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El beso que me robó Exequiel me descolocó bastante, me dejó muda literalmente. No hice más que mirarlo a los ojos y pensar en todo lo que había pasado, con ese simple beso me hizo sentir muchas cosas.
nuestro primer beso, cuando estuvimos juntos en el auto, las veces que volvíamos de bailar y nos quedábamos comiendo lo que sobró de la cena, las noches planeando nuestro foto...
— ¿Por qué tuviste que cagar todo Exe? —le pregunté con lágrimas en los ojos.—, ¡Mierda! Nosotros estábamos bien, ¿Por qué carajo tuviste que hacer todo eso?
— hice las cosas sin pensar Lola, te juro que no pensé, fue todo muy rápido. —se acercó a mí y yo me quise alejar, pero quedé entre él y el auto.
— pero estuviste con ella igual. —digo dolida, me dolía todo.—, No te importó, estuvieron juntos.
— eso fue... Fue porque estábamos mal. —me mira a los ojos.—, Vos también estuviste con Alan ¿O me equivoco?
— espero que en verdad te vaya bien chango, pero ya está. —negué secandome las lágrimas.—, Seguí tu vida.
— ¡Mi vida sos vos! —dice acercándose más a mí.—, No quiero imaginarme sin vos Lola, mirá.
Lo quedé mirando sin entender, Exequiel se arrodilló y yo arquee mi ceja, no entiendo nada.
— perdóname Lola. —me agarra la mano mientras seguía arrodilló.—, Te pido por favor que me perdones, te prometo hacer las cosas bien.
— estás loco, levántate. —le digo queriendolo levantar.—, Ya está Exequiel, ya está.
— no, no está, te amo boluda. —dice mirandome a los ojos.—, Te amo con todo mi corazón, quiero que me perdones, quiero estar con vos, que seamos felices, por favor perdóname Lo, sos el amor de mi vida.
Cada una de sus palabras me partían el corazón, estaba muy enamorada de él y quería creerle, pero no podía después de todo lo que había pasado, no podía.
— no puedo creerte. —negué llorando como una condenada.—, Me ocultaste que tu mejor amiga y vos habían sido algo Exequiel, y peor aún yo me hice amiga de ella, es imperdonable.
— déjame por favor demostrártelo. —me habla, a todo esto seguía arrodillado.—, Quiero que estemos juntos y bien Lola, no merecemos terminar de está manera.
— yo no merecía nada de lo que pasamos, de lo que me hiciste pasar. —me arrodillé con él.—, Me hiciste muy mal chango.
