Colapso [+18] (Bilogía Inefable #1)

19| Aquel triste conejo.

DESCONOCIDO

Le doy otra calada a mi cigarrillo mientras veo a la madre de Anneliese recibir el paquete, maldita sea detesto esperar, una vez que toma el paquete y cierra la puerta dirijo mi mano al bolsillo, sacó mi celular y marco.

Uno, dos, tres timbres después.

—El trabajo está hecho.

—Bien, si algo sale mal no tendré piedad a la hora de hacerte pagar.

—Soy consciente.

—No te hagas el listo conmigo y vuelve a la mazmorra, tenemos que terminar de preparar todo para el siguiente paso.

—Como ordene.

Cuelgo, dejo caer mi celular en el bolsillo y escuchando gritos meto mis manos a los costados de mi ropa y me dirijo al lugar de encuentro.

Debería darme lástima Anneliese, pero en realidad no siento nada, intenté advertirle varías veces, no lo tomo en cuenta y aquí estamos.

Maté al husky sin sentir pena o remordimiento, sus lamentables chillidos se fueron apagando mientras cortaba sus patas. Robarlo fue pan comido, me escabulli al patio de María la tía de Anneliese, le di un gran pedazo de carne, lo cargué y lo tiré en el baúl del auto.

No duré mucho en acabar con su vida, soy impaciente con mis trabajos y más teniendo al jefe más mierda del mundo, tal vez sea cierto que al matar tantas personas o animales no tengas empatía por nada ni nadie.

Podría hablar de proteger a mi familia pero me valen kilos de mierda, piensan que estoy muerto y siempre fui un maldito estorbo para ellos, lo que pase con ellos me tiene sin cuidado. Me importa más ver una vaca cagar.

Estaciono el auto a unas cuantas cuadras de la mazmorra, los lugares desagradables me causan náuseas.

A lo lejos veo a Antony afilando unos cuchillos para mi próximo trabajo, levanta la mirada y tiene sangre seca en la frente. Detesto ensuciarme.

—Al fin llegas, ¿Tienes todo listo?

Dejo caer las bolsas llenas de herramientas que utilizo para torturan a mis víctimas.

—Completamente, repasé el plan varías veces y todo está listo.

—Más te vale, ahora ayuda acomodar las cadenas de la cama.

Entro al lugar, mis pisadas suena como crujidos debido a los pedazos de vidrios que rodean el suelo del lugar.

Llego a la maloliente cama color azul, me deslizo a la derecha, tomo las cadenas, las acomodo a cada extremo de la cama, las tablas crujen cada que hago un leve movimiento, camino directo al estrecho baño, arreglo la luz y me dispongo a prepararme.

Tomo mi bolso y salgo del lugar, veo a Antony esperando en el auto.

—Apúrate imbecil.

Ignoro sus insultos, al final estoy acostumbrado.

***

Me encontraba reclinado en el sillón viendo directo al reloj colgado en la pared de la pequeña sala de mi apartamento.

Detesto las horas antes de un trabajo, repasé el plan muchas veces, tengo todo en mi mochila, me levanto y camino directo a la nevera, saco una lata de cerveza y la tomo en un trago.

Volteo a mirar el reloj, faltando minutos agarro todo lo necesario y cuando estoy listo miro de nuevo el reloj.

11:00 pm