Sordera

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—Nayuta: Nereida, lo que en tu cultura conocen torpemente como una sirena. Por lo tanto, el recipiente actual de Anfitrite tiene la misma cualidad de alternar entre las piernas humanas y una hermosa cola de nereida.

—Shiryu: Nereida...—Susurró pensativo, había armado un plan en caso de emergencia.

—Nayuta: Ya me harté de ti... ¡Cantó de delfín!

Que sonido más infernal, sentía que no podía huir, era atosigante, era un sonido omnipresente, venía de todas direcciones.

El intercambio de golpes era muy desigual, porque aunque Shiryu fuera mucho más fuerte Nayuta lo aturdía cada vez que intentaba asestarle un puñetazo o patada, y lo golpeaba brutalmente. 

—Shiryu: Creo que no tengo otra opción... —No encontró otra solución, era lo que menos quería puesto que odiaba el echo de perder uno de sus sentidos otra vez... ¡Pero el sacrificio no iba a ser en vano! Con los dedos índices se rompió los tímpanos, sintiéndose algo desorientado, dándole ventaja a Nayuta, que molesta lo golpeó sin piedad alguna.

Syun estaba ya bastante lejos de de donde estaba Shiryu, sin embargo podía oír los chillidos de dolor Shiryu y ese canto tan infernal de Nayuta.

Syun tenía el leve sentimiento, quería ir y ayudarlo, Syun tenía una leve experiencia con los guerreros relacionados al sonido por su lucha con Nime, pero no podía mirar a atrás. Su hermano y amigos lo seguirían como siempre lo hacían.

—Shiryu: ¡Ustedes jamás cambiarán!—Dijo hartó, las blasfemias que la hembra daba le habían hartando.

—Nayuta: ¡Y ustedes tampoco!—Le respondió, utilizando su poder para manipular el sonido para hacerlo caer—¡Ustedes son unos soberbios hijos de perra!—Corrió hacía el dragón, agarrando con brutalidad el brazo derecho de Shiryu, y lo torció, no usaría su excalibur en contra de ella.

—Shiryu: —Pegó un grito fatal de dolor, golpeó a Nayuta con su brazo sano, y entre quejidos sostuvo su extremidad afectada—No debo ser misericordioso con seres como ustedes—Mordiéndose la lengua agarro su brazo, y con el mayor dolor del mundo lo devolvió a si posición original.

—Nayuta: ¿Te has vuelto loco?!—Preguntó estupefacta, viendo como el dragón con la mano temblorosa empuñaba su excalibur.

Poco se tardaron sus hermanos en llegar a que Shiryu, viendo con sorpresa el momento en que el dragón de bronce cortaba la garganta de la general marina.

—Rin: ¡Shiryu!—Sostuvo al chico antes de que se desplomara—¡Shiryu! ¿Me oyes?

—Seiya: Lograste vencerlo, descansa un poco—Limpio con un trozo de tela la sangre que salía a mares de la oreja del dragón.

—Ryuga: Ellen, Rin, Seiya. Debemos adelantarnos—Usó su cosmos helado para aliviar un poco el dolor de tantas heridas—Ellen, por favor.

—Ellen: No tenías que pedírmelo—Selló con su cosmos las heridas más graves, esperando que estar no volvieran a abrirse.

—Rin: Nosotros haremos el resto—Con cuidado cargó a su compañero, recostandolo contra una roca para que descanse.

Continuará...

La Reina de todos los MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora