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//Narrador Horacio Pérez//

Había pasado una semana ya desde el altercado en comisaría, afortunadamente nada de eso había llegado a oídos de Ford. 

Me estiré en la cama y tomé mi móvil notando que ya eran las 5:40pm... me había quedado todo el día tendido en esa agradable cama. Solté un suspiro y me senté en esta, ¿A dónde se había ido Ford? 

Si Ford no estaba... era un buen momento para salir y divertirme un poco... Sonreí ante mi fantasía, me levanté de la cama y me fui a dar una larga ducha, luego de eso me vestí y bajé las escaleras de la mansión encontrándome así con la sala totalmente vacía... era raro, pero tampoco era tanto así que no le presté atención y salí de la mansión. 

-Hola, lindo... ¿me recuerdas? -Pregunté al llegar hasta donde estaba el chico de la última vez al cuál le había pedido el coche-.

-Joven, Horacio. -Saludó, sonreí ladinamente-.

-Necesito las llaves. -Pedí-.

-Lo siento, no puedo dárselas, fueron ordenes del Señor. -Fruncí el ceño y reí bajito-.

- ¿A caso no recuerdas lo que te dije la última vez, imbécil...? -Mi voz se tornó fría, pero él ni se inmutó-.

-Fueron ordenes del Señor. 

-Me importa una puta mierda cuales hayan sido sus malditas ordenes de mierda, ¡dame las jodidas llaves ahora si no quieres lamentarte por el resto de tu miserable vida! -Él sonrió burlón, se agachó a mi altura y habló-.

-Fueron... ordenes... del... Señor... -Repitió palabra por palabra, se volvió a enderezar haciéndome enfadar más de lo que estaba-.

-Bien, idiota... -Tomé mi móvil y busqué el número de Ford-.

- ¿Horacio? ¿Qué sucede? -Preguntó la voz de Ford al otro lado de la línea, descarté por completo mi apariencia de "malo" y en su lugar me coloqué como un dulce e inocente osito, hasta el "chico de los autos" se sorprendió y me miró con cierto enfado e impotencia... sabía lo que estaba a punto de hacer-.

-Bebé... quería salir a pasear con Gus..., pero uno de tus chicos no me quiere dar las llaves del coche... -Él me miró asustado y ciertamente sorprendido, sonreí afiladamente- Me... amenazó... -Eso era mentira, pero si quería conseguir algo debía usar todos los medios posibles-.

- ¿Qué...? Pásale el móvil... -La fría voz de Ford me hizo soltar una sonrisa victoriosa, le tendí el móvil al tipo y él lo miró desconfiado mientras pasaba saliva nervioso-.

- ¿B-bueno? -Un grito se escuchó al otro lado de la línea, le sonreí afiladamente al notar su mirada de miedo- Claro... Señor... 

Y sin más, colgó y me tendió las llaves... 

-Gracias por cooperar, lindo. -Le guiñé un ojo y le quité el móvil de las manos, apagué el teléfono para que el GPS no estuviese activo y entré al auto... debía ir a un lugar...-.

Aparqué en garaje central y luego decidí ir caminando... era difícil hacerlo cuando prácticamente estaba encerrado en esa mansión las 24 horas del día... era bueno tomar un poco de aire fresco... 

 Noté un patrulla más adelante y noté como de esta bajaban dos oficiales... me alejé un poco y me escondí para que no lograsen verme... Me mordí el labio inferior al ver que uno de los oficiales que estaba bajando era el mismísimo comisario Volkov... joder... seguía igual de sexy que la última vez... 

-Espiar a las personas es malo, ¿lo sabías? -Una voz me hizo dar un brinco del susto y casi grito, me di la vuelta notando así a un molesto Gustabo- ¿Qué demonios haces acá, Horacio? 

-Gus... -Reí nervioso- ¿Yo? Nada... solo daba un paseo... 

- ¿Y por qué Ford me preguntó si tú ibas a estar conmigo? -Solté aire cansado y miré de nuevo hacia donde iba el comisario y sentí algo dentro de mí... ¿Cómo es que él era tan atractivo...? - ¡Horacio te estoy hablando, joder! -Me giré nuevamente para mirar a Gus-.

-Joder, Gustabo, solo estaba cansado de estar encerrado, ¿okey? Quería dar una vuelta y ya está. -Gus suspiró cansado y negó con la cabeza-.

-Es peligroso que estés tú solo... 

- ¿Y tú qué haces acá? 

-Debía resolver unos asuntos, Horacio... y por eso, debo irme ya, así que vete a tu casa, AHORA. 

-No... 

-Horacio... 

- ¡Bien! -Hice un puchero y caminé hasta el garaje, ni siquiera había logrado caminar lo suficiente..., pero yo no era idiota... así que esperé a que Gustabo se fuera y por fin pude sentirme nuevamente libre-.

Estuve dando vueltas por toda la ciudad... y por fin, pude ir al lugar al que quería ir principalmente... una discoteca. Sonreí en cuanto entré y la música inundó mis oídos, había pasado mucho tiempo desde que había estado en un lugar como ese... y lo iba a disfrutar como nunca. 

Me dirigí hasta la barra y pedí algo de tomar, me senté en uno de los taburetes y me di la vuelta para mirar la pista de baile... era una discoteca bastante famosa y de buena calidad, así que me sentía a gusto y cómodo. Tomé un poco de mi bebida y saboreé ese sabor que hacía mucho tiempo no sentía... libertad... ese era el sabor. 

Miré hacia uno de los lugares apartados y casi me atraganto al notar al comisario junto con el superintendente tomando... mierda... el comisario se veía tan atractivo con esa luz roja sobre él, me mordí el labio y tuve unas ganas inmensas de ir hacia donde estaba él y besarlo... subirme sobre él y que me follara hasta el puto amanecer... 

//Narrador Viktor Volkov// 

- ¿Lo ve...? -Pregunté al notar la mirada de Conway sobre otro lugar-.

-Así es... está tomando... -Respondió- Mierda, disimula... -Dijo, lo miré curioso y él posó su mirada sobre mí- Está viendo hacia acá. 

-Joder... -Mi pulso estaba bastante acelerado, y más porque estábamos a punto de cometer una puta locura-.

-Ya se acercó... -Anunció Jack, me atreví a mirar en dirección a la barra y noté como, efectivamente, la carnada ya se había acercado al objetivo-.

- ¿Cree que funcione? -Pregunté mirando nuevamente a Conway-.

-Lo hará...

Tomé un poco de mi vodka e intenté tranquilizarme... era una locura... 

//Narrador Horacio Pérez// 

Un chico misterioso se había acercado a mí para invitarme a bailar... estaba buenísimo, aunque no tanto como ese comisario..., pero valdría la pena. Me levanté y lo seguí, llegamos hasta la pista de baile y comencé a bailar con ese sujeto... era un baile lento y mis movimientos eran capaces de provocar a cualquiera... deseaba que el comisario me estuviese mirando... Sentí las manos del sujeto tomarme de la cadera y acercar mi trasero a su entrepierna mientras hundía su cabeza en el hueco de mi cuello.

-Vamos a otro lugar... -Pidió, sonreí y asentí, él me tomó de la mano y me llevó hacia un lugar desconocido para mí-.

Salimos de la discoteca y nos encontrábamos en un callejón, era oscuro y extraño... jamás lo había hecho en un callejón, supongo que sería algo nuevo. 

- ¿No quieres entrar en ambiente primero? -Preguntó tendiéndome un cigarrillo, no acostumbraba fumar... pero supuse que esa cosa tendría algún tipo de droga que te ponía caliente o algo así, así que cedí y le di una calada... al momento de expulsar el humo... sentí como mi vista comenzó a tornarse nublosa y mi cabeza comenzó a dar vueltas, mi agarre se volvió débil por lo que solté el cigarrillo y miré al sujeto el cuál me veía con cierta burla-.

-Cabrón... -Susurré antes de desplomarme en el suelo y que todo se volviera negro-.


The temptation. //Volkacio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora