Capítulo 28

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Era como si todo estuviera en cámara lenta. Mis pies corrían tanto como podían, y sabía que estaba yendo tan rápido como para que los humanos no me noten, pero yo podía verlos con mucha claridad. Respire profundo para apaciguar la ansiedad que recorría todo mi cuerpo, en muy poco tiempo estaría allí y debía prepararme para eso.

Ignore el temblor de mis manos, mi mente estaba ocupada pensando en mis amigos, que en este momento estaban arriesgando su vida para proteger a humanos que ni siquiera tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo. Estaban tan cerca, caminando por las calles nocturnas, totalmente ignorantes de lo que pasaba fuera de la ciudad.

Dicen que mientras menos sepas, más feliz eres. Creo que esto prueba una vez más lo acertada que esta esa frase.

Juro que pude sentir que mi corazón se detuvo cuando estuve justo a un paso de atravesar la barrera. Mi cuerpo se movió por sí solo y antes de poder analizar lo que estaba haciendo, mi puño se estrelló contra el rostro de Darek. El impacto logró que el fuera expulsado a varios metros de donde estaba. Baje mi mirada para encontrarme a Kaiser, su estómago perforado no paraba de sangrar, y parte de su rostro fue aplastado. Su regeneración lenta me alarmó, mis piernas se doblaron hasta que mis rodillas tocaron el suelo a su lado.

—Tu nunca sabes cuándo detenerte, ¿No es así? —murmuró con voz rasposa.

En sus labios apareció una mueca, supongo intentó mostrarse enojado, pero estaba tan herido que ni eso era capaz de hacer.

—¿De verdad pensaste que me quedaría sentado, viendo como te patean el trasero?

Kaiser se ríe, su mano acaricia la mía con lentitud.

—En el fondo sabía que vendrías.

No teníamos mucho tiempo, estoy seguro que Darek solo está jugando aquí. Lleve mi mano a mi boca y sentí mis colmillos rasgar mi piel, luego deje que la sangre caiga en la boca de Kaiser.

—Bebe rápido y recuperate, no puedo hacer esto sin ti.

Las gotas caían despacio, tanto que comencé a inquietarme. Puedo ver por el rabillo del ojo a Darek levantarse con una sonrisa divertida en sus labios. Esto no es suficiente. Descubrí mi cuello y me incliné a su altura.

—Muerde.

Era una orden simple, pero Kaiser negó con su cabeza.

—Yoichi, si lo hago podrías...

—Cierra esa boca por una vez, si no lo haces van a matarnos a ambos.

—Estás siendo impulsivo, si te conviertes nunca podrás volver a ser humano...

—Lo sé.

No necesitaba decir nada más. Kaiser me dedicó una mirada llena de tristeza, acaricie su mejilla y le sonreí con determinación. Nunca lo dijo en voz alta, pero sabía que él no quería que fuera un vampiro. Esa vida le causó mucha infelicidad, supongo que no quería lo mismo para mi. Sé que veré morir a mis amigos y familia, y eso sería muy doloroso, en algún momento tendría que explicarle a mis padres por qué nunca envejecía. También tendría que despedirme de mi vida diurna.

Con todo eso, estoy seguro de que no voy a arrepentirme de mi decisión. Mi vida siempre fue muy común, la monotonía me quitaba poco a poco las ganas de vivir sin darme cuenta. Es como si no hubiera nada allá afuera que valga la pena experimentar. Era así hasta que conocí a Kaiser, descubrir que mi mejor amigo también era un vampiro, viajar a una ciudad solo de vampiros, apartada de la sociedad humana. Por simple casualidad, encontré personas y lugares que me hacían sentir vivo. Incluso con una amenaza latente, no podía imaginar otro tipo de vida. Aquí y ahora, esto es lo que más deseo.

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