𝗽𝗲𝗿𝗰𝗼𝗿𝘀𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶| ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ

𝟥𝟤

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𝑬𝒙𝒆𝒒𝒖𝒊𝒆𝒍
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Miró una y otra vez la ecografía de Lola, solamente se veía un punto, ese era nuestro bebé.

Siento unas manos sobre mis hombros, al mirar me encuentro con Lola quien me pasa un mate, sonreí y lo acepté.

— ¿Hasta cuándo la vas a mirar? —me pregunta sentandose al lado mío.

— las veces que sean necesarias. —sonreí.—, Che, capaz no da... Pero está noche tengo una cena con los chicos del club, y pensé en no se, que podríamos ir juntos. —me rascó la nuca algo nervioso.

— ¿Querés qué vaya como tu pareja? —arquea una ceja.

— y como la mamá de mi bebé. —agarró su mano y Lola sonríe apenas.

— ay no se, yo mira, ¡Mira! —se levanta y se saca el buzo que tenía puesto.—, ¡Mira!

Le preste atención a su panza que de a poco se iba asomando, sonreí, cómo Lola estaba enfrente mío le agarró la cintura con cuidado y la llevo más hacía mi, para quedar exactamente enfrente de su panza.

Dejo mi cabeza en su panza y puedo notar como el cuerpo de ella se tensa, pero a los minutos deja sus manos en mi cabeza haciendo mimos. Me separó un poco y le di besitos a su pancita.

— ¿A qué se debe este ser tan amoroso? —me mira sonriendo.

— a que quiero hacer las cosas bien. —me levanté y nos quedamos mirando.

Obviamente la diferencia de altura estaba, Lola deja sus manos en mis hombros y yo la agarraba la cintura.

— obvio que vas a hacer las cosas bien por nuestro bebé. —dice bajando su mirada hacía mi boca.

— y por nosotros también. —me acerqué a ella de a poco.

— respecto a está noche, no sé. —niega.—, Siento que estoy gorda y no me queda nada bien.

— ni de siete meses estás. —rió y ella me pega en el pecho.

— que importa, imagínate cómo voy a estar a esas alturas, gorda, fea, hinchada, ¡Horrible!

— vas a ser la más linda de todas. —la abracé riéndome.

Lola se ríe contra mi pecho, nos quedamos un ratito así. Estos últimos días no hicimos más que estar juntos, yo salía de entrenar y me venía con ella aunque sea un ratito, o estábamos yendo a controles por el bebé.

Nos pusimos a tomar mates mientras Lola estaba hablando con su jefa, la persona atrás del teléfono parecía enojada o algo así, yo mucha bola no daba porque estaba jugando al fifa.

— ¡Váyase a la mierda! —grita Lola tirando el celular contra el sillón.

La mire asustado, porque la verdad no me la esperaba para nada.

— ¿Qué pasó? —le pregunto abrazándola, ya que estaba llorando.

— me acaban de decir que ya no me necesitan más. —me mira con los ojos llorosos.—, Van a pagarme por terminar el contrato y...

— ¿Cómo qué no te necesitan más? ¿¡Por qué!?

— básicamente me dijeron que no les sirvo estando embarazada. —llora contra mi pecho.—, Que lo hubiera pensado antes de embarazarme.

— ey, boluda, Lola. —le agarre el menton con cuidado.—, Vos no tenes la culpa, con el cuerpo que tenés vas a tener montones de oportunidades más.