ANNELIESELa opresiva oscuridad del sótano me envolvía como un manto asfixiante, cada día de cautiverio socavaba mi espíritu. En la lejanía, podía escuchar los pasos del hombre que había intentado, con una falsa pátina de paternidad, mantenerme prisionera.
Los días transcurridos me habían brindado la certeza de una verdad crucial: él no era el padre de Callum. Y en cada mirada de desdén y maltrato hacia el joven, se desnudaba su farsa.
Con un nudo en la garganta, decidí confrontarlo.
—Sé la verdad, no eres su padre, ¿verdad?— susurré, desafiándolo desde mi escondite en la penumbra.
El hombre se detuvo, su silueta imponente se recortaba contra la oscuridad. Un silencio incómodo pesaba en el aire, pero su mirada reveló un destello de furia contenida.
—¿Quién te crees para cuestionar lo que no te incumbe?—gruñó con un tono amenazante. —La relación que tengo con Callum no es asunto tuyo.
Mis palabras, impulsadas por el miedo y una determinación recién descubierta, desafiaron su fachada.
—Te odio por cómo lo tratas. Desprecias a Callum porque sabes que no es tu hijo, ¿Verdad?
El aire parecía vibrar con la tensión, sus palabras resonaban en las paredes frías del sótano.
—¡No te atrevas a cuestionarme! ¡Tú no sabes nada!—, rugió, su voz retumbando en el encierro.
A pesar de mi miedo, mantuve mi postura desafiante
—Él merece saber la verdad. No puedes seguir escondiéndolo. ¿Qué tipo de persona eres para él si le niegas su identidad?
El hombre, con un destello de ira y temor en sus ojos, retrocedió un paso.
—No entiendes lo que estás diciendo. ¡Deja de entrometerte, maldita mocosa!
—Encontré en el despacho de papá una carta en dónde decías que Callum no era tu hijo.
Con el destello de ira intactos, se acerca a mí, saca de su pantalón una llave color azul, me libera de las cadenas, mi cuerpo empieza a temblar, anticipando que nada bueno va a pasar.
—Esto te pasa por meterte en asuntos ajenos.
Su voz tan fría me inquieta, me lleva arrastrada del brazo, tarda segundos en llegar, puedo darme cuenta que es de noche, la brisa fría hace que mi piel se erice.
—Te cuesta quedarte callada, recuerda que calladita te ves más bonita.
Maldito.
—Nunca te daré el gusto de quedarme callada maldito imbécil.
Su risa me asusta pero me mantengo firme.
—Veremos si eres tan fuerte debajo del agua.
Me agarra del cabello, mete mi cabeza con fuerza en un gran pozo, el agua entra en mi nariz y hace que al intentar respirar arda como el infierno.
—Nisiquiera así -intento respirar— vas a poder callarme imbécil.
Vuelve a meter mi cabeza pero esta vez con mucha más fuerza, en segundos no distingo nada, mi cabeza da vueltas, mi nariz duele, mis ojos arden.
En segundos todo se torna oscuro.
***
Los esfuerzos por mantenerme despierta eran inútiles, cada día, hora, y segundo que pasaban derrumbaba mis ganas de vivir.
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Colapso [+18] (Bilogía Inefable #1)
Chick-LitAnneliese, una reportera cuyo amor por su trabajo y la fotografía la llena de una inefable satisfacción, se ve inmersa en un mundo artístico al ser asignada a cubrir un taller de arte. En este camino, se encuentra con Callum, un joven escapando del...