Capítulo 33 (Final) : Lights Up

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Noche, sábado y domingo estuvo pensándolo. Sabía que era lo mejor y una buena idea, la cuestión ahora... ¿Cómo decírselo a sus padres?

Es la perfecta oportunidad para contarles por todo lo que ha pasado, pero primero deben tomarse su sexualidad bien, no quiere que acepten enviarlo al psicólogo sólo para "curar' lo que tiene.

Antes de salir de su casa para una cita con el ojiazul, cuando sus padres ya no estaban, le platicó sobre esto a su hermana, quien le preguntó en qué tanto pensaba que apenas había tomado algo de su desayuno preparado.

—¿Crees qué es una buena idea?

—Por supuesto que sí, Hazzie, de hecho, creo que todos deberíamos ir a tomar terapia, es una forma de desahogarnos y pedir ayuda.

Harry regreso la mirada a su plato, jugando un poco con la comida.

—Lo sé, pero, ya sabes aún... tengo miedo.

Gemma se levantó de su lugar y se posicionó a un lado de su hermano, rodeándolo con ambos brazos. Harry pudo haber cumplido 18 y estar a punto de los 19, pero nunca va a dejar de tener esa tierna personalidad que lo caracteriza.

—Voy a estar aquí cuando se los digas, no voy a dejarte solo y te voy a defender hasta el final, pero dudo mucho que algo salga mal. Te prometo que ambos te van a seguir queriendo demasiado.

—No quiero que prometas cosas de las que no tenemos control—murmuro relajando su cuerpo.

—Deja de ser pesimista—regaño con suavidad.

—Lo siento, sabes lo difícil que es para mí todo esto de salir del closet.

—Ya lo hiciste varias veces y todo salió bien, no hay por qué pensar que esta vez podría salir mal.

Y no iba a permitir que saliera mal, al menos por su parte, así que decidió hacer un discurso. Tener algo en mente para no sólo decir palabra tras palabra, si no que de verdad tuviera un motivo, además, sabemos que las palabras en un escrito son su fuerte.

Luego de desayunar con Gemma, ya un poco mejor, tomo su teléfono para pedir información a su mejor amiga, mientras esperaba la llegada de su pareja.

—Hazz, hola—mencionó la chica después de los tonos.

—Tay, ¿qué tal? —Respondió tomando asiento en la orilla de su cama.

—Todo bien, disfrutando de las vacaciones que necesitaba con urgencia y, ¿tú?

—Igual bien—sonrió a pesar de no poder ser visto.

—No te escuchas como si lo estuvieras—los animo de Taylor disminuyeron y se puso más seria al preguntar—¿Qué tienes?

Respiró hondo antes de ir directo al grano.

—¿Tienes el número del centro de psicología al que asistes?

La línea quedó silenciada por unos instantes, se imaginaba cualquier cosa menos está, a pesar de ya saberlo, pero como una idea poca estructurada.

—¿Si piensas ir? —Cuestionó.

—Todavía no es nada oficial, pero... si lo estoy considerando.

—Te lo digo por experiencia que te va ayudar demasiado, te vas a sentir realmente libre y vas a cambiar tu percepción de algunas cosas.

—Eso es lo que quiero, aunque tengo que hablar sobre eso con mis padres... por eso aún no es nada oficial.

—¿Y cuándo piensas hacerlo?

—No sé, tengo que planear bien las cosas, cómo se los voy a decir, dónde, etc.

—No te afliges por eso— sin necesidad de observarla sabía que había formado un puchero. Como quisiera estar en casa de su amigo para apapacharlo—. Yo te paso el contacto, sin embargo, me avisas cuando quieras hacer tu cita.

This is us, Lou and HazzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora