2.07 - El final.

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El silencio predominaba en el ambiente, mientras Scott estaba alerta y expectante a lo que Arya había visto, aquello que se escondía detrás del biombo... 

Scott: ¿quién es? (habló bajo)

Arya: nadie... (mira más abajo) es mi bata, creo que el peso hizo resbalar y tumbó el perchero, por eso el sonido tan fuerte.

Scott: pensé que alguien estaba aquí. 

Arya: no, estamos solos. 

Scott volvió toda su atención a ella, la mira dulcemente y toca su rostro...

Scott: como tantas veces lo soñé. (se sonríen) 

Arya: lamento ser quien tenga que romper este momento, pero...

Scott: (interrumpe) si, tenemos que regresar, seguro te esperan y no quiero que te pierdas de nada de esta noche. 

Arya: gracias por hacerla tan especial. 

Scott: no era lo que tenía en mente para nuestra primera vez, no en un lugar tan estrecho y con tan poco tiempo, pero... prometo que lo compensaré. 

Ambos se reincorporan sobre el sofá y él la abraza a su cuerpo desnudo para darle un beso largo y lento;  después camina hasta donde sus prendas quedaron y  trae la ropa de ambos, se acerca al baño, pero la puerta... no abre. 

Scott: qué raro, ¿habías usado este baño? 

Arya: sí, pero noté el seguro algo flojo antes.

Scott: quizá esté averiado.

Arya: afuera sobre el pasillo hay otro, vayamos allí y le comentaré a los encargados para que vengan a abrirlo.

Ella comienza a subir el cierre de su vestido y se acerca al  espejo para retocar su maquillaje. Su reflejo se veía distinto, se sentía diferente, no era malo lo que había hecho, solo que el día había llegado, el día en que había descartado la idea de su mente, la idea profunda y escondida de despertar un día y descubrir que los últimos dos años habían sido solo un sueño; pero esta era su nueva realidad y la aceptaba porque la hacía feliz estar con un hombre tan dulce y amoroso como Scott.

Él termina de acomodar su camisa y registra cada imagen de lo que acaba de pasar en su mente, aún no puede creerlo, el corazón aún le late fuerte... ella por fin se entregó a él. Orgulloso, incluso un poco vanidoso, se le llenaba el corazón porque por fin la sentía su "novia" y ahora también su "prometida".  Innumerables imágenes de su futuro juntos venían a él, planeaba la casa, los viajes y el día que la viera caminar de blanco hacia él. 

Scott: vamos, te esperan. 

La mano de Scott está extendida para ella, lo observa tan guapo como siempre, esperando por ella, coloca su mano sobre la de él, el anillo de su compromiso brillaba significativamente y al ponerse de pie, caminan rumbo a la salida. 

Mientras tanto en el frío y sombrío suelo del baño, Joe estaba sentado con la espalda sobre la puerta, lágrimas gruesas caían sin cesar de sus ojos, recorriendo sus mejillas y mojando su costoso traje, mientras permanecía inmóvil, congelado, tratando de entender ¿cómo había llegado todo hasta este punto?

Intentando superar que su cuerpo ahora le pertenecía a él, queriendo borrar de su memoria cada eco de placer que ambos emitieron y que le golpeaban uno a uno cada órgano vital. Sentía que en cualquier momento iba morir ahí mismo.

No podía culparla, la entendía... sería muy hipócrita y machista juzgarla, cuando el mismo se estuvo acostando con Dyane por 9 meses, cuando él mismo la arrojó a sus brazos; incluso él creía que era normal en ellos, como cualquier pareja; pero presenciarlo y descubrir que era su primera vez, que minutos antes ella corrió tras él por una última esperanza... y él la había matado. 

Universos Paralelos - El chico del añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora