2.21 - Huntington.

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(Recomendación: "Those eyes" - New West)

*** Advertencia lectura erótica ***

Lo complicado y difícil que se había vuelto todo

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Lo complicado y difícil que se había vuelto todo. La vida, las situaciones y las personas a su alrededor. Las decisiones, buenas, malas... cambiaban el rumbo, pero al final siempre el universo los volvía a encontrar.

Un beso suyo tenía el poder de apagar el ruido en su cabeza, calmar la ansiedad y llevarlo a lugar seguro. La forma en que gentilmente acariciaba su barbilla, contrastante con la intensidad del movimiento de sus labios.

Una emoción inmensa le llenaba el pecho, la sensación de estar en casa nunca se había sentido tan bien, y no solo era por el lugar, era ella, eran sus brazos, su calor, su aroma y su cuerpo.

No había juramentos ni contratos que la separaran del único hombre que tenía todo de ella. Cuando su lengua acariciaba su piel y bajaba por su cuello se olvidó de que era una mujer casada, y que su novia esperaba por él.

Los botones de su camisa se abren dando paso al deseo, las manos de él llegan hasta su cintura tomando las líneas del pantalón y lo hacen resbalar por sus caderas. Arya alzó los brazos para hacerse liberar de la blusa, poco a poco el suelo fue recibiendo cada prenda que le quitaban al otro, hasta que sus cuerpos se reconocieron desnudos.

Aunque lo han hecho tantas veces, de tantas maneras y con diferente intensidad, no será nunca suficiente para ellos. Los besos de Joe bajan a su pecho y sus manos encuentran sus senos, un suspiro se escapa de los labios de Arya cuando frota sobre ellos.

Las hormonas del embarazo duplicaban las razones de hacerlo con él, su piel era más sensible a cada toque, a cada caricia y cada beso. Arya se retorcía sobre la cama y elevaba las piernas tras su cuerpo para hacerlo prisionero de ella.

Hacerle el amor era una locura que siempre sabía bien. Joe bajó los besos por su estómago, su ombligo y en su vientre hizo lo que tanto había deseado desde que supo la noticia, lo besó amorosamente mientras tomaba su cintura con ambas manos.

Joe: Te amo (susurró son los labios pegados a su vientre y la vibración de su voz hizo eco en ella)

Papi dejaba un mensaje de amor en medio de un momento romántico con mami.

Arya lo miraba con una ligera sonrisa y cerró los ojos para enviar el mismo mensaje. Pero los adultos siguieron el juego del amor.

Joe respiraba el aroma de su piel, ese aroma que lo embriagaba, que lo sometía; quería ser su esclavo y su verdugo por la eternidad. Su lengua paseaba por su húmeda intimidad, ella hacia nudos sobre las sábanas, él sabía cómo y dónde tocar, cada rincón, tiempo e intensidad.

Arya pronuncia cada sílaba de su nombre, él la escucha como la orden de continuar, continuar y continuar hasta verla desarmarse, hasta que su voz exhale un gemido obsceno y su piel palpite entre sus labios.

Universos Paralelos - El chico del añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora