◆———◇◇◇◇◇◇◇◇◇◈◇◇◇◇◇◇◇◇◇———◆
—
si fuera al revés creo que me sentiría mal, y pensaría cualquiera. —responde, agachando su cabeza.
— ¿Entonces? ¿Cómo me tengo que sentir yo?. —le volví a preguntar, suspirando.— perdón Lola... Es algo que no va a volver a pasar, no quiero que nos afecte esto.
Seguimos "discutiendo" en el auto sobre la cadenita que había encontrado, sigo en mi misma postura de no creer fácil.
— ya está chango, mejor seguí manejando que nos están esperando los chicos. —es lo último que digo, mirando hacia adelante.
— para Lo, dale... Hablemos bien. —me insiste.
— arranca el auto y vamos a lo de Iara, que nos están esperando. —repito, mirándolo sería.
Exequiel arranca el auto, me siento mal aunque no lo demuestre, Noelia es una inseguridad muy grande... Fue su primera novia, dicho por él y todo, que nunca había amado de la misma manera en la que amo a Noelia.
Y es totalmente entendible, se enamoró de ella por primera vez y un sentimiento así no se siente dos veces, por eso mismo es a la chica que más inseguridad le tengo, porque sé que aunque lo intente, no me va a amar tanto como la amo a ella.
Te estás haciendo mierda sola sobre pensando, Lolita querida
Por mi cabeza pasan solamente los recuerdos de cuando estaba por muerta por Exequiel y él nunca me registraba, iba a todas las juntadas con ella, le daba besos sin importar nada, la abrazaba, le demostraba todo... ¿Cómo mierda me voy a sentir?.
¡Deja de compararte! Vos no lo engañarías cómo lo hizo ella
— te estoy hablando, Lo. —me saca de mis pensamientos, Exequiel.
— ¿Qué? ¿Qué pasó?. —lo mire.
— ya llegamos. —me mira confundido.— ¿Qué te paso?.
— nada ¿Por?. —me reí, mirando hacia otro lado.
El chango agarra mi mentón, haciendo que lo quedé mirando, desvío mi mirada de sus ojos, por alguna razón me dolía mirarlo.
— tenés los ojos llorosos ¿Por qué?. —me pregunta, agarrando mi mejilla ahora.
— te parece a vos nomás, mis ojos se ponen así con la luz. —quise hacerme la boluda, tratando de alejarme.
— no, pelotudo no soy Lola. —dice serio, acercándose a mí.— ¿Por qué te pusiste así?.
— por nada... Bajemos dale, quiero estar con los chicos.
Iba a bajar, pero Exequiel vuelve agarrar mis mejillas, junto nuestras frentes con cuidado y nos quedamos mirando a los ojos. Me sentía en paz y con quinientos demonios a la vez, no quiero pensar más, sé que él me quiere, de una forma diferente... Pero me quiere.
ESTÁS LEYENDO
𝗽𝗲𝗿𝗰𝗼𝗿𝘀𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶| ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ
Random𝐭𝐮𝐯𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐨𝐦𝐚𝐫 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬, 𝐲 𝐧𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐛𝐮𝐞𝐧 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥