34.- La vida que soñé

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Bella.

Me cuesta toda mi fuerza de voluntad no lanzarme hacia Al cuando el equipo de rescate lo saca en una camilla. Tiene una máscara de oxígeno y su pecho sube y baja con rapidez. Jacob me detiene cuando quiero salir, su mirada grita un "aguarda aquí" y por mucho que quiera mandarlo a la mierda ahora, me contengo y espero.

Todo mi cuerpo se alivia cuando se incorpora de la camilla y se quita la máscara de oxígeno, el equipo de rescate lo deja en los boxes, así que sin pensármelo mucho, corro hacia él.

Al sonríe apenas me mira, abre los brazos y me refugio en su pecho siendo incapaz de retener los sollozos.

—Me asustaste mucho —confieso aferrándome a su torso —estaba tan preocupada por ti.

Sus brazos me envuelven, me afianza hacia él, sujetándome con firmeza contra su pecho.

—Estoy bien ahora —susurra. Cuando al fin me atrevo a apartarme, una de sus manos acaricia el costado de mi rostro —estás aquí.

Sonrío, limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano.

—No creías que te dejaría solo, ¿o sí? —coloco la mano contra su pecho —lamento todo lo que ha pasado.

Sus manos acunan mi rostro, se inclina hacia adelante atrapando mis labios entre los suyos. Todo mi interior explota cuando reconozco la calidez, cruzo los brazos por su cuello dejándome llevar, la fiereza del beso sacude todo en mi interior.

Lo he echado tanto de menos, y justo ahora me doy cuenta de los errores que cometí. Me doy cuenta que Alessio significa todo lo que quiero, todo lo que siempre he deseado. Aún no estoy segura de las decisiones que tomaré, ni lo que tengo que hacer, pero sé que independientemente de todo, lo quiero a él a mi lado.

—Dios, te extrañé tanto —sus brazos me envuelven, retengo la respiración permitiéndome disfrutar de este momento en donde nada más importa que nosotros dos.

Me veo obligada a apartarme cuando Marce llega, está tan asustada como yo mientras abraza a su hermano, ellos hablan por lo bajo y me aparto, dándoles la privacidad que seguramente necesitan.

—Bell, creí que no alcanzarías a llegar —dice Marce mirándome con suavidad.

—¿Tú sabías que vendría?

—No en realidad —intervengo —le envíe un mensaje a tu hermana para que hablara con Hamilton, y supiera que estaba viniendo. Conseguir el acceso de último momento es una locura.

Nuestra conversación se interrumpe por el cuerpo médico que se acerca pidiendo revisar a Alessio. Tomo una inhalación cuando él se aleja, me abrazo a mí misma mirándolo caminar y sonrío cuando me da una última mirada sobre el hombro.

—Espero que hayas venido aquí para solucionar todo —Marce me encara, a pesar de que sigue hablando amablemente, ahora su mirada tiene un destello de dureza que no me pasa desapercibido.

—Marce...

—Porque si continúas de la manera en la que has actuado hasta ahora, solo le ocasionarás más daño —dice —lo que pasó aquí es un ejemplo de eso.

La culpa cae sobre mí, siento la presencia de alguien a mi costado y no tengo que voltear para saber que se trata de Jacob.

—Estoy seguro de que los problemas de Bella y Alessio no nos competen —dice rodeándome la cintura.

Marcella sonríe, intercalando una mirada entre ambos.

—Me compete cuando alguien le causa sufrimiento a mi hermano menor —expresa —me compete cuando tuve que verlo casi apagarse porque la chica de la que está enamorado, decidió hacerlo a un lado.

Un desastre perfecto.(SL #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora