Había pensado en absolutamente todo, no había detalle que se le hubiera escapado.Su mesa estaba decorada con un pequeño florero con un par de rosas acompañado por unas velas.
Antes de que pudieras tomar asiento, Alejandro se te adelantó y tomo tu silla, acomodándola para que pudieras sentarte. Solo cuando ya estabas en tu lugar el fue hacia su silla y tomó asiento.
Finalmente el recepcionista les entregó sus menús y dejó lugar para que un nuevo mesero les atendiera, el cual espero pacientemente a que decidieran ordenar algo.
Tú realmente no sabías que pedir, todo se veía delicioso, y caro, tu vista se paseaba por esa lista de nombres.
-Puedes pedir lo que quieras, todo esto es para ti, quiero que lo disfrutes - Su voz tenía ese tono tan comprensivo, quizá noto tu nerviosismo y estaba tratando de calmarte.
-No estoy muy acostumbrada a esto ¿Que tal si me ayudas? ¿Alguna recomendación? -
-Muy bien - te dedicó una de sus sonrisas para luego hablar con el empleado.
La comida realmente no tardo demasiado llegar, pronto ambos estaban disfrutando de una deliciosa cena acompañada de una copa de vino.
Alejandro no dejaba de hablarte, cualquier cosa o tema estaba bien, él simplemente no quería dejar de tener tu atención en el.
Ocasionalmente sus manos llegaban a rozar las tuyas sobre aquella mesa, acariciandolas mientras su voz te distraía.
Llegado el momento te invito a bailar, de fondo el restaurante mantenía melodías principalmente de ambiente, pero en ese momento esa canción era ideal para un baile de pareja.
Para Alejandro el contacto físico era muy importante, en poco tiempo lo habías notado. Por ello, al momento en que estaban frente al otro preparándose para comenzar su vals, no te sorprendió que tratara de mantenerte lo mas cerca posible a su cuerpo.
Gracias a la diferencia de estaturas, podías mantener tu rostro apoyado en su pecho mientras una de tus manos estaba entrelazada con la de él y la segunda descansaba sobre su hombro.
Aquella mano que descansaba sobre tu cintura ejercía cierta presión sobre ti, tanto como para impedir que te alejaras como para mantener un agarre firme.
Estar entre sus brazos se sentía tan bien. Era tan cálido y a pesar de lo fuerte que era, estaba siendo tan gentil al momento de tocarte. Además, al estar así de cerca podías embriagarte con su perfume, era una esencia tan varonil.
Aunque la música ya se había detenido ustedes no dejaron de bailar, siguieron abrazados al otro, disfrutando del momento.
Fuiste quien se detuvo primero, te separaste un poco de él para poder verlo a la cara, ahí notaste como estaba sonriendo ampliamente.
-¿Quieres descansar? -
-No... yo, esperaba poder hacer algo mas - Mantenerle la mirada te estaba costando.
-Dime que es lo que deseas y lo haré -
Dudaste si debías pedir aquello o no, estabas a buen tiempo de arrepentirte. Pero es que todo te alentaba a ello, el ambiente, la cercanía, Alejandro mismo.
-Quizá pienses que pueda ser muy pronto... Puedes negarte, claro -
-Tú dime - Seguridad era lo que te transmitía aquel hombre.
-¿Podrías... besarme ? - Dios, te sentías tan apenada.
Por un par de segundos reino el silencio, Alejandro no dejaba de verte.
-Entiendo si no quieres... -
Tu barbilla fue levantada ligeramente antes de que comenzaras a sentir un suave presión sobre tus labios.
Alejandro te estaba besando, con paciencia. Su mano se posó por la parte posterior de tu cabeza para profundizar, no te daba oportunidad a que te separaras de él.
Sus ojos se mantenían cerrados, estaba concentrado en su tarea, deleitándose con el sabor de tus labios.
Cuando la falta de aire comenzó a ser un problema se separó de ti.
Ante él tenia una hermosa vista, una en donde tu mirada tenía ese bonito brillo, tus mejillas estaban sonrojadas, tu respiración se había acelerado y tus labios, esos dulces labios estaban ligeramente abiertos, humedecidos y un poco rojos por la presión que había ejercido hacía segundos sobre ti.
Sin darte cuenta le habías cumplido ese deseo que había tenido desde que te vio esa noche.
Fantaseaba con robarte un beso pero que se lo pidieras, además de enternecerlo, lo hiciste inmensamente feliz.
-Me resulta imposible no querer besarte, corazón - Seguía embelesado contigo.
Tu reacción fue abrazarte nuevamente a él, ocultando tu rostro en su pecho.
-¿Apenada? - Sonreía, le resultabas muy tierna
-Un poco... se sintió tan bien - confesaste
Recargo su rostro sobre tu cabeza permitiéndose así el poder oler el dulce aroma que desprendía tu cabello. Era dulce, igual que tú.
-El placer fue mío-
Unas cuantas lágrimas estaban resbalando por tus mejillas, ibas a arruinar el maquillaje que tanto se esforzó por hacer Ofelia.
Cuando sintió algo húmedo en su pecho y él como tú respiración se había alterado, se asustó. Pensó que había hecho algo malo y de inmediato buscó encontrarse de nuevo con tu mirada para saber en qué se había equivocado.
-¿Que sucede, ______? ¿Te lastime? -
-No, no, para nada ... - torpemente intentabas secarte las lagrimas.
La mano de Alejandro te detuvo, el mismo se encargó de limpiarlas por ti con una devoción única.
-¿Por que lloras, corazón? - La preocupación estaba presente en todo su ser.
-Porque estoy feliz... después de mucho tiempo. Había estado huyendo de alguien y de lo que sentía por él, pero ya no. Hoy estoy feliz de estar aquí, solo contigo, Alejandro -
Lo dejaste pensando, tus palabras le recordaban como insistías en mantenerte alejada de la 141. Imagino que algún problema pudo haber existido pero siempre lo relaciono con algo meramente laboral, ahora veía que estaba equivocado. Había alguien dentro de esa unidad por quien habías sentido algo.
Eso solo le dejaba dos opciones, Soap o Ghost.
-¿Quieres hablar de ello? - No iba a mentir, estaba interesado en saber quien de los dos era y que había pasado exactamente. Pero tampoco te haría hablar de algo que no querías, cuál quería que fuera tu respuesta iba a respetarla.
-Es algo largo de contar ... -
-Tengo todo el tiempo del mundo para ti -
-Supongo que ya es momento de ser sincera... de la verdadera razón para haber dejado a la 141 atrás -
Alejandro te guío hasta un pequeño sofá que se encontraba en ese piso, tomó asiento y te invito a tomar lugar a su lado.
Cuando lo obedeciste, el paso su brazo por tus hombros y te estrechó contra el, beso tu frente y te dio a entender que estaba listo para escucharte.
-Hubo un momento en el que estaba muy enamorada... de Ghost... -

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Last Chance
Lãng mạnCuando eres un soldado que puede morir en la siguiente misión, lo ultimo que deseas es quedarte con arrepentimientos. Por ello fuiste sincera con la persona que amabas pero las cosas no resultaron como lo esperabas. Ahora es el turno de cierto Fant...