Mensaje

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No se podía saber cuánto tiempo había pasado realmente en el santuario submarino, Anfitrite se sentó en la orilla de las piscinas, sumergiendo los pies en el agua.
El dragón del mar la seguía a todo sitio, no iba a dejarla sin protección.

—Kannon: Señorita, ¿Se encuentra usted bien?—Adoptó la pose de respeto de los generales marinos.

—Anfitrite: Sí—Respondió jugando con uno de los pecesitos que habitaban en la piscina—Solamente que tengo las emociones revueltas últimamente—Con su mano empezó a mover el agua, manipulaba el agua gracias a su cosmos divino—Ven conmigo, Kannon—El dragón del mar se sentó en el borde de la piscina.

—Kannon: ¿Por qué está tan calmada? ¿No se ha enterado de que Hope de Sarpa ha muerto?

—Anfitrite: Sentí como su cosmos se iba de este mundo—Sonrió—Una persona con el corazón podrido como él no me sirve en lo absoluto; sin embargo, la scale lo escogió y no podía oponerme a eso. El que use ilusiones tan nefastas jamás podría ser parte de mi ejército, le estoy agradecida al caballero que lo haya eliminado.

—Kannon: <<Justo como lo suponía, no ha despertado en su totalidad>>—Pensó, la Anfitrite mitológica no habría dicho eso jamás, por lo que la diosa del Mar en calma estaba en un estado similar a la de Poseidon hace un año—<<Entonces su amabilidad hacia mi es por parte de la humana, por eso no me ha castigado por la guerra santa anterior>>.

—Anfitrite: —Se metió al agua, sorprendió a Kannon que se encontraba ensimismado en sus reflexiones—Ven a nadar conmigo—Uso parte de sus cosmos para reemplazar sus piernas por una cola, similar a la de un pescado con un degradado de colores hermoso en el que el turquesa dominaba—Vamos, Kannon—Tomó sus manos.

—Kannon: No gracias, señorita—Ella expresó un poco de decepción—Si vienen a atacarla necesito estar muy alerta

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—Kannon: No gracias, señorita—Ella expresó un poco de decepción—Si vienen a atacarla necesito estar muy alerta.

—Anfitrite: Lo comprendo, Kannon—Se sumergió en el agua totalmente.

***

Shiryu se tambaleó como pudo hasta donde hace un año estaba uno de los pilares, necesitaba sentarse un rato, vendar como pudiera las brechas en su piel y seguir con su camino hasta el templo submarino.

—Shiryu: D-debo seguir, n-no me puedo quedar aquí—Arrancó de su camiseta trozos de tela, cubriendo las heridas que su cosmos no podía cauterizar—Hay que rescatar a Saori.

—Estás perdiendo el tiempo, dragón Shiryu—Se presentó, se acercaba a paso lento al dragón—Ya que si te das cuenta, el cosmos de Atena no está en peligro.

—Shiryu: Eres el guerrero de Tritón—Un leve asentimiento de cabeza de su enemigo le dio la razón—Aun si ella no esté en riesgo de muerte, ¡Nada le da derecho a Anfitrite de llevársela del Santuario!—Trazó las estrellas de la constelación del dragón con sus manos—¡Por lo que venceré a todos los generales marinos de ser necesario! ¡No permitiré que Atena siga enfrentando tal estrés!

—Yolao: Está más segura aquí, ¡Pero si quieres morir te he de complacer!—Señaló al dragón con su dedo índice, un destello iluminó su extremidad—¡Corriente mortal!—Agua disparada a toda velocidad golpeó a Shiryu, lo levantó tan alto que chocó de espaldas contra “techo” del fondo del mar.

—Shiryu: —Su cuerpo golpeó el suelo, el impacto hizo que las heridas selladas volvieran a sangrar—U-ustedes no se parecen a los soldados de p-Poseidón—Reconoció en un tono casi inaudible por el dolor.

—Yolao: Qué lindo cumplido de tu parte, dragón Shiryu—Se cruzó de brazos mientras se reía, que estado más deplorable era el de Shiryu—Soy un Guerrero excepcional—Añadió el pelirrojo.

—Shiryu: De eso no hay duda—Se levantó, decidido a vencer—¡Pero no creas que tu victoria está asegurada! ¡La furia del dragón!

—Yolao: ¡Corriente mortal!—El dragón dio un golpe, pero era insignificante comparado con el daño que este le provocó al santo de bronce, que otra vez no podía pararse correctamente—¡Créeme que esta será tu tumba, Shiryu! ¡No debiste desafiar a la diosa del mar!

—Shiryu: ¡No cantes victoria, Yolao de Tritón!—Encendió su cosmos-energía lo más que le permitía su cuerpo.

<<Caballeros del zodiaco, evitaré a toda costa que Anfitrite tome todo el control, por el bien de la tierra y el de ella misma>> Manifestó Kannon con su cosmos, esperando que los santos de bronce recibieran el mensaje.

Continuará...

La Reina de todos los MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora