𝟥𝟣

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𝑳𝒐𝒍𝒂
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— AY VOLVISTE, HOLA, HOLA. —me alza Luis por el aire haciéndome dar unas vueltas.

— te juro que voy a vomitar si me seguís dando vueltas. —me agarraba fuerte de su cuello.

— uh bueno. —me baja y me abraza de nuevo.—, Tantas semanas, hola.

— hola, hola. —lo abrazó también riéndome.—, ¿Tanto me extrañaste?

— no sabes lo que eran las jodas sin vo... ¡No vamos a poder salir! —se separa indignado.

Lo miré riéndome, se acerca Luca a abrazarme estaban todos mis amigos lindos loco, los había extrañado a mis negritos, me había olvidado que eran exagerados por todo.

Por último saludé a Alan, que con este me abrace un poquito más que con los demás, era con el único que me hablaba todos los días, con Luis y Luca cruzabamos mensajes muy pocas veces, pero la amistad seguía presente claro.

— ¿Todo bien? —me da un beso en la mejilla Alan mientras sonreía.—, Estás más negra.

— bueno eh. —rode los cruzandome de brazos.—, Preparen los mates algo loco, encima que me vienen a ver.

— por eso, es tu casa. —me mira obvio Langoni.—, Vos tendrías que recibirnos bien.

— ¿No me extrañaron acaso? —los mire.—, Háganme mates.

Los tres se fueron a preparar las cosas del mate y yo me reí, miré hacía el patio y ví a Lía sentada abajo de nuestro árbol con un libro en manos, estaba media triste y todavía no sabía la razón.

Con los chicos empezamos a tomar mates mientras nos poníamos al día de básicamente todo, pero medio que yo estaba evitando el pequeño detalle de mi embarazó, aunque a veces inconscientemente dejaba mi mano en mi panza.

— ¿Y vos? —me pregunta Luis.—, ¿Cómo estás con todo ese tema?

— yo, bien. —hice hombritos.—, Está todo bien supongo, ya lo hablamos así que nada.

— pero... ¿Lo hablaron bien o pelearon? —pregunta Luca.

— ¿Acaso Exequiel sabe hablar sin pelear? —se ríe Alan y yo le seguí la risa.

— lo hablamos, en algunas cosas no estamos de acuerdo pero bueno, los dos nos mandamos la cagada.

— ¿Puedo ser el padrino? —aprovecha Luis.

— no, yo voy a ser el padrino gil, ¿Qué te pasa? —lo pelea Luca.

— nanana, acá todos sabemos que el padrino voy a ser yo.—se mete Alan en la pelea.

Me quedé escuchando su pelea absurda mientras me reía, había extrañado tanto esto, me habían echo tanta falta cuando estaba allá en Italia, me daban ganas de quedarme acá con ellos.

Después de toda la tarde que pasamos juntos, hablando, subiendo historias, etc. Los chicos se fueron y yo aproveché a que me quede sola para limpiar un poco, Lía se había ido a la casa de Kala, aprovechó a irse con Alan.

𝗽𝗲𝗿𝗰𝗼𝗿𝘀𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶| ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora