Capítulo 29

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Frío, eso era lo único que podía percibir. Todo estaba completamente oscuro, y si no estaba enloqueciendo, creo que ligeros sonidos del exterior llegaban a mis oídos. Quizás pasaron solo algunos minutos, pero se sentía como si hubieran pasado años, Intenté mover mis brazos, pero fue otro intento fallido. Se que la falta de aire no me matara, pero no significa que no sienta la falta de oxigeno, es una lenta tortura hasta que alguien me saque de aquí.

Algo se rompe, puedo ver una pequeña luz, hago un esfuerzo para ayudar a quien sea que me está sacando de aquí. El hielo se rompe y soy liberado de esa prisión. Noa está justo frente a mí, revisando mi cuerpo cuidadosamente.

—¿Puedes levantarte?

Suspire como respuesta, todavía sentía mi cuerpo congelado, pero me forcé a mover mis piernas y ponerme de pie. Fue difícil, pero no imposible. Darek estaba mirándonos con el ceño fruncido, esta vez parecía realmente enojado.

—Noa, deja de meterte donde no te llaman, lleva tu horrible cara a otro lugar.

Esa provocación no parece surtir efecto en Noa, que contesta con tranquilidad:

—Como siempre, te comportas como un niño. Es hora de madurar, Darek, el mundo no gira en torno a ti.

—Estás equivocado, todos me aman, por eso soy el líder.

—Eres el líder porque Circe no te hizo caso, la quitaste del camino como un niño caprichoso.

No quiero estar aquí, esto no pinta nada bien.

—Tu eres solo otra piedra en el camino que debo quitar. En el pasado no lo habría logrado, pero hoy soy más fuerte.

Darek se lanza encima de Noa con brutalidad. Como respuesta, es detenido con facilidad. Retengo la respiración por el susto, esto no se parece en nada a cuando Darek peleaba conmigo.

Noa se voltea a verme y me da una pequeña sonrisa. Viniendo de él, que nunca sonríe, me transmite cierta tranquilidad.

—Yo me encargo de él, ve a apoyar a Leila.

No discuto, él va a darle más pelea a Darek que yo, es seguro que si me quedaba me patearía el trasero, y al final no habría ayudado en nada. El plan era hacer exactamente lo que Noa menciono, pero de solo ver a Meguru en ese estado, mis piernas se detuvieron. El estaba sufriendo demasiado, no puedo solo dividirme en dos para estar con él y también ir con Leila. ¿Qué puedo hacer?

—¡Cuidado!

Si me dieran una moneda cada vez que me salvan el trasero, creo que ya sería millonario. Leila se elevó en el aire conmigo en brazos, al parecer, no tuve que elegir.

—Yoichi, no voy a preguntar qué estás haciendo aquí, porque sé la respuesta, pero no te atrevas a morir o Michael me arrancara los pelos, y amo mi cabello.

No pude evitar reír, Leila sabía cómo aligerar el ambiente incluso en los peores momentos.

—¿Hay algo que deba saber sobre Kali?

—Además de que está loca y quiere matarme porque Noa no la ama, no, no hay nada.

Bueno, de alguna manera esta pelea se convirtió en un triángulo amoroso, no sé cómo sentirme al respecto.

—Siempre terminas envuelta en las situaciones más extrañas, Leila.

—No es mi culpa tener padres locos, una hermana que fue secuestrada y luego causó caos en varios países, y un novio que es perseguido por una mujer que no acepta un no.

Bueno, tiene razón en eso, no es para nada su culpa, solo tiene mucha mala suerte. No puedo decir mucho, soy solo un joven universitario que ahora se convirtió en vampiro y terminó en una batalla para salvar a los humanos. No puedo quejarme de que tengo una vida aburrida ahora.

Llamado De La Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora