10| Música.

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CALLUM

La música está presente siempre en nuestras vidas, al bailar, al bañarnos, al disfrutar, lo que muy pocas personas saben es que la música también puede sacarnos de ese vacío en el que estamos.

Puede acompañarnos, puede entendernos, puede ser lo único que tengamos en ese momento de mierda.

La música está en nuestras diferentes etapas, siempre va a estar presente en nuestra alegría y en nuestra tristeza, nos hace sentir vivos, nos da razones para seguir aveces.

La música estuvo conmigo en cada crisis, en cada lágrima, en cada pesadilla, al igual que estuvieron personas que me apoyaron, me dieron una razón para continuar.

Los ataques de pánico empezaron a los cinco años, a medida que papá me golpeaba y gritaba, las pesadillas surgieron de ese miedo, cada que alguien se acercaba a mí, mi garganta se cerraba, no podía respirar y caía desmayado.

Es casi una costumbre para Jorge verme en ese estado, siempre que pintó mi mente se llena de escenarios con mi padre golpeando a Mamá, me tiraba al suelo a gritar y llorar.

Miedo, angustia y oscuridad.

Me despierto en casa de Jorge, es fácil deducirlo, los colores lo representan demasiado bien, dejando a un lado el olor a pintura fresca.

La puerta se abre y puedo ver a Jorge con una bandeja llena de comida, su mirada se encuentra con la mía, sus ojos llenos de sorpresa y alivió.

—Estoy feliz de que estés despierto mi niño.

Se acerca y me da un abrazo fuerte.

—Gracias por quererme tío.

Se aleja y ríe.

—Hablas como si fuera obligación, quererte y cuidarte es algo que hago con mucho gusto, mereces mucho más mi niño.

Yo no creo que lo merezca.

—Harry llamó, dijo que preparó una noche "especial" —rueda los ojos —con los chicos.

Agradezco el cambió de conversación, lo realmente inquietante es el hecho de que papá no esté buscándome, eso me preocupa mucho más.

—No puedo negarme, son capaces de secuestrarme con tal de llevarme con ellos.

—No se los digas, ellos podrían realmente tomar esa idea.

Ambos reímos.

—Tengo que ir a casa por ropa y de paso veo a Mamá, me preocupa que esté sola con el.

—Está bien, pero primero te comes toda la bandeja.

Tampoco puedo negarme, Jorge cocina increíble.

******

Estoy afuera de mi casa, llegué hace más o menos medía hora, mis manos no paran de sudar, cada que intento entrar imagines de papá gritando vienen a mí.

Vas a estar todo bien, respira, habló para darme animos.

Me acerco a la puerta, paso mis manos sudadas por mi pantalón y abro la puerta, todo esta tan oscuro y frío.

El miedo me invade, obligo a mis piernas a moverse, busco con la mirada a Mamá pero no la encuentro en ningún lado, busco en la cocina, no está, busco en el jardín, no está, entro a la habitación y la veo.

Tirada en el suelo, sus delgados brazos abrazan sus piernas.

—¿Mamá que haces ahí?

Colapso [+18] (Bilogía Inefable #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora