una silla de madera que parecían a punto de romperse. Cada uno tomó una parte de la información y comenzó a leer, tenemos que apresurarnos.

Pude leer las etapas por las que pasaba un vampiro, toda la información sobre el frenesí ya la sabía, no me ayudó a entender por qué los momentos que me convertía en vampiro eran cada vez más seguidos. Leímos desde el inicio, cuando Circe fue convertida en vampira, hasta el día de su muerte, pero había algo extraño y no podía entender que era.

En ningún momento se nombran las rosas azules, lo cual es increíble, un punto a nuestro favor. No había otro tipo de debilidad anotada que no sea la que ya conocemos, destruir al vampiro hasta que no quede nada de él.

Cuando llegamos a la vampirización parcial, no dijo mucho más de lo que ya sabíamos gracias a Noa, pero había una frase allí que me ayudó a entender mejor lo que me estaba pasando.

«Si tus sentimientos crecen, los síntomas también lo harán»

Con síntomas quizás se refiera al tiempo que paso como vampiro, puede que esa sea la respuesta.

Puedo pensar en eso luego, no puedo parar de leer ahora, necesitamos saber cada detalle que hay en estos documentos. Abrí mis ojos al encontrar una lista con cada don que los vampiros manifestaron junto a los nombres del portador, y debajo una frase resaltada en rojo que hablaba sobre la creación de dones artificiales.

Justo en mis manos tengo la fórmula para poder crear dones artificiales, sin duda debía decirles esto, podría ayudarnos más adelante.

Le alcance la hoja a Kaiser y él leyó el contenido con una sonrisa en su rostro.

—Esto si que es información valiosa.

Escuche el sonido de algo caer, camine hasta la otra punta del lugar y vi un collar con un dije de cristal de color purpura, lo tome en mis manos y busque de donde podría haber caído.

—Qué extraño...

Antes de poder decir algo mas, toda la habitación se volvió de un color negro, me encontraba completamente solo en un infinito negro, este lugar me parecía familiar. Me giré en todas las direcciones para buscar a alguien, pero fue inútil, no se podía ver nada.

Una luz repentina apareció, cegandome por unos segundos, y cuando me acostumbre me encontraba en un lugar completamente diferente. El suelo de tierra con varias piedras esparcidas por el lugar,y un templo frente a mi. Por alguna razón, no me sentía asustado o nervioso, caminé hacia el interior del lugar y con mi poco conocimiento en mitología griega, asumo que la estatua frente a mi es Zeus.

Allí había una mujer con un largo cabello castaño, vestida con una túnica de color blanco.

—¡Circe!

Me volteé al escuchar el grito de una niña detrás de mí, ella corrió y abrazó a la mujer de cabello largo. Mis ojos se abrieron a más no poder al darme cuenta de quién era esa mujer. Circe, la primera vampira y quien solo había visto en una estatua. Al parecer ninguna podía verme, como si fuera un fantasma.

Llamado De La Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora