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— no Ignacio, no puedo hoy. —le digo, por milésima vez en el día.
— pero amigo, ¿Hace cuánto no salimos?. —me pregunta, algo cansado.—, Es una noche que te estoy pidiendo, te la pasas con Lola.
— ya lo sé Igna, y reconozco que estoy dejando todo lo demás de lado. —lo miro.—, Pero en verdad quiero pasar mi tiempo libre con ella.
Hace dos horas estoy escuchando a mi mejor amigo, Ignacio... Me está proponiendo que vayamos a tomar algo, sería algo "tranqui", pero me da desconfianza, porque sé que puede invitar a Noelia a mis espaldas.
Mi mejor amigo me dedica una mirada, me cuesta decir que no, pero si me trae problemas con Lola prefiero evitarlo.
— ¿En qué momento te convertiste en esto? No te reconozco. —me mira negando, algo decepcionado.—, Esa mina te va a terminar rompiendo el corazón.
— ¿No te das cuenta que Lola me hace sentir bien?. —le cuento, molesto por su comentario.—, Me chupa un huevo todo lo demás Ignacio, estoy seguro a su lado, me hace sentir bien...
— ¿Y ella dónde está ahora? Porque es viernes y no veo que te esté mandando un mensaje o algo. —ríe, cruzandose de brazos.—, No es por ser amigo de Noelia también, soy tu amigo chango y esa mina no te conviene.
— ¿Vos me venís a decir esto? Justo el que no tuvo novia en su vida. —me reí, ya me estaba agarrando bronca.—, No te metas con Lola, no saben nada.
— el día que te des cuenta va a hacer demasiado tarde. —me palmea el hombro.—, Pero no pasa nada... Yo te voy a estar esperando.
Ignacio se da media vuelta y sale del departamento, me descolocó un poco eso, ¿A qué se estaba refiriendo? La verdad no entiendo nada.
te estás dejando llevar mucho por estar con Lola, y te estás olvidando de tus amistades...
No, pero si tengo a mi grupo de amigos y pasamos tiempo juntos. Tengo la mente muy confundida en estos momentos, lo único que necesito es acostarme y no pensar en más nada, por lo menos por ahora.
Estaba recostado en el sillón jugando a la play, pero cómo estaba un poco bajoneado no podía concentrarme, mi mente estaba en otro lado, me dejó pensando bastante las palabras de Ignacio.
Pero me olvidó de todo eso cuando siento que mi celular estaba sonando, era una llamada entrante de Lola.
— Lolita. —atiendo, dejando escapar una sonrisa en mi rostro.
