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//Narrador Horacio Pérez//

-También me gustas..., Horacio. 

Sentí que todo a mi alrededor desapareció y todo dejó de escucharse... lo único que oía eran los latidos frenéticos de mi corazón junto con la felicidad tan gigantesca que sentí dentro de mí. 

-Siento lo mismo por ti, Horacio. No es simplemente un gustar, también... estoy enamorado de ti... y... -No dejé que terminara de hablar pues me lancé sobre él y me senté en su regazo, tomé su rostro con mis manos e inicié un beso, al principio tardó en aceptar, pero luego lo siguió sin ningún problema-.

Colocó sus manos sobre mi cintura y yo jamás me había sentido tan feliz en la vida... No significaba que estuviéramos en una relación, pero el simple hecho de saber que Volkov estaba enamorado de mí eso era suficiente para que desbordara de felicidad. Me acomodé un poco mejor sobre el regazo de Viktor y su agarre en mi cintura se hizo más firme e incluso el beso se tornó un poco más profundo creando una batalla por el control con nuestras lenguas. 

Un leve jadeo se escapó de mis labios en cuanto Viktor apretó mi cintura, nos alejamos debido a la falta de oxígeno y nos miramos un rato a los ojos... sonreí y noté también una leve sonrisa en el rostro de Viktor. 

-Pero, Horacio... -Habló- ¿Podríamos hacer todo esto luego de acabar con Los Goas? -Asentí con la cabeza ya que yo también planeaba hacer eso, de esa manera tendríamos un poco más de tiempo de pasarla juntos o conocernos incluso mejor. Ya nos conocíamos un poco bien, de hecho las veces que fui a su apartamento a prepararle la cena, Volkov me habló varias veces de su vida e incluso yo también le conté muchas cosas de la mía... porque creábamos un ambiente cómodo y a pesar de que las cosas que estábamos haciendo iban literalmente en contra de la ley, ya que yo pertenecía prácticamente a Los Goas y él es el comisario, era un tanto extraño que nos tuviéramos la confianza de contarnos esas cosas-.

-Sí, me parece bien... -Sonreí aún más y dejé un casto beso en sus labios-.

-Bien...

Nos quedamos un rato así, charlando de distintas cosas hasta que la radio de Volkov sonó. 

-Volkov, a mi despacho. 

-10-4. 

Era Conway, me levanté del regazo de Volkov dándole espacio para que se levantara. 

- ¿Estará Gustabo con él? -Pregunté, noté una sonrisa distinta en el rostro de Viktor cuando mencioné eso, pero no le presté atención-.

-Sí. ¿Quieres ir? -Me encantaba que Volkov me tratara con confianza y no de "usted" como solíamos hacerlo antes, normalmente las únicas veces en que me llamaba así era durante el sexo, pero ahora era distinto... había otro nivel de confianza entre él y yo-.

-Sí. -Dije-.

Ambos salimos del despacho y en el camino me encontré a Paola la cuál me miró con odio, yo le guiñé el ojo y seguí caminando como si nada detrás de Volkov hasta llegar al despacho de Conway. Ambos entramos y noté la sorpresa de Gustabo al verme. 

-Pensé que te habías muerto, llamé al teléfono de tu habitación y no contestabas. -Dijo Gustabo, reí bajito-.

-Quise venir. -Respondí simple-.

-Siéntense. -Pidió Conway, así hicimos y todos estábamos reunidos nuevamente- Hemos hablado con Gustabo sobre cuando sería el mejor momento para atacar, hemos acordado hacerlo este sábado por la noche. 

- ¿Noche? -Pregunté-.

-Sí, será lo mejor. -Respondió Gus- Tenemos dos días todavía para afinar detalles. Iremos en varias camionetas, pero aparcaremos una calle adelante para ir caminando y que de esa manera sea menos probable de que nos vea, primero acabaremos con los guardias del frente y del patio trasero que es en donde entraremos. Entraremos a la casa y comenzaremos a abatir a todos los necesarios. -Explicó Gustabo- Tú, Horacio irás con Claudio y otros dos chicos más, te estarán cuidando en lo que los guías al sótano para sacar todas las armas y eliminar a los guardias del sótano. 

The temptation. //Volkacio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora