Colapso [+18] (Bilogía Inefable #1)

25| Devastación

"No hay forma de evitar la
devastación."

DESCONOCIDO

—¿Tienes todo listo?

Antony pregunta mientras se abre paso por mí pequeño apartamento.

—Sí.

Sigue deslizándose por mi sala, deteniendo su cuerpo frente a mi sofá, reclinandose suaves en el.

—Te escucho.

Suspiro tomando mi libreta con toda la información.

—Olivia Woods, veinticuatro años, soltera, vive con sus padres a las afueras de la ciudad. Su clases de danza empiezan a las dos de la tarde, y  finalizando a las nueve de la noche.

Levantó la cabeza, mirándolo fijamente.

—¿y las otras niñatas que están con ellas?

—Madison Clare y Hailey Conner, no son viables para el trabajo asignado, sus rutinas no tienen un orden el específico, suelen cambiar del plan al último minuto, lo que se traduce a que tardaríamos demasiado en dar con sus paraderos.

Veo su cabeza moverse en asentamiento.

—Bien, será Olivia Woods.

Tomo los papeles de la mesa, comenzando a organizarlos en orden.

El sonido de un celular me hace voltear hacía Antony.

—Continúa organizando el plan —saca el celular del bolsillo hechando un vistazo al nombre —tengo que atender.

Continuó mirando a la mesa mientras escucho sus grandes pasos alejarse de mi sala.

Una parte de mí quiere mandarle un corto mensaje de texto Anneliese advirtiéndole, de esa forma resultaría más entretenido.

Me acerco a la puerta de mí habitación, escuchando a Antony de fondo.

—No me importa lo que tengas que hacer, sólo la quiero antes de que este día acabé —camino hacía la salida —sabes de lo que soy capaz.

Al salir meto las manos en mis bolsillos traseros buscando mi celular, al encontrarlo y sacarlo busco el número de Anneliese.

Anneliese Brown

Su pelo largo y negro es, al caer la noche cuidado al cruzar, suerte pequeña Anneliese.

12:00 p.m

Esto servirá, un poco de diversión en estos trabajos de mierda no vienen nada mal.

***

—¿Estás listo?

Reviso mi reloj una vez más calculando cuántos minutos faltan.

—Sí, en dos minutos tiene que salir.

—No la pierdas de vista, atento a los lados, no quiero fallas.

Antony habla a través del celular.

—Como ordene el jefe.

Cuelgo y deslizo el celular por mi bolsillo trasero.

Por el rabillo del ojo veo a Olivia despedirse de sus compañeras, me muevo hacia ella de manera lenta, mientras empiezo a silbar.

—Nos vemos mañana Lana —Sacude su mano, su sonrisa se ensancha mientras recoge sus cosas.