𝟣𝟣

2.4K 142 50
                                    

◆———◇◇◇◇◇◇◇◇◇◈◇◇◇◇◇◇◇◇◇———◆

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

◆———◇◇◇◇◇◇◇◇◇◈◇◇◇◇◇◇◇◇◇———◆

Abro media dormida la puerta, para encontrarme con Marcos, dónde inmediatamente me terminó de despertar.

Ay no, es muy temprano para enfrentarme a esto

— ¿Qué haces? Lía empieza mañana las clases creo. —me reí, completamente nerviosa.

— ¿Si? No me digas. —se ríe también, pero me mira serio.— Pone el agua, dale.

Bufé, camino hasta la cocina con los pasos de mi hermano atrás mío, pongo el agua para los mates, también pongo la llevar en el mate, y busco la azúcar, aunque Marcos no tomaba dulce, pero que me importa, amargos son un asco.

Espero que Lía deje de dormir y venga a salvarme de esta, que se meta en la conversación o no se. Ni siquiera sé lo que voy a decirle.

Sin dar más vueltas, me siento enfrente de Marcos, con las cosas del mate ya listas. Habían tortitas con azúcar también, que las habíamos hecho anoche con Lía.

— que raro que vengas a tomar mates conmigo, siempre estás muy ocupado. —trato de sacarle tema de conversación.

— estoy entrenando que es diferente. —me mira, mientras estaba serio.

— bueno, pero estás cosas nunca pasan a eso me refiero. —le contesté, para después tomar el primer mate.

Tenía buena mano, el primer mate nunca me salía feo a mi, era cuestión de yuyitos nomás.

— pero ahora quiero venir a tomar mates con vos ¿No puedo?. —arquea una ceja, cruzandose de brazos.

Que ganas de decirle que me sea directo y me diga lo que quiere, pero eso quiere decir que le tengo miedo y estoy nerviosa. Y no puedo demostrarle eso, nunca.

— si obvio que podés, voy a despertar a Lía así toma mates con nosotros y pasamos un tiempo de hermanos. —me levanté, dándole un mate.

— para Lola, ¡Lola!. —me hablo, pero yo ya estaba subiendo las escaleras.

Camino rápido hasta la pieza de mi hermana, donde entro y me encuentro con esta durmiendo boca abajo, era un desastre para dormir.

— eu, eu, eu. —le moví el brazo, pero nada.— ¡Lía! Vamos a desayunar, dale, dale.

Le empecé a pegar con la almohada pero no reaccionaba, a veces no se si está durmiendo o está muerta, es imposible que sea esto para dormir.

𝗽𝗲𝗿𝗰𝗼𝗿𝘀𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶| ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora