//Narrador Gustabo García//
La situación en sí era grave... todo era grave. Horacio se había enamorado de Volkov, ambos habían tenido una aventura secreta, Horacio intentó delatar a los Goas, pero todo le salió mal y tuvo que dispararle a Volkov, claro que sin las intensiones de asesinarlo... Ahora todo tenía sentido, Ford se había dado cuenta de que Horacio no pudo asesinar a Viktor y por ello estaba intentando "enseñarle" a asesinar.
Y aunque la situación en general me molestaba y frustraba, no iba a juzgar a Horacio... pasó mucho tiempo soportando los maltratos y las mierdas de Ford, era normal que se haya encariñado de ese ruso que le demostró tantas cosas y con quién realmente conectó.
Las cosas estaban difíciles, había sacado a Horacio de La Mansión lo que significaba que Ford no estaría nada feliz por ello y eso significaba una posible guerra entre ese imbécil... Claudio estaba con nosotros, por lo que me contó su conversación con el comisario y sobre la propuesta de unir bandos y acabar con esa jodida mafia. La idea era malísima y peligrosa, pero era necesaria ya que si no hacíamos algo en contra de ellos, lo más probable es que fueran en contra de Horacio y... lo asesinarían...
Eso era algo que definitivamente no iba a permitir, así que tenía que arriesgarme...
Horacio se había quedado en mi casa siendo custodiado por varios de mis chicos, teníamos que estar alerta ante cualquier amenaza de los Goas; mientras Horacio estaba allí, Claudio y yo nos estábamos dirigiendo a otro lugar... comisaría.
Me sentía nervioso, ansioso hasta cierto punto... la última vez que estuve allí fue para pedirle a Conway que liberara a mis chicos, algo que milagrosamente aceptó..., pero ahora era para decirle toda la situación en general y aliarnos para acabar con los Goas.
La camioneta aparcó y Claudio y yo bajamos entrando al edificio. Varios oficiales nos miraron con curiosidad, pero los ignoramos a todos dirigiéndonos directamente a la oficina del super. Ya había estado tantas veces allí que no necesitaba instrucciones sobre como llegar.
Estábamos frente a la gran puerta de madera y lo pensé demasiado antes de tocar, pero cuando me decidí, toqué dos veces la puerta haciendo que un "pase" se escuchara del otro lado, tomé aire y lo dejé ir lentamente mientras entraba en la oficina siendo seguido por Claudio. Al entrar noté que Conway se encontraba de espaldas a la puerta y sostenía unos papeles en sus manos, pero cuando escuchó que la puerta se cerró, se dio la vuelta y noté una leve sorpresa en su rostro.
- ¿A qué debo este honor? -Preguntó con sarcasmo, Claudio y yo nos dirigimos a las sillas frente a su escritorio y nos sentamos en estas dejando aún más confundido a Jack-.
-Tenemos un problema.
- ¿Ustedes? No me sorprende, pero si es sobre alguno de tus lameculos, déjame decirte, muñeca, que nosotros no tenemos a nadie... -Rodé los ojos, no estaba entendiendo-.
-No me refiero a él y a mí, me refiero a NOSOTROS, usted, Horacio, Volkov y yo. -Alzó una ceja curioso y miró a Claudio- Es un aliado de mi banda, se llama Claudio. -Asintió con la cabeza y devolvió su mirada a mí-.
- ¿Y bien? ¿En qué cojones se metieron?
-Conway, le estoy diciendo que este es un problema que lo involucra a usted. -Dije-.
-Entonces habla. -Su impaciencia era incluso peor que la mía-.
-Espero que se haya tomado las pastillas en la mañana, abuelo, porque esto le puede causar un ataque. -Bromeé un poco logrando molestar al super-.
Y entonces... comencé.
//Narrador Horacio Pérez//
Estaba tirado en la cama de Gustabo..., me sentía terrible...
Sabía que Gustabo se sintió decepcionado de mí, acababa de meternos en un gran problema y eso me hacía sentir tan culpable... Me di la vuelta mirando hacia los grandes ventanales de la habitación y notando así el patio principal... Me estaba quedando dormido cuando el teléfono de la habitación sonó, me levanté algo perezoso y me dirigí hasta él, probablemente era Gustabo.
-Horacio.
O no...
Ford habló al otro lado de la línea.
-Sé que eres tú, no intentes colgar. Vuelve ahora mismo o te juro que iré a la casa de Gustabo y la incendiaré con todos ustedes dentro.
- ¿Sigues con tus amenazas, Ford? -Pregunté sintiendo mi pulso acelerarse... sabía que Ford era capaz de hacer eso, pero debía mantenerme al margen y evitar que él se diera cuenta que estaba asustado-.
- ¿Amenazas? Bueno, si quieres tomarlo como una amenaza, hazlo..., pero yo cumplo lo que digo. Te ordeno que regreses.
-No eres nadie para pedirme eso.
- ¡Horacio! -Se alteró- Si vuelves ahora prometo que el castigo no será tan grave... -Bufé bajo y negué con la cabeza-.
-Eres un idiota.
- ¿¡Disculpa?! ¡Por esto mismo no quería que te fueras con Gustabo! ¡Te lava el cerebro con estupideces y mira nada más como me estás contestando!
-No ha sido por Gustabo, ha sido por mí. Me harté, Ford... ¡me harté de estar bajo tu mando, siendo tu jodida marioneta y que me puedas usar como un puto juguete sin vida! -Y colgué-.
Había sido riesgoso..., pero ya estaba cansado, todo había sido culpa de Ford.
Incluso el hecho de que Viktor me odiase... y eso, era lo que más me dolía.
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The temptation. //Volkacio//
Fiksi PenggemarHoracio Pérez, el novio del jefe de la mafia más grande de Los Santos. Viktor Volkov, el comisario más amargado de Los Santos. Los oficiales de policía lograron una gran hazaña... capturaron a nada más y nada menos que a Horacio Pérez. Viktor Volk...