Ghost

9.9K 1K 117
                                    


Los días pasaron rápidamente volviéndose semanas y después meses.

Todo mundo seguía con sus respectivas rutinas, acudiendo ocasionalmente a alguna misión, pasando una temporada de descanso en la base y cuando había oportunidad, se podían escapar a la ciudad.

Pero aún había alguien que se encontraba "inconforme".

Al principio el cambio no se notó, su personalidad siempre reservada había logrado ocultar  su malestar.

Pero solo fue cuestión de tiempo para que sus más allegados se dieran cuenta.

El primero en hacerlo ver fue Soap, este le había hecho el comentario en relación a su actitud. Si bien, nunca fue la persona más extrovertida del equipo, ahora era mucho más hermético que antes.

"Estás luchando con algo en silencio", fueron las palabras del escoces.

Price fue el segundo en acercarse y tratar de mantener una conversación fraternal con él. En sus observaciones le hizo ver que podía ver que estaba en conflicto con algo, y eso estaba provocando que en el día a día se mostrara "tan irritado".

Pero Ghost definía su malestar como "Frustración".

No podía decir que ustedes habían sido amigos, porque no lo eran.

Eran compañeros, ambos eran soldados y en diversas ocasiones se habían acompañado. Pero solo quedaba en eso.

La iniciativa de acercarse fue tuya. Primero con conversaciones innecesarias sobre temas sin importancia, pasando a aparecerte en cada esquina ya fuera para saludarlo o para buscar pasar un tiempo a su lado.

Un día, sin motivo alguno, te habías aparecido con un postre. Nuevamente, algo totalmente innecesario. Pero eso no te detuvo, insistías, lo hiciste por un largo tiempo ¿Cuánto fue? ¿Un año?

Nunca fue consciente del tiempo que habías invertido en él. Y tampoco agradeció ninguno de esos actos. Porque los consideraba innecesarios.

Y aun así, se había acostumbrado a ellos, a tener un trato y atención especial.

No era estúpido, siempre fue muy consciente del porque hacías todo eso pero prefirió ignorarlo y simplemente hacer como si no pasara nada.

Hasta ese día.

Ya no había forma de seguirlo ignorando.

Desde el momento en que lo citaste para verlo a solas pudo hacerse a la idea del porque.

Y la verdad es que pudo simplemente negarse o no haberse presentado. Pero había una parte dentro de sí mismo que quería ir, que quería escuchar lo que ibas a decirle. Era esa misma parte de el que se acostumbró a tenerte cerca. 

Te escucho atentamente, no fue una sorpresa que aquello se tratase de una confesión.

Y sabía que esperabas una respuesta afirmativa, querías saberte correspondida.

Pero él no podía darte eso.

En ese momento no te correspondía. Haberte dicho lo contrario habría sido una mentira. No pensó en una mejor manera de terminar con ese tema que con un "Concéntrate en tu trabajo, soldado". Más que respuesta, aquello había sido un consejo.

Lo siguiente que vio fue tu espalda y como te fuiste alejando.

No volvió a tenerte cerca después de aquello.

Solo escuchaba tu voz cuando hablabas con otros pero no volviste a dirigirte a él.

Ya ni siquiera podían compartir el mismo espacio, de una u otra forma, lo evadías.

Los primeros días tomó ese cambio como algo bueno, volvía a tener una vida tranquila, ya bastante tenía con Soap.

Pero todo cambio, tarde o temprano, se resiente.

El día que finalmente la realidad lo golpeó fue precisamente durante aquel entrenamiento cuerpo a cuerpo.

Había descubierto algo nuevo.

Tomó el entrenamiento muy en serio, por ello no se limitó, pero claro, tampoco es que fuera su intención el lastimarte. De igual modo fallo en eso último, no estaba acostumbrado con eso de medir sus fuerzas.

Pero justo en ese momento en que te sostuvo y posteriormente cuando te vio debajo de él, con sus rostros y cuerpos prácticamente rozándose que se bloqueó. Y eso jamás le había pasado.

Por primera vez te estaba observando, tomando detalle de tu rostro, tu cabello, tu cuerpo. Nunca antes se vio tan consciente de ti como en ese instante.

Y una palabra se cruzó por su mente... "Hermosa".

Por si mismo no habría sabido cómo salir de esa situación, y de cierto modo, tampoco es que lo quisiera. Se sentía bien.

Fue cuando un sonido lo distrajo y lo trajo de nueva cuenta a realidad que reaccionó. Eso estaba siendo demasiado para él y necesitaba procesarlo. Agradeció internamente a Soap por su intervención y aprovechó ese momento para huir del lugar.

Si, él estaba huyendo de ti. 

Y entonces lo entendió. Ahora él estaba en tu lugar, huyendo de una persona por la cual, al parecer, sentía algo.

¿Cómo es que lo hacías parecer tan fácil?

Como si todo aquello no fuese suficiente para complicarle su existencia después tuvo que lidiar con la presencia de Urban.

Y un nuevo conflicto nació dentro de él. Por un lado estaba descubriendo que quizá no le eras tan indiferente como él siempre quiso creer y por otro, estaba ahí, de regreso a su vida aquella mujer de la que sintió amor a primera vista hacía un par de años.

De algún modo eso lo empeoró.

Ahora tenía a Urban detrás de él, del mismo modo que tú lo habías hecho antes, pero no era igual.

Incluso al momento de su confesión, se sintió muy diferente.

En otro tiempo, quizá en aquellos años que la conoció, le habría respondido de forma positiva. Pero ese día no pudo responder nada.

Y cuando pensaba que las cosas no podían ser peor, tuvo que enterarse tarde que habías abandonado la base y ya estabas a bordo de aquel avión, en camino a México.

Tan ocupado estuvo en esconderse que nunca le tomo importancia a los cambios que se iban a presentar y tan seguro se sentía aun de ti, que no pensó que tomarías esa oportunidad y te irías.

 Si, aquel sentimiento que lo consumía era frustración.

Estaba frustrado por no haber reaccionado diferente.

Frustrado porque ni siquiera tuvo una oportunidad para despedirse.

Frustrado porque no pudo verte una última vez.

Frustrado porque no sabía si volverían a verse.

Frustrado porque sabia que cualquier otro tipo  podría tomar la oportunidad que él dejó pasar.

Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora