Familia

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Recién había llegado de una misión y ya le habían ordenado presentarse en la oficina de Price en calidad de urgente. En verdad deseaba que no se tratara de otra misión, estaba algo agotado y no solo físicamente. Lo único que quería en ese momento era salir de la base y dirigirse hacia su hogar.


Un "Fucking hell..." había salido de sus labios.


Aun cargando su equipo se presento ante aquella puerta, toco un par de veces antes de que la voz de su Capitán le autorizara el acceso.


Tan solo abrir la puerta lo noto, Price no estaba solo, había otra figura sentada frente a su escritorio. Reconocería esa silueta en cualquier lugar, se trataba de ti, su esposa.


Te levantaste de tu lugar y te giraste de inmediato para encontrarte con su mirada, no esperaste ningún saludo o palabra de su parte, simplemente te acercaste hacia el y lo abrazaste, susurrándole un "Bienvenido, Simón". Dejo caer su maleta al suelo y ahora con sus manos libres correspondió tu gesto.


-La Sra. Riley quería darte una sorpresa, me pidió que le informara cuando estuvieras de regreso- La voz de Price se dejo escuchar, el hombre aun se encontraba sentado del otro lado de su escritorio, feliz de poder ser testigo como uno de sus muchachos estaba teniendo finalmente la vida que se merecía.


Como respuesta solo obtuvo una mirada por parte de Ghost quien de inmediato volvió a ti.


-¿Viniste sola? - No importaba el tiempo que pasara, el siempre iba a extrañar el volver a ti. Mas aun que se habían consolidado como una familia.


-No, lo traje conmigo pero Soap se ofreció a cuidarlo mientras te esperaba aquí con el Capitán - Tus manos inquietas jugaban con los accesorios de su chaleco balístico.


-Vayamos por el -


Tomo tu mano izquierda y te guio hacia la salida con el, antes de marcharse por completo se despidieron de Price, quien les respondió amistosamente, tomo nuevamente su mochila y salieron de ahí. De vez en cuando dirigía su mirada a sus manos ahora unidas, en especial a tu dedo anular, lugar en donde lucias una hermosa argolla de matrimonio que el mismo había colocado. El también contaba con la suya pero a diferencia de ti no la portaba en su dedo, en su lugar se encontraba en la cadena que colgaba de su cuello, junto a su placa de identificación militar. Así estaría aun mas protegida, bajo todo su equipo y ropa.


Pronto llegaron al área del comedor, observando como en una de las mesas se encontraba Soap jugando con un niño en su regazo. Las risas de ambos inundaban todo el salón y se robaban todas las miradas. El pequeño era precioso.


Cuando estuvieron lo bastante cerca el pequeño se giro a verlos, sus manitas se estiraban hacia los dos adultos recién llegados, balbuceando cosas indescifrables. Fue Ghost quien lo tomo en sus brazos, estrechándolo contra su pecho. Su apariencia no asustaba en lo mas mínimo al niño, estaba familiarizado a la mascara de su padre, inclusive lo encontraba divertido. Torpemente trataba de llegar hasta aquella tela y jugar con ella.


En el momento en que viste a tu bebé fuiste inmensamente feliz, aquello había sido un nuevo nivel de amor, uno desconocido. Después te sentiste usada por la vida, porque conforme sus facciones fueron cambiando te diste cuenta que te había usado como copiadora para procrear un mini el. Nunca habías visto alguna fotografía de Simón de niño pero no la necesitabas para saber que así era como debía haberse visto.


Era un saludable niño de poco mas de un año de cabellos rubios y finos, sus grandes ojos color grisáceo acompañados de unas largas pestañas igualmente rubias y con una piel blanca que hacia que su rostro se sonrojara fácilmente, quizá uno de los pocos rasgos que heredo de ti.


Otra de las pocas cosas que no saco a su padre fue su carácter, no era para nada tranquilo ni callado. Tus primeros meses habían sido en verdad difíciles, parecía que ni siquiera ocupaba el sueño y siempre quería jugar o comer.


Pero todos tus desvelos se compensaban al verlo sano y feliz, Simón hacia su parte siempre que estaba contigo, haciéndose cargo prácticamente de el y dejándote descansar.


Y es que el Teniente, aunque no lo demostrara tan abiertamente, estaba mas que encantado con la idea de ser padre. Amaba a su hijo y a ti, eran su propia familia y no había nada en este mundo que le pudiera hacer mas feliz que estar con ustedes. Pobre de aquella alma que pensara en la sola idea de ponerles un dedo encima.


-Tommy y yo te extrañamos mucho- Te enorgullecía tanto ver a tus dos hombres juntos.


-Vayamos a casa- Ahora con su familia reunida solo quería volver a aquella casa que habían convertido en su hogar.


-Gracias por cuidarlo, Soap- Te giraste para ver al escoces.


-Cuando quieran, es divertido conversar con el pequeño Mini Ghost, el no me mira feo - Ignorando totalmente la mirada del Teniente se despidió de ustedes a la vez que realizaba extraños gestos para hacer reír al bebe en brazos de Ghost.


Mientras se dirigían a la salida de la base aprovechaste para contarle a Simón todas las cosas que había hecho su pequeño en su ausencia. Incluso sacaste tu celular para mostrarle la evidencia que tenias sobre sus travesuras, quizá aun era un bebe, pero era uno muy listo. Si le quitabas el ojo de encima podía resultar peligroso.


El escuchaba en silencio todo lo que le decías mientras jugaba con su niño en brazos, provocarle sonrisas era una de sus tareas favoritas. Desde que supo que estabas embarazada, lo cual fue al poco tiempo de que iniciaron su relacion, había decidido que seria un buen padre, mucho mejor de lo que fue el suyo. Quizá una vida normal estaba algo lejos de su posibilidades ya que continuaba siendo un militar pero se aseguraría de darles una buena vida a ambos, una en donde vivieran tranquilos.


Porque para Simón esto era apenas el comienzo de su nueva vida al lado de su amada familia.


Last ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora