𝟥𝟧

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𝑳𝒐𝒍𝒂
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semanas después;

— tenés que comer. —miré a mi hermana, después a su plato.

— no tengo hambre, estoy bien. —suspira levantándose.

— Lia, hablemos, contame que te pasa. —le agarró la mano para que no se vaya.

— no me pasa nada, me voy a dormir un rato la siesta.

Se suelta de mi agarre y se va para arriba, yo suspiré y termine comiendo sola. Pasaron las semanas y entre a los cinco meses de embarazo, estaba cada vez más grande y notable mi panza, ya no sabía cómo taparla.

El mes que viene, nos decían si era nena o nené, las últimas dos veces que fuimos no se había dejado ver, se hace de rogar mi bebé, como el padre.

Las cosas entré Exequiel y yo seguían igual, hablábamos únicamente por el bebé y de vez en cuándo nos juntabamos a cenar o algo, pero nada más que eso.

Enzo Fernández y yo empezamos a hablar más, al principio era para joder, pero ahora eran más frecuentes las conversaciones, estábamos casi todo el tiempo charlando.

— buenas, buenas. —grita Varela asomado en la ventana, me hizo asustar.

— dale tarado, un poco más y me haces tener al crío acá nomás. —me agarre la panza, mi bebé le agarro ipo del susto.

— que gracioso, tiene ipo. —se empieza a tentar y entra.—, ¿Cómo estás gordita?

— mal, estaba comiendo tranquila y a vos se te da por asustarme. —ruedo los ojos.

— estoy aburrido, bueno, estaba. —hizo hombritos, se sentó.—, Mañana tengo que viajar, jugamos contra agropecuario.

— oh, si, ya sabía. —me reí y me levanté para ordenar las cosas.—, Exequiel me contó.

Alan asiente y me ayudó a ordenar las cosas de la mesa, puse el agua para tomar unos mates.

— ¿Todo bien con Vicky? ¿Qué onda? —le pregunté mientras ponía el agua en el termo.

— todo bien. —responde sin darle importancia.—, Ayer... Fui a comprar, se me hizo verla Lola, bajando de un auto. —me mira.—, Y sentí lo mismo de siempre.

— ¿A Victoria? —digo confundida.

— no, a ella, ella. —me hace caras y yo caigo de quién habla.

— ah, Iara. —lo dije en voz alta, Alan me quedó mirando con una carita.—, Bueno, perdón.

Mientras tomábamos mates Alan me contaba los problemas que estaba teniendo con su corazón, yo me dedicaba a escucharlo mientras trataba de aconsejarlo, aunque no había remedio, estaba claro a quien amaba.

Nos pusimos a mirar una película mientras estábamos tapados, hacía frío. A la media hora me di cuenta que mi compañero se había quedado dormido, me reí por eso.

— me voy. —viene Lía a avisarme, yo la mire.

— ¿A dónde vas? —me levanté para acercarme a ella.

𝗽𝗲𝗿𝗰𝗼𝗿𝘀𝗶 𝗱𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗶| ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora