Capítulo 15: Quiero estar contigo

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Podemos decir que pasaron por todos los puestos, o al menos la mayoría. La noche seguía cayendo, pero la diversión aumentaba cada vez más. Después de ganar ese peluche para Harry, Louis intento en todos los juegos conseguir más, a pesar de las súplicas de parte del rizado de que se detuviera o que lo dejara intentar ganar uno para él.

¿Lo consiguió? Sí, un pequeño oso de peluche color café, que, aunque para el rizado no era mucho, el ojiazul le mencionó y se encargó de recordarle que era un gran regalo y que no se preocupara si no era el mayor premio.

Entre las comidas que hicieron estaban las palomitas, dulces, como chocolates o paletas, refrescos y pizza en pequeñas porciones para luego no sentirse mal del estómago.

Ya eran aproximadamente las diez de la noche y aunque todavía tenían tiempo para disfrutar, Harry debía volver antes a casa, por lo que como última atracción decidieron subirse a la mediana rueda de la fortuna, en la que apenas se llegaban a ver las demás casas del lugar. Esta estaba ubicada en medio del parque y para su suerte no había mucha fila.

—¿Quién te contó de esto? —Preguntó Harry cuando ya estuvieron sentados en su vagón y este empezó a subir lentamente.

—Es curiosa la razón—dijo divertido—, el novio de mi hermana tiene un amigo y ese amigo un hermano que vive aquí cerca, entonces una vez me tocó acompañarla.

—Interesante—rio empezando a observar a su alrededor, empezando a balancear los pies cuando empezaron a subir.

—Ha sido muy divertido pasar tiempo contigo—volvió a hablar Louis recargado su cabeza en el hombro de Harry.

—Sí, también me ha gustado—respondió algo distraído observando a las personas que los veían, por suerte nadie conocido.

—¿Ya has venido aquí antes? —Preguntó Louis, Harry llevó su mirada al ojiazul.

—Dos o tres veces con Niall y Taylor, pero... por primera vez se siente diferente—dijo tomando la mano libre del ojiazul por la parte de abajo del vagón, donde se veía muy poco.

Ambos chicos sonrieron. Finalmente llegaron a la cima donde la rueda se detenía unos instantes para bajar y subir a las personas, además para que pudieran aprovechar la vista que tenían. Algunas casas con las luces encendidas, toda la calle iluminada por la feria y las personas que pasaban; adultos, adolescentes o niños, pero lo más llamativo era la luna, que su brillo llegaba a donde las luces de la feria no podían.

—Me toca tomar una foto de nosotros—mencionó Louis soltando la mano del rizado para pasar el peluche a esa y con la otra toma su teléfono.

Harry asintió tímido mientras ambos se inclinaban de un mismo lado, teniendo de fondo la luna.

Dos fotos fueron tomadas con ellos dos mirando a la cámara y la tercera, sin que Harry lo esperará, fue un beso de parte del Louis en su mejilla. Cubrió su rostro con su peluche muy sonrojado y Louis sólo pudo reír de lo tierno que se veían.

Finalmente bajaron y empezaron a caminar por las calles de regreso a la casa del rizado. Al principio iban a lado del otro, pero cuando la gente se fue esfumando y el único ambiente eran las calles solitarias e iluminadas por los faroles, fue que Harry tomó la mano de Louis nuevamente mientras que con la otra sostenía su peluche.

Se miraron sin evitar sonreír. Esos momentos que tenían así, a solas y con silencio, hacían a Harry sentir seguro, sin preocupaciones de que lo vieran mal o que dijeran algo de él, era una libertad que estaba buscaban hace mucho tiempo y que espera pronto tener en cualquier lugar que este.

La conocida puerta se puso enfrente de ellos y antes de que Harry abriera la puerta se dio la vuelta para despedirse.

—Ha sido el mejor viernes y sábado de mi vida—dijo mirando a Louis y apretando al peluche entre sus manos.

This is us, Lou and HazzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora