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Aterrizó en Buenos Aires con un nudo gigante en la panza, no dejé de pensar en todo el viaje, pensando que mierda iba a pasar, Lía que se enojo y me dijo cosas horribles, lo que está pasando con Exequiel.
es demasiado para mi mente
Bajó del avión y me adentró al aeropuerto en busca de mis maletas, a medida que iba caminando podía ver cada vez más a Marcos, quien estaba con un cartel felicitándome por lo que logré en Italia.
Me acerco a abrazarlo rápido, que era lo que más necesitaba, abrazarlo a él y que me calmara con todo lo que está pasando.
— ¿Lía?. —le pregunto aún en el abrazo.
— no quiso venir. —suspira separandose un poco.—, Se quedó en tu casa guardando todo.
— yo no quiero que me odié, solamente es lo mejor para las dos. —niego con la cabeza mirando a mi hermano mayor.
— vamos al auto, dale. —agarra mis maletas.
Salimos del aeropuerto, obviamente algunas personas se acercaron a pedirle fotos a Marcos y otras a mi, que aunque estaba matada no podía decir un no.
Llegando al estacionamiento puedo ver al chango apoyado en su auto de brazos cruzados, con capucha y lentes. Mi mirada va a Marcos automáticamente.
— se deben una charla. —me mira tratando de sonreír.
— te pedí que solamente vengas vos. —le susurró algo mal.
— yo voy a dejar esto en tu casa, vos anda a hablar con él. —me despeina y camina hasta su auto.
Suspiro y voy a pasos lentos hasta dónde estaba Zeballos. Cada vez que me acercaba me dolía un poquito más el pecho, no entiendo porque mierda me estaba sintiendo así.
Llegué hasta donde estaba él, quedamos frente a frente, ambos de brazos cruzados mirándome. Aunque él tenía lentes de sol, podía notar que me miraba de igual manera.
— ¿Te puedo dar un abrazo?. —es lo primero que me dice, y yo medio que me alejó.
— te dije que podíamos vernos mañana. —digo mirándolo.—, Quería estar tranquila hoy.
— y yo solamente quiero darte un abrazo. —me agarra la cintura llevándome hacía él.
Me termina abrazando y aunque quise resistirme también lo necesitaba, porque al lado de él de alguna manera me sentía bien, me hacía olvidar de todo.
