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//Narrador Horacio Pérez//

Ya habían pasado tres semanas desde que estuve con Volkov y, sinceramente, las cosas ya se habían vuelto nuevamente muy aburridas en la mansión. Solté aire mientras me dirigía a la sala de juegos... 

Las cosas con Ford comenzaban a preocuparme... ya no me sentía activo sexualmente con él, ya no podía ponerme duro y sentía rechazo completamente cuando él intentaba algo... aunque no es como que pudiera hacer mucho, pues desde la última vez, me había estado forzando... yo era como su juguete... al parecer era lo único que significaba. 

Mi móvil vibró, era un mensaje de Gustabo. 

Sal, estoy afuera de la mansión. 

Ese mensaje fue extraño, pero no le tomé importancia así que salí de la mansión encontrándome con un Gustabo apoyado de su auto, sonreí y lo abracé en cuanto llegué hasta donde él estaba. 

- ¿Qué haces acá? -Pregunté, él sonrió y se encogió de hombros-.

-Supuse que estabas aburrido... así que... ¿Vienes? -Abrió la puerta del copiloto y me sonrió, reí bajito... cualquier cosa era mejor que estar encerrado en esa mansión, además, si era con mi hermano, mucho mejor-.

Gustabo condujo durante varios minutos, al final, llegamos a un centro de bolos. Mis ojos se iluminaron al reconocer el lugar... era el centro de boliche al cual Gus y yo íbamos antes, cuando no estaba atado con una correar al cuello... Bajamos del coche y nos adentramos, luego de dar nuestros datos y hacer todo lo que nos pidieron, entramos a la sala principal notando a varias personas con sus amigos riendo y divirtiéndose. 

- ¿Te gusta? -Preguntó Gustabo dejando sus cosas en la mesa junto a los sofás que estaban de nuestro lado-.

- ¡Sí! -Dije emocionado, Gustabo sonrió-.

-Bien, porque ni creas que te dejaré ganar como lo hacía de pequeño. -Advirtió, sentí la emoción comenzar a carcomerme y rápidamente tomé mi pose fanfarrona-.

- ¿Ah sí? Pues no necesito que me dejes ganar. -Gustabo silbó emocionado y sonrió ladino-.

Yo comencé el primer tiro y, dejé solo un pino en pie, Gustabo se burló y yo me reí a montones cuando el lanzó el bolo y dejó tres pinos en pie. Estaba riendo como nunca cuando miré hacia un lado y noté como el jodido superintendente junto con el comisario se estaban acercando al otro lado de donde estábamos nosotros. 

-Pero miren nada más. -Habló Conway captando la atención de Gustabo el cuál seguía reclamando porque los pinos no habían caído. Miré a Volkov y de inmediato conecté miradas con él, sentí algo vibrar en mi pecho y una sonrisa se formó en mi rostro-.

-Pero bueno... -Devolvió Gustabo- No sabía que a los señores de mayor edad los dejaban entrar a estos lugares. ¿No debería estar en un centro de bingo? -Conway apretó la mandíbula y Gustabo sonrió victorioso-.

-Viejo serás tú, gilipollas, que dejaste tres pinos en pie. -Gustabo miró retador a Conway y yo sonreí emocionado esperando que hubiese un duelo entre ambos, sería bueno de ver-.

-Solo calentaba... -Se excusó Gus, Conway lo miró burlón- Pero, si lo hace tan bien... ¿Por qué no lo intenta? -Dijo señalando nuestra pista, Conway sonrió y yo me acomodé en el sofá más que emocionado-.

-Bien... -Habló Conway confiado, Gustabo sonrió ladino y se hizo a un lado dejándole el espacio al super, Volkov soltó aire y se sentó en el otro sofá a un lado de mí, lo miré y le sonreí en forma de saludo, él solo pasó saliva y miró hacia el frente-.

-Cuando esté listo. -Dijo Gus, Jack sonrió, tomó un bolo y lo tiró hacia la pista, rodó... y grande fue la sorpresa cuando dejó justo tres bolos en pie- ¡Ja! -Se burló Gustabo, Conway frunció el ceño- Hágame espacio. -Gustabo lo empujó sutilmente lejos de la pista y tomó un bolo-.

The temptation. //Volkacio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora