Solos

6.2K 625 81
                                    

Ese momento había quedado grabado en sus recuerdos como una horrible pesadilla. Tu sangre, cubriendo gran parte de aquel piso, escapando de tu cuerpo a la vez que lo hacía tu vida.

No sería la primera vez que es testigo de la agonía o muerte de algún compañero de equipo. Incluso lo superaba con cierto grado de frialdad, no solía haber mucho tiempo durante las misiones para detenerse a llorar por nadie.

Pero tú no eras solo un compañero, no eras un soldado más, al menos no para el.

Fuiste la primera persona con la que había experimentado un verdadero interés, o mejor dicho, amor.

Recordar lo cerca que estuvo de llegar tarde le helaba la sangre. Acabar con toda la compañía Shadow no habría sido suficiente para calmar su furia... y su dolor.

Dejarte ahí mientras tenía que seguir con su misión tampoco fue fácil. Su parte humana, la que estaba enamorada de ti, quería quedarse y no dejar tu lado hasta verte recuperada. Pero era un soldado, y no uno cualquiera, no podía dejar que sus asuntos personales lo detuvieran. Nunca antes había tenido que lidiar con ese tipo de conflictos y en su momento llegó a juzgar a quienes los tenían. Solo hasta ahora fue consciente de lo que era estar en ese lugar.

Y ahora...estabas ahí.

Esa versión tuya al borde de la muerte, con apenas la fuerza suficiente para seguir respirando, había quedado en el pasado. Donde esperaba permaneciera por siempre.

Solo haber cruzado aquella simple puerta y ser lo primero que sus ojos encontraron, fue casi como sentirse recibido en el cielo.

Tu mirada había recobrado su brillo, tus mejillas estaban nuevamente sonrojadas y estabas sonriendo tal cual el recordaba que siempre lo habías hecho.

Estabas viva.

Un gran peso abandonó su ser cuando lo comprobó finalmente por el mismo. Avanzó lentamente hacia tu cama, como quien espera que el espejismo que está delante de él no desaparezca.

Rudy al notar su presencia se hizo a un lado, había llegado el momento de retirarse. Se despidió de ti con amables palabras para luego sólo pronunciar el nombre de Ghost a manera de saludo. Pronto ya estaban ustedes dos solos.

Estaba a tu lado, de pie, observándote. Grabando cada detalle y comprobando que no existieran más heridas de las que él recordaba.

Tu tampoco podías perder detalle del imponente hombre delante de ti. Su mirada, aún cansada, también reflejaba toda la preocupación que había mantenido solo para si mismo.

Le extendiste tu mano para que él pudiera tomarla, no tuvo que pensar mucho para responderte. Aún estando fuera de servicio seguía usando sus guantes, Ghost era Ghost en todo momento.

Tiraste ligeramente de él, querías que estuviera a tu lado.

El no opuso resistencia, en circunstancias normales no habrías podido hacer que moviera un solo centímetro, pero ahora estaba totalmente a tu disposición. Dejándose hacer lo que desearas de él.

-Bienvenido, Ghost... te estaba esperando- Agradecías que haber estado platicando con Rudy te había ayudado a mejorar tu habla.

-Prometí volver -

Su peso al sentarse en tu cama había alterado la forma del colchón sobre el que estabas, pero lejos de causarte alguna molestia, te alegraba que hubiera decidió no usar la silla que estaba a un lado. Extrañabas a ese hombre, y ahora que lo tenías delante, el sentimiento era mayor.

-¿Todo acabo? ¿Los demás están bien? -

-Ya no hay de que preocuparse -

La verdad no estaba nada interesado en hablar sobre su reciente misión.

Y durante su viaje en avión estuvo pensando en cómo sería precisamente este momento ¿Que te diría? ¿Como debería comportarse? De nada sirvió haber estado pensado en ello si ahora que estaban juntos su mente estaba en blanco.

Te acomodaste mejor en tu lugar, tomando una posición sentada. Tu herida ya no dolía como antes pero aún estaba presente esa sensación de molestia. El gesto de incomodidad que hiciste al moverte no pasó desapercibido para el.

Llevo su mano sobre tu abdomen, a tientas, recordando con pesar el lugar donde estaba aquella herida.

-¿Duele mucho? - Por alguna razón no podía verte a los ojos. Prefería concentrarse en aquella zona.

-No realmente, es más como un ardor - Llevaste tu mano al mismo lugar, colocándola por encima de la de Ghost, atrapando así su mano - ¿Tu estás bien? -

-Ahora lo estoy-

Tu mano libre fue la encargada de tomar su mentón y obligarlo, con suavidad, a que levantara su mirada.

-¿Lo estás?... ¿Por que no me miras? - Ahora eras tú quien se sentía preocupada. Él no era del tipo de persona que evadía su mirada, normalmente era al revés, los demás lo hacían ante su presencia.

-Culpa...no pude hacer nada por ti-

-Tú nos rescataste de la prision, si no morí, fue porque viniste - Tu mano estaba acariciando su mejilla por sobre la tela de su pasamontañas.

-No debías haber resultado herida en primer lugar, yo fui quien te dejo dentro del vehículo...gracias a ello, Graves también te encerró -

-Ghost, hiciste lo que debías hacer...yo no te culpo de nada. Estoy agradecida...y...te amo- Aún tu estabas sorprendida por lo que acababa de salir de tu propia boca. Fue algo natural, no lo estabas pensando.

Ver el cambio en la mirada de Ghost fue similar a cuando un gato modifica sus pupilas de un segundo a otro. Había pasado de la preocupación a ser una mirada más intensa, pero no podías descifrar exactamente cuál era el sentimiento que estaba experimentando.

Aprisionó tu mano que se mantenía en su rostro y la llevó ligeramente más abajo, justo al borde donde terminaba su pasamontañas y guió tus dedos para que se colocaran debajo de la tela.

No necesitaste que te diera ninguna otra indicación o palabra. El permiso estaba ahí, implícito.

Conforme tu mano se iba abriendo paso, la tela iba cediendo. Por primera vez estabas sintiendo la piel en su rostro, que contrario a lo que muchos podrían pensar, era realmente suave. Apenas y podías sentir los inicios del crecimiento de un vello en su barba, quizá no era nada cómodo mantener una debajo de un pasamontañas todo el tiempo.

Sus labios, se sentían tan bien, suaves y cálidos, ligeramente finos. Tenerlos así de cerca era una tortura, prácticamente estaban gritando "Bésame".

Y por la mirada que Ghost tenía en ese momento sobre ti, supiste que te estaba leyendo la mente. O simplemente te había descubierto, muy discreta no estabas siendo.

-Hazlo-

Jurabas que nunca habías escuchado así de bajo la voz de Ghost, casi en un susurro, pero con la misma intensidad como cuando daba una orden.

Era un buen momento para estar en un hospital porque ese hombre estaba a punto de matarte por un paro cardíaco.

Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora