Llamado De La Noche

Capítulo 18

Era temprano por la mañana, abrí las cortinas para que el sol entre por la ventana y disfrute de mi taza de té. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido el día anterior, mi secuestro, la pelea, la transformación de Kaiser y la derrota contra Emma. Habían sucedido tantas cosas y todavía no podía asimilar todas ellas, Kaiser no daba señales de despertar y esto me preocupaba, pero quería creer que la transformación de alguna manera había consumido mucha de su energía y necesitaba recuperarse.

Ness y Meguru se retiraron antes de que amaneciera, y no pude dormir desde entonces, todavía me sentía paranoico al pensar en Emma y que en cualquier momento podría aparecer y hacerme algo.

Mientras pensaba eso, mi celular comenzó a sonar, revisé el identificador y mostró el nombre de Leila. No dude en aceptar la llamada, necesitaba saber que ella estaba bien.

—¿Hola, Leila? —pregunte con preocupación.

Una risa se escuchó del otro lado de la línea.

—Yoichi, es bueno escucharte. Si, estoy bien, y no, no me hicieron nada. Respira hondo cielo —respondió ella con voz tranquilizadora.

Hice lo que me indico y respire profundamente.

—Bien, ¿Como estas tu? ¿Cómo está Michael?

—Estamos bien, pero él todavía no despierta. ¿Cómo está todo allí?

Un grito se escuchó no muy lejos de donde parecía estar Leila.

—¡Lorenzo, te dije que sueltes mi delineador! —exclamó Emma

—¡Tienes como diez mas de estos! —le respondió Lorenzo.

Podía visualizar casi a la perfección la escena que se estaba desarrollando allí, por un momento pensé que intentarían hacerle algo a Leila, no sé si este resultado es mejor o peor.

—¡Dejen de gritar o les llenaré la boca con tierra! —esta vez fue Leila quien habló.

Esto ya no tenía ningún tipo de sentido.

—Lo siento, no paran de pelear desde que llegué, pero por suerte no intentaron hacer nada extraño.

Suspire aliviado por sus palabras, escucharlo de ella hacía que mis músculos se relajen.

—¿Puedes contarme un poco sobre lo que pasó cuando se fueron?

Ella hizo un sonido de afirmación, ambos ignoramos el ruido del vidrio romperse.

—Todos aquí obedecen a Emma, y si ella no pelea nadie lo hará. Ella estaba callada y me observaba fijamente, cuando se enteró de que yo soy su hermana me gritó muchas cosas, pero logramos solucionarlo y ella me convirtió en una especie de protegida.

Enarque una ceja ante la última parte de su relato.

—Me tienes que estar haciendo una especie de broma, no puede solucionarse tan fácil, ¿O sí?

—Al parecer si, no habla ni un poco sobre lo que sucedió cuando la secuestraron, y su comportamiento es algo que me preocupa, pero quiero creer que ella en el fondo deseaba una familia.

Era demasiado irreal para parecer cierto.

—Aun así, ten cuidado, es buena mentirosa y tú estás allí sola —comente.

—Tranquilo, incluso si lo intentan, no lograrán hacerme un rasguño.

Decidí creerle de momento, no había señales de peligro y de nada servía preocuparse por cosas que todavía no sucedían.

—Debo irme, si no los paro van a destruir el lugar.

Ambos nos despedimos y pude escuchar un suspiro de cansancio antes de que la línea se cortara. Me sentía más relajado al saber que por el momento Leila tenía las cosas bajo control, pero estoy seguro que en cuanto Kaiser se entere tratara de ir a buscarla.